Contigo.

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10:00.

Alborán usó el claxon varias veces para llamar la atención de su amigo que dormía en su coche tras pasar la noche allí a la espera de que llegará Malú. Esté se asustó y se estiró dentro mientras que Alborán abría la puerta del coche sin entender que hacía allí durmiendo.

-Vine a verla pero no estaba, asi qué me quedé para esperarla y me dormí. -dijo antes de bostezar.

+Me la llevé a casa de su madre, imaginó que dormiría allí.

-¿Y por qué estás aquí?

+Porque he ido allí y no estaba, no había nadie. Pensé que ya estaría por aquí...

-¿Me habría enterado, no? No puede entrar a su casa estando yo aquí en medio.

+¿Y donde estará? No me coge las llamadas, no responde a mis mensajes...

Pablo se encogió de hombros y miro su teléfono, a él tampoco le había respondido al audio que le mandó anoche mientras la esperaba.

-A mi tampoco me ha respondido.

+Normal, Pablo. ¿Como va a querer hablar contigo después de enterarse de que vas a formar una familia con otra?

-Ya no. Rompí con ella anoche.

Alboran sonrió alzando la ceja y Pablo asintió mientras buscaba el número de teléfono del estudio.

+¿Cambiaste de idea?

-Nunca quise formar nada con ella pero cuando me lo pidió... es que hay tantas cosas que no os he contado que no lo entenderías. Voy a llamar al estudio, a ver si está por allí...

+Bien. Yo voy a aparcar el coche, deberías hacer lo mismo que no puedes estar ocupando un vado.

Pablo asintió y salió a estirar las piernas mientras hablaba por teléfono. Malú tampoco estaba en el estudio. Alborán dejó el coche al lado del parque y se quedó dentro buscando el teléfono de Sol para llamarla.

+Oye Sol, ¿sabes algo de Malú? Estoy en la puerta de su casa y no está.

+Hola, Albo... Sí, estamos en el hospital.

+¿Y eso? ¿Que ha pasado? -preguntó Alborán preocupado.

+Su madre la encontró inconsciente está mañana en la cama... Había perdido mucha sangre, muy palida...

+¿Pero está bien?

+Está dormida pero consciente. Le están haciendo transfusiones de sangre a cada rato para recuperar lo que ha perdido.

+Pero... ¿y por qué ha perdido tanta sangre?

Sol suspiró al otro lado del teléfono y Alborán giró su cabeza observando a Pablo que seguía en el mismo sitio donde le había dejado.

+Ha sufrido un aborto, estaba embarazada de siete semanas. ¿No te había contado nada?

+No... no sabía nada. ¿Tú lo sabías?

+Hace dos días, estaba bastante ilusionada. No creo que haga falta que te diga de quien era.

Alborán vio llegar a Pablo que aparcó su coche al lado del suyo y tragó saliva.

+Joder... Enseguida vamos para allá, pásame la ubicación.
Yo no puedo contarle esto, se lo cuentas tú cuando lleguemos, ¿vale?

+Tranquilo.

Alborán colgó y siguió en shock durante unos segundos, con la mirada perdida y con el corazón a mil.
Su mejor amiga había perdido un bebé de su mejor amigo y aquello podía ser una bomba de relojería en la relación de ambos.
Pablo tocó la ventanilla un par de veces y Alborán abrió la puerta dejando que corriera un poco el aire.

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora