Resultados.

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Tres días después.
Pablo. 12:00.

Reviso el móvil en numerosas ocasiones mientras no dejó de pensar en lo ocurrido, en como se nos fue todo de las manos de un momento para otro sin ser nada conscientes de ello. Estoy esperando a que la clínica me mandé los resultados por correo y poder saber de una vez que nos metieron en las cañas. Entro en la sala del piano, hemos venido al estudio para componer y estoy esperando a que Malú termine de producir una canción con Rubén para ponernos a ello.
Me tumbo en el sofá, mi cabeza está llena de preguntas sin respuesta, y cada vez que repaso la noche de la discoteca, me pregunto cómo pudimos ser tan vulnerables. El hecho de que alguien haya planeado algo así y que no fuimos capaces de notarlo es inquietante. Y por mucho que intenté recordar algo de lo sucedido no lo consigo, no se si pudo pasar algo más de lo que Alejandro vio, y eso me llena de miedos, porque si en algún momento ese vídeo sale a luz, estaré totalmente perdido.
Miro alrededor de la sala del piano, llena de instrumentos y equipos de grabación, y trato de concentrarme en el trabajo que tenemos por delante. Sin embargo, mis pensamientos siguen en las consecuencias de esa noche, y cómo podrían afectar no solo en nuestras vidas privadas, sino también en nuestra imagen pública y nuestras carreras.

-Amor, ¿comenzamos? -pregunta Malú cuando entra a la sala-. ¿Estás cansado?

Niego con la cabeza y estiro mis brazos para que me ayude a levantarme. Me da sus manos y con la fuerza de ambos me levanto. La beso y seguidamente la abrazo fuerte para su sorpresa.

-¿Estás bien? -preguntó preocupada entre mis brazos.

+Sí, solo que nos abrazamos muy poco y lo necesitaba.

-Tienes razón... -contestó apretándome más fuerte-. Tenemos que abrazarnos más a menudo.

Sonrió y cuando nos separamos dejó un beso en su frente.

-¿Has dormido bien? Tienes ojeras.

+Tú también. -respondi sonriendo-. ¿Comenzamos?

-Sí, que en una hora viene Alborán a tomarse algo.

+En una hora no habremos terminado. -contestó sentándome en el piano, ella lo hace en el suelo.

-Bueno, pues descansamos, estamos un ratito con él y luego continuamos.

Asentí y comencé a tocar algunas melodías con el piano mientras ella sacaba su libreta. Queríamos componer juntos para su próximo disco y también para el mío, pero sin colaborar, simplemente contando todas nuestras vivencias del último año. Ella estaba más inspirada que yo y fácilmente escribió algunos versos a los cuáles intenté encontrar melodías.

-Estas espeso hoy. -dijo con una sonrisa.

Asiento con una sonrisa y sacó el móvil cuando vibra en varias ocasiones. Tengo dos llamadas perdidas de Alborán y dos mensajes suyos.

+Ven al baño de la tercera planta.

+Tenemos que hablar.

Miro a Malú que continúa escribiendo en su libreta y guardo el teléfono mientras me levanto.

+Voy al baño que estoy así como revuelto y creo que es por eso por lo que no me estoy concentrando.

-Vale.

Me sonríe y me marchó de la sala, subo por las escaleras a la tercera planta y entro en el baño de hombres.

-¿Que pasa? -preguntó cuando le veo.

+Ya están los resultados.

-A mi no me han mandado nada. -respondi mirando mi teléfono.

+Ya... Te voy a preguntar una cosa pero quiero que seas sincero.

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora