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JungKook

Camino detrás de la Reina cuando veo que entra al castillo. Hoy viste un uniforme hecho a su medida y me sorprende, puesto que siempre usa sus vestidos elegantes.

— Trae el pedido que le hemos hecho al herrero, necesitamos completar nuestra armería y nuestros escudos. — le dice al de mayor rango de sus guerreros y él asiente haciendo una reverencia para luego retirarse.

— Su Majestad, déjeme guiar a su equipo de defensa. — le pido cuando ya no está ocupada, por eso he estado detrás de ella, no quiero estar sin hacer nada.

— No, JungKook. — se gira para verme.— me disculpo por decirlo así pero... tu eres la carnada que quiere el Rey Park, no te puedo poner al frente de la defensa. — niega y suspiro fuerte.

— Me disculpa que lo diga así, pero soy mejor que muchos aquí y puedo dirigir el grupo de la manera más habilidosa para lograr obtener la victoria. — se lleva los dedos al entrecejo y cierra los ojos para después mirarme.

— ¿Es que no entiendes, Jeon? — me mira de forma intensa.— esto nunca va a acabar, ahora todos los reinos tienen enemistad entre sí... Urem caza a Niza y estos nos cazan a nosotros. — relamo mis labios y asiento sin llevarle la contraria, se encuentra muy estresada con todo esto.

— Esto fue provocado por mi... déjeme ayudar a hacer algo. — le pido por última vez y suspira cansada.

— Te equivocas. — me confunde y espero a que continúe pero me deja más confundido.— todo comenzó en Vabsavai, y aquí se terminará... para bien o para mal todo terminará aquí. — le quiero preguntar pero ella prosigue.— mantente a mi lado, te quiero como mi mano derecha.

Comienza a caminar hacia su despacho y la sigo aún sintiendo la misma confusión.

— ¿A qué se refiere?

— Me ayudarás a tomar decisiones más habilidosas... necesitamos estar preparados para cualquier posible ataque de cualquier reino.

Me quedo un rato pensativo y decido seguirla cuando entra al despacho, cerrando la puerta detrás de mí para darle un comienzo a mi estadía como su mano derecha.

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Han pasado solo días y todo parece tranquilo, el ataque que tanto esperamos aún no llega, y aunque parece mejor, no quita la preocupación por lo que puede estar planeando con tanto tiempo de anticipación.

— El Rey Park está preocupado. — la reina KyungSoon me saca de mis pensamientos cuando se sirve un trago del licor que tiene en una encimera. Últimamente toma de más por la preocupación de llevar a cabo una batalla, y más si no tiene respaldo de otro reino.

— ¿Por qué lo estaría? — pregunto.

— Por ti, JungKook... eres un enemigo que él no quiere tener. — toma aire profundamente y me mira.— tus habilidades son extraordinarias, y conoces todos los miedos y debilidades de Niza...

AMALUNA: El Hijo De La Luna © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora