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JungKook

No espero ni un momento cuando bajo del barco apenas este llega al muelle. Camino con paso rápido y escucho otros más acelerados detrás de mí.

— Jungk... — llama Lalisa pero se detiene de inmediato.— Majestad, espere. — ruedo los ojos por ese honorífico que aún me cuesta aceptar y no me detengo, pero si bajo el ritmo de mis pasos.

— ¿Qué ocurre señorita Manoban? — pregunto cuando ya está a mi lado con su respiración cansada.

— No puedes irte apenas pise tierra, los otros ministros deben conocerte y aprobar tu título... es mejor si los ves primero y te prometo que yo misma te busco el barco. — tomo aire profundamente y la miro con obviedad.

— ¿Por qué tanto interés en que los vea? — pregunto y ella me ve con rostro cansado.

— Son los ministros, JungKook... son los más importantes cargos de los cinco reinos, acabas de ser rey, ellos quieren verte y es muchísimo mejor que puedas entablar buenas relaciones con ellos...

— Lalisa sabes que eso no me importa. — murmuro y ella asiente.

— Lo sé... pero mi madre fue una Reina intachable. Deben ver que hizo buena elección al darte el mando... — me detengo y ella detiene su voz.

— Lalisa, que una cosa quede bien en claro. Tu madre, mi tía, no me dio el mando, el mando me tocaba por derecho, ella sólo me devolvió el puesto... — su mirada me hace tomar aire profundamente.— Escucha, KyungSoon fue una excelente reina, y eso lo sé. Pero no necesito que me aprueben los ministros cuando el reino celestial ya lo hizo.

Sigo mi paso y no escucho los suyos, por lo que me ha dado a entender que se ha quedado atrás.

El dolor de cabeza ya no estaba presente en mi, y el dolor en mi pecho había desaparecido por arte de magia... ¿Será que si era el viaje?

Aun con la confusión latente me encuentro de frente con el padre de Lalisa y él me guía a algún lugar.

— Majestad, a los ministros les encantará conocerlo... su historia es fascinante y estoy seguro que ellos querrán saber mucho más de usted.

— Disculpe señor Ministro, yo debo irme, algo está ocurriendo, lo presiento. — le indico y él me ve con su rostro un poco decepcionado.

— Lalisa me comentó, pero seguro es el viaje, no pasa nada si conoce a los ministros, será un breve momento y después podrá regresar.

— ¿Me promete que será un momento breve? — le digo luego de ya no sentirme mal como hace un momento.

— Será sólo un momento. — asiente en promesa y suspiro asintiendo levemente.

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AMALUNA: El Hijo De La Luna © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora