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JungKook

Mi vida cobra sentido una vez que los tengo junto a mi, una vez que HyeJin mira mis ojos aún con ese amor tan intacto que yo devuelvo con la misma intensidad. La extrañaba, me extrañaba, y nos amamos más que nunca ahora que en nuestras vidas ya está presente nuestro pequeño descendiente.

Una vez que salimos de la cueva la veo como abraza al bebé contra su pecho.

— Ya estoy contigo, Hye... — murmuro ganándome su mirada algo asustada. Me acerco a ella y junto mi frente a la suya.— nada les va a pasar porque de ahora en adelante me encargaré de que así sea, yo los voy a proteger con mi vida ¿bien? — susurro y esta vez veo su asentimiento. Me acerco y le doy un beso corro y suave en sus labios.

— Tenemos tanto de qué hablar. — susurra devuelta mientras me mira con ojitos de cordero. Al parecer sigue asustada, y yo me tengo que encargar de que ya no esté así.

— Shh~ — siseo para que se tranquilice y se queda muda.— Habrá mucho tiempo para eso... por ahora vamos a encargarnos de ponerlos a salvo y se calienten un poco, seguramente te debes estar congelando.

Al decirle eso ella sonríe suave sin apartar su mirada de mis ojos.

— Hace ya demasiado tiempo que me adapté al frío. — murmura en respuesta y sonrío ampliamente al entender su referencia.

— Te amo demasiado, HyeJin. — ella vuelve a sonreír suave y se pone de puntillas para dejar un beso corto sobre mis labios.

— Y yo a ti... lo sabes muy bien. — asiento y luego su mano me acaricia la mejilla.— siempre confié en ti, nadie me hizo dudar de que volverías... nadie logró ponerme en tu contra.

Cuando me dice eso inmediatamente me siento conmovido y tomo su mano para llevarla de mi mejilla a mis labios y luego dejar besos en esta.

— Gracias a los dioses que ya están conmigo... no los volveré a dejar. — prometo para luego abrazarla con cuidado de no hacerle daño al niño.

•••

A medio camino hacia el reino nos encontramos con los demás caballeros, al parecer según contó SeokJin, todo pareció calmarse cuando YoonGi fue rápidamente a avisar. Por lo menos el hermano y la madre de HyeJin ya están al tanto y pueden estar más tranquilos sabiendo que conmigo a ella no le pasará nada.

Los tres chicos nuevos en el reino estaban muy familiarizados con nuestro hijo, y me da curiosidad el saber más de mi vida y la de él, el saber nuestro pasado y nuestro propósito aquí en esta tierra. Estoy seguro de que ese momento donde nos cuenten mejor va a llegar pronto.

Una vez estando en el castillo, al cruzar las puertas por primera vez para HyeJin puedo sentir su aura más liviana, puedo sentir que ya se siente más tranquila, y por primera vez desde que la encontré puedo verla sonreír sin lágrimas de por medio.

AMALUNA: El Hijo De La Luna © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora