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HyeJin

— ¿Está todo bien? — me pregunta JungKook mirándome fijamente. Ambos estamos en mi habitación y él permanece de cuclillas frente a mí mientras estoy sentada a la orilla de la cama mientras observo un punto ciego. Seguramente es más de media noche pero a ninguno nos importa.

— Sí... — contesto en un murmullo luego de parpadear rápidamente saliendo de mis pensamientos, que no me han dejado tranquila en todo el día.

Ir sin JungKook a Funambul me ha dejado un poco preocupada. Sé que no pasará nada si estoy bajo resguardo del maestro Kim, pero la angustia de que Jungkook viaje fuera del reino me preocupa.

¿Qué tal si alguien los ataca? ¿Qué tal si él no vuelve?

Suspiro quitando esa idea de mi mente y me esfuerzo por hacerme entrar en razón, que Jungkook no se iría de mi lado sin darme explicación.

— ¿Qué tienes amor? — pregunta mirándome preocupado y yo lo miro de igual forma.

— ¿Volverás? — pregunto en un murmullo que casi suena como un susurro. Lo veo sonreír suavemente y se acerca para darme un beso en la frente.

— Sí piensas que me iré y no volveré estás muy equivocada, jamás te dejaría sola ¿bien? — murmura con su frente junto a la mía. Asiento y mis labios hacen un leve puchero que lo hace reír suavemente.

— ¿Volverás sano? — nuevamente su risita me da una punzada positiva al corazón y me hace sonreír un poco también.

— Claro que volveré sano... regresaría así sea solo en espíritu pero regresaría para cuidarte ¿bien? — le pego un poco fuerte en su hombro y el ríe suavemente ante mí rostro molesto.

— No juegues con eso... — me quejo con la voz algo quebrada y él ríe suave nuevamente para tomar mi nuca con su mano y abrazarme a su cuerpo.

— Te amo... y jamás te abandonaría HyeJin. — susurra en mi oído y asiento con mi rostro escondido en su cuello, mis ojos pican y siento que estoy por llorar cuando me separa de él para verme.— Hey... — susurra llamándome y sorbo mi nariz para verlo a través de mis lágrimas.

— Tengo miedo JungKook... — susurro quebrada y él parece inmutarse cuando comienza a limpiar mis lágrimas a medida que éstas salen de mis ojos.— Tengo miedo de estar lejos de ti...

— Sabes que el maestro Kim jamás dejaría que estuvieses en peligro. — me recuerda y yo asiento segura de eso.

— Lo sé... pero es que el solo hecho de estar sin ti me hace sentir desprotegida. — susurro lo último y él acaricia mis mejillas.— tu eres mi seguridad, cuando estoy contigo me siento libre y sé que si te vas no será lo mismo y mi debilidad será más fuerte... — él sisea y me calla antes de poder seguir hablando.

AMALUNA: El Hijo De La Luna © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora