Señalado desde niño como un ser extraño y viviendo su día a día esforzándose para ser el mejor entre los guerreros del reino, JungKook estará dispuesto hacerles frente a todos. Él está consciente de su extraña apariencia pero aún así seguirá su prop...
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Narrador Omnisciente
— Sujeta el mango así. — el peligris mayor detrás del pequeño niño le coloca las manos en el objeto de madera y el menor asiente.— luego trata de darle al objetivo en los lugares que consideres que es su debilidad.
— Sí, padre. — dice el niño que procede a golpear un poco al muñeco hecho de paja.
— Eso es... muy bien hecho hijo. — coloca su mano en el hombro del pequeño quien mira hacia arriba con una sonrisa hacia su padre.
Han pasado ya cinco años y el pequeño niño había empezado a tener interés por el arte de la espada y las tecnica de defensa cuerpo a cuerpo. Sí, ese niño tan pequeño le encantaba sentarse con su padre a ver las prácticas de los guerreros.
Ambos empiezan a caminar al otro lado del campo luego de terminar la práctica, JungKook tomándole la mano mientras lo guía hacia la cúpula donde se encuentra su madre. Ella con una hermosa niña rubia en frente suyo, se encuentra dándole de comer una fresa mientras la pequeña le sonríe tierna masticando el fruto. Es su fruta favorita.
Para JungKook ver a JeonMin es como ver a HyeJin en versión pequeña, la nena es idéntica a su madre; a excepción, claro, de sus ojos azules. Sus dos retoños tienen los ojos como un hermoso océano, muestran la pureza en cada sonrisa que derrite a todos cuando los ven. Aunque JungKook es celoso, a pesar de estar pequeña ya siente los celos porque otros niños la miren.
— ¡Mire padre! — la niña corre hacia su progenitor cuando este empieza a subir los escalones de la cúpula junto al primogénito. La niña con su hermoso vestido rosa pálido y su cabello ondulado abundante le extiende su bracito para que él vea lo que tiene entre sus dedos: una pequeña flor amarilla.
JungKook suelta la mano de JeonSeol cuando él camina hacia su madre y entonces se coloca de cuclillas para ver mejor a su hermosa hija.
— ¡Está hermosa, mi Princesa! ¿Dónde la conseguiste? — le siguió el juego con tono entusiasmado.
— Etaba viendo a las mariposhas y la vi en el shuelo. — cuenta con su tierno tono, aún no pronuncia bien algunas palabras y eso sólo hace que se vea más tierna de lo que ya es con esas mejillas regordetas y los labios gruesos y rosaditos. Su hija erapreciosa.
— Están preciosas. — murmura y luego la toma en sus dedos.— pero aquí queda mejor. — susurra sonriéndole mientras le coloca la flor en una peineta de su cabello. Su madre siempre le hace unos peinados hermosos que la hacen ver como la Princesa que es.
La niña ríe y se acerca a su padre para darle un beso en la nariz. JungKook imita su risa y la toma debajo de sus bracitos para levantarse con ella y darle un beso en su mejilla. Camina hacia su esposa, quien le da de comer unas fresas a JeonSeol mientras él en respuesta la tiene abrazada de su cintura al estar sentado en sus piernas.
