Damian's Version

Capítulo 8: The Very First Night

ERIK

Corro a mi cuarto a cambiarme de ropa, me quito todo lo empapado, me seco con una toalla y me abrigo, Dios, como amo no tener frío, salgo de mi habitación para buscar a mi Madre, pero ni ella ni mi Padre están por ningún lugar, les llamo por teléfono y no contestan, a los cinco minutos aparecen, no tan empapados como yo, pero si algo mojados.

—¿Dónde estaban? Dios que susto.

—Agostina tenía problemas de goteras en su casa, fuimos a ayudarle —dice Papá.

—Fuimos en el auto, tranquilo, cerramos el restaurante como a medio día por la lluvia.

—Pobre del chico que quedó afuera —me giro, mierda, no otra vez por favor, Dios, si es lo que pienso que es, no te lo voy a perdonar nunca.

—¿Qué hablan?

—Nos detuvimos un segundo porque vimos a alguien estacionado afuera, está en su camioneta, dijo que dormiría ahí porque no puede ir a su casa.

—¿Dónde vive que no puede irse? —pregunto riendo a mi Madre, ella se seca el cabello con una toalla y dice lo que no quería escuchar.

—En los condominios altos.

—Le dijimos si podíamos ayudarle en algo, pero está esperanzado en que la lluvia dejará de estar tan fuerte y podrá irse a casa —susurra Papá mientras hierve agua para tomar té.

—Mierda, es Damian, me trajo a mi casa hace un rato, se debe haber quedado varado.

—¡¡¿Es amigo tuyo?!! —gritan los dos al mismo tiempo, yo a miedo de responder solo asiento, aunque no es verdad, es largo de explicar para ellos. Los dos gritan mucho, caminan de un lado para el otro, Papá mira por la ventana y mi Mamá busca un paraguas seco para salir a la calle —¿Qué estás haciendo?

—Hay que ir a ayudarle, no puede quedarse toda la noche en la camioneta esa, mucho menos después de que te ayudó a ti a llegar a casa.

—Mamá, pero ¿Qué quieres que yo haga? —Papá me lanza una de sus chaquetas impermeables, rodeo la mirada y salgo de casa, Damian está como a tres calles de mi casa, a los dos minutos de salir estoy tocándole la ventana de la camioneta, él no me escucha, veo que está con los audífonos puestos, pateo fuerte la puerta y él se sobresalta, me mira asustado por un segundo y luego abre el vidrio.

—¿Qué mierda haces? ¿Te volviste loco?

—A mi casa, ahora.

—¿Qué?

—Sal del auto, a mi casa ahora.

—Escucha baboso, si esto es una especie de asalto, te faltó ponerte mierda en la cara para no...

—¡¡Sal de una puta vez!! —grito —¿Quieres volverme loco? Mira como llueve, está horrible, ¿Y tú te quedas durante toda la noche acá?

—Cerraron los caminos, y el combustible no me da para dar la vuelta a la ciudad entera, ¿Qué se supone que haga?

—Que te bajes, toma tus cosas, rápido —me estoy empezando a mojar por la lluvia, la chaqueta de Papá no era tan buena como se veía. Damian toma el bolso de la universidad, guarda su celular, los cargadores, le pone alarma al vehículo y caminamos rápido a mi casa.

Mi mamá casi se le abalanza encima al aparecer, ella le seca el cabello con una toalla, las manos, la cara, puedo ver lo confundido y tímido que está, sus ojos verdes brillan demasiado.