Capítulo 39 - Anti-Hero

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DAMIAN

Entro con Erik a la pista de baile del bar, nos movemos un rato al ritmo de la música variada que está sonando, cuando algo más romántico empieza a escucharse, él pone mis manos en su cintura, yo me acerco a su cuerpo y cargo mi cabeza en su hombro, nos movemos muy lento, luego levanto mi rostro solo para acercarme a sus labios, nos besamos muy lento, como si nadie nos estuviera mirando alrededor, reímos un poco y luego seguimos bailando hasta que la canción termina.

—Ven un segundo —Erik me toma de la mano y me arrastra hasta una parte oscura del bar, me pone contra la pared y me empieza a besar nuevamente, esta vez con un poco más de desenfreno y locura, su cabello rubio queda completamente desordenado ya que lo acaricio a veces en lo que tomo sus mejillas para que no me suelte, y no deje de darme besos —Deberíamos irnos de acá —susurra en mi oído, yo asiento, le tomo la mano y caminamos hasta las afueras del bar, buscamos el vehículo que me ha dejado Matt, porque ningún taxi le respondió a Tristan y se ofreció en llevarlo.

Los instrumentos ya están cargados.

—¿Qué pasa con Steve y Harper? ¿O tu hermana?

—No me interesa la verdad —ríe Erik, besándome contra el vehículo y subiéndose rápido, yo le sigo, él conduce hasta una zona poco poblada e iluminada de la ciudad, nos cambiamos a los asientos traseros y yo me subo encima de él para besarle otra vez, no podemos dejar de hacerlo, siento la necesidad de querer tenerlo más cerca de mí, le voy desabotonando su camiseta negra poco a poco, hasta que se la saco por completo, él me quita la sudadera y sentimos nuestros cuerpos semi desnudos chocar uno con el otro, de pronto percibo el sonido de un cinturón, abro mis ojos y veo como Erik se va quitando la ropa.

—Espera, espera —digo riendo —¿Estás seguro?

—No lo sé, ¿Tú?

—Erik —digo de un suspiro —No sé si sea buena idea acá, en el vehículo.

—Es algo incómodo —ríe nervioso —Pero mi casa siempre está llena de gente por culpa del restaurante.

—Y mi casa con mis Padres y ahora con Tristan —digo inquieto.

—¿Qué hacemos? —pregunta mordiendo su labio inferior.

—Podemos... huir a algún lugar, solos tú y yo.

—¿De verdad?

—Si —asiento rápido —A menos que tú no quieras que yo...

—No, no, no, si, si quiero —él me besa —te deseo desde la primera vez que te vi —él se me acerca, me muerde el lóbulo y luego empieza a besar mi cuello —No sabes cuantas veces me imaginé contigo.

—Erik —me encanta decir su nombre, porque eso crea un electroshock de vitamina en mí, me hace conectar con la realidad, y ver que Erik Rush está a centímetros de mí, sin camiseta. Pongo mis manos en su pecho, él levanta la mirada, lo noto nervioso —Me gustas mucho, eres precioso.

—Tú eres precioso, Damian —él toma mi cintura y me acerca más, de pronto nuestros celulares empiezan a sonar al mismo tiempo, los dejamos allí, pero no dejan de hacer ruido —Es Agostina —dice Erik.

—Es Harper —agrego yo, mirando la pantalla. Respondimos y nos dicen que donde estamos, que nos esperan para irse a casa, rodeo mi mirada y finjo que estamos cerca. Nos vestimos, nos acomodamos el cabello y tratamos de vernos lo más normales posibles, pero Steve nos mira raro al momento de subirse al vehículo, es obvio que sospecha.

Damian's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora