Capítulo 33: Cornelia Street

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ERIK

Guardamos todos los instrumentos en la camioneta, Harper me ayuda a subir la batería, Steve aparece casi al final de todo junto a un hombre de a mi parecer unos 30 años, nos saluda y se quita las gafas negras para hablarnos mirándonos a los ojos.

—Hola —dice —Soy Ernesto Pierce, representante de algunos cantantes y grupos de la ciudad, y quería presentarles mi interés en ustedes.

—¿Interés? —pregunta Matt.

—¿Qué les parece hablar en algún lugar más tranquilo? —él nos pasa su tarjeta —Pueden buscarme en internet si quieren para saber más de mí, ¿Les apetece agendar una cita conmigo?

—Bueno... —balbucea Steve —Claro, podemos hablar —todos asentimos sin decir nada, él se despide muy amable y se sube a un muy brillante auto rojo.

—Necesitamos buscar a este hombre en internet súper rápido.

—No —le dice Matt a Harper —Yo sé quién es, representa a dos grupos de música pop y a tres solistas de la industria, muy populares —Matt nos dice los nombres y los conocemos a todos.

—Dios mío, ¿Y ese hombre quiere representarnos? —pregunto sorprendido.

—Esto está pasando muy rápido —dice Harper —Si iremos a la reunión, ¿Cierto? —pregunta ella, nos miramos en silencio y luego asentimos.

—Claro —finaliza Steve —No hay nada que perder.

DAMIAN

Me acerco al jardín del centro de terapia y rehabilitación, hay música pero muy bajita, supongo que es solo para agregarle nostalgia a todo este asunto, me encuentro con Polo leyendo en una de las mesas de picnic que están al fondo del lugar, tomo asiento al frente de él y veo que está destacando algunas cosas con color verde.

—Hola, ¿Qué haces?

—Estudiando para la Uni, me han mandado apuntes nuevos y estoy leyendo para no perderme en las clases, ¿y tú?

—Pues de la Uni me han sacado por faltar tanto así que solo... nada, no hago nada.

—Me han visitado temprano, ha venido mi hermano, ¿Y tú?

—No ha venido nadie, no creo que... —la enfermera me llama desde la entrada, veo que Polo sonríe porque cree que tengo una visita, me pongo de pie sin ganas y de pronto veo entrar a mi Madre, ella me saluda con una sonrisa, me acerco algo tímido para abrazarla y ella me regresa el abrazo con fuerza.

—Es genial verte —sonríe.

—Mamá, pero hoy es... lunes, ¿Qué haces acá? Es tú día favorito con ofertas en el centro comercial.

—Puedo vivir un lunes sin perfumes nuevos, además los lunes son mías días contigo, ¿Vamos a sentarnos? Escuché que podemos hacer manualidades en el taller —por lo que vi solo podemos pintar maceteros y también hacer jardinería, no le veo mucha diversión a eso, pero al menos nos tendrá ocupado por las horas de visita que tiene mi Madre.

Tomo un macetero blanco sin muchas ganas, le comienzo a dibujar figuras sin sentido mientras me lo imagino con los colores que pintaré, veo a mi Madre y está dibujando unas flores preciosas.

—No tenía idea de que sabías dibujar —digo sorprendido.

—Lo hacía mucho de joven, no sé por qué dejé de hacerlo, pero recuerdo como se dibujan muchas cosas.

—Que genial —agrego de forma sincera.

—Bueno, Erik manda a decir que te extraña mucho y que vendrá el jueves a verte, tus amigos igual dicen que te extrañan, pero que esperan que estés bien y mejores pronto...

—¿Y el tío Martín? ¿Sabes algo?

—Nada, a Tristan tampoco le responde el teléfono, voy a tomarme la libertad para decir que es un hijo de puta, ¿Dejar a su hijo solo? Además, casi me sacan la cabeza de un balazo, si aparece espero que me pague el psicólogo porque casi quedo más loca de lo que ya estoy —ella ríe, luego abre sus ojos sorprendida y me mira asustada, esperando mi reacción a lo que acaba de decir, me sorprendo mucho de escucharla hablar así, suelto una carcajada, supongo que lo sarcástico lo he heredado de ella —lo siento —ríe.

—No te preocupes, entiendo tu punto de vista —sigo riendo —Estoy de acuerdo en lo que dices con respecto a mi primo, dejar solo a Tristan fue terrible, aun cuando ya es mayor, pienso que pudo haber sido más responsable con sus asuntos.

—Estoy tratando de apoyar a tu Padre, sé que está preocupado por su hermano, pero Dios, ¿Una mafia atacándonos en casa? Tengo miedo de que tu padre se meta en problemas.

—Yo también —admito —Solo espero que todo mejore, y que Tristan pueda... conectar más, se nota que está bastante triste y preocupado, se mantiene distante de todos.

—Es entendible —susurra, mostrándome su macetero, ¡Me ha dibujado a mí! Y le ha quedado increíble —Falta pintarlo, pero...

—Mamá eres un genio.

TRISTAN

Salgo al centro de la ciudad, casi me caigo de la patineta que acabo de comprar, la mía la he olvidado en casa por la prisa, y la mierda que acabo de comprar es una porquería.

—Mierda —digo cuando casi me caigo, lanzo la patineta a un lado y me siento en el césped de un parque, me abrocho los cordones de las zapatillas y me vuelvo a subir a la patineta, pierdo el control con unas piedrecillas de la calle y caigo de espaldas sobre la tierra, maldigo en mi mente, me quedo callado por la vergüenza, intento levantarme por mi cuenta, pero una sombra me tapa el sol y me nubla la vista por un segundo.

—Hola, ¿Estás bien? —un chico me tiende la mano para levantarme, me levanto sin su ayuda.

—Si —digo sin más.

—¿Seguro? Porque...

—Que estoy bien, mierda, no necesito tu ayuda —el pelinegro me mira, rodea la mirada y luego sonríe.

—Debiste haberte caído de boca, para que la cerraras un rato entonces, imbécil —el chico avanza y me quedo de pie a solas allí, recojo la patineta roja del suelo y lo veo alejarse.

—¡Nadie te llamó a entrometerte! —le grito, el tipo se voltea y me muestra el dedo de en medio.

—Vete a la mierda, estúpido —lo pierdo de vista cuando me giro en dirección contraria, Dios, odio esta ciudad de mierda.

                —Vete a la mierda, estúpido —lo pierdo de vista cuando me giro en dirección contraria, Dios, odio esta ciudad de mierda

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Hola Lovers! Muchas gracias por leer, los quiero mucho, los espero en el siguiente capítulo :)

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