Capítulo 38: Dancing With Our Hands Tied

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TRISTAN

Me siento en un muro que me llega a la altura de la cintura, veo como Erik se lleva a Damian y me quedo a solas con Matt, quien solo me mira en silencio y luego se sienta a mi lado.

—¿Cómo es eso de que viniste esta noche?

—Damian me obligó a salir.

—Me parece bien.

—¿Podrías irte? Quiero estar solo —Espero a que algún uber me tome en la aplicación, nadie me quiere.

—No, o al menos hasta que te vayas en algún vehículo.

—Sabes, mi noche estaba siendo buena, o al menos hasta que decidiste hacerte el justiciero y quedarte acá afuera conmigo.

—¿No te gusta mi compañía? —¿Qué le pasa? ¿Quién le dio el derecho para hablarme de esa forma? Me volteo a verlo a los ojos, y noto los brillos y maquillaje que lleva en la cara, su cabello negro sacudido para verse más genial, la ropa toda rota, los brazos desnudos y con algunos tatuajes —¿No me respondes?

—Agg —digo con disgusto sin poder articular palabra alguna —Déjame en paz.

—Esta noche ha sido especial —dice de pronto, mirando el suelo —Ha sido la primera vez que canté solo, y con tanta gente, el bar estaba lleno.

—Bueno, del 1 al 10, le doy un 5 a tu presentación.

—¿Un cinco? —dice indignado, poniéndose de pie y quedándose frente a mí, que sigo sentado en el muro —¿Tan baja?

—Muy babosa tu canción —río, pero Matt se me acerca tanto que me asusta, se me queda al frente de mí y sus piernas chocan con mis rodillas —Aléjate.

—¿Por qué?

—Pues porque no estás respetando mi espacio personal y...

—¿Y que con eso? —Matt se me acerca más, pone sus manos en mis piernas, me mira y yo lo empujo para que se aleje.

—¿Qué te pasa? Cantar te hace muy mal, te crees... —él me toma del brazo.

—Ven, te llevo a casa, por acá a los uber o taxis no les gusta andar —me suelto, pero él me toma del brazo otra vez.

—Dios mío, ¡¿Quién te crees que eres?!

—Me gustas un poco —dice de repente, me quedo helado al escucharlo, él se ríe y yo me suelto de su mano —Es broma, borra esa sonrisa de tu rostro.

—¿Tú crees que estoy en esta ciudad para que se rían de mí en la cara?

—Si odias a todo el mundo, ¿Por qué sigues viviendo en casa de Damian?

—¿No lo sabes? —digo irritado.

—Algo —dice un poco incómodo, quizás quería fingir que no sabía nada, pero también reconoce que mentir está mal —O sea, Erik me dijo lo de tu Padre, pero la verdad es que...

—Ah entonces no sabes cómo está mi casa en este momento, perfecto, te muestro —saco mi celular y le enseño algunas de las fotografías, él pestañea muy lento en lo que se queda en silencio mirando horrorizado.

—No sabía... —dice.

—Pues, ya ves que no estoy por gusto con mis tíos —La casa está destruida, todas las ventanas rotas, sin puerta y con el jardín incendiado, tuve que salir corriendo aquella noche que los imbéciles que buscaban a mi Padre me atacaron, por suerte no quemaron la casa completa.

—¿Estabas tú solo?

—¿Y con quién más? Si mi Papá se fue a la mierda sin avisar, ah y mi Madre está muerta desde que tengo memoria.

—Dios —dice, tapando su boca por la sorpresa. El ataque fue la misma noche que fueron donde mis tíos, solo que una hora después; supongo que se pusieron de acuerdo para atacarnos el mismo día, considerando la distancia que hay entre New York y mi casa en Los Ángeles —¿Aún te sigue esa gente?

—No lo sé —respondo, guardando mi móvil.

—Pues es muy inseguro que te vayas solo a casa entonces.

—¿Y que se supone que haga? —digo enojado. Matt me toma de la manga de la chaqueta, me arrastra hasta la entrada del bar.

—Te diría que me esperes afuera, pero sé que vas a huir, así que tú me acompañas —él me toma de la mano, camina entre la gente, llegamos hasta donde está bailando Damian con Erik, le dice algo al oído a Damian, quien asiente e intercambian llaves de los vehículos.

Al llegar al jeep de Dami, me dice que le ha dejado la camioneta, porque solo allí caben los instrumentos, Matt conduce, trata de hacer conversación, pero yo no respondo mucho. Al llegar me bajo del vehículo sin agradecer, él también se baja supongo para regañarme y decirme que soy un malagradecido, pero en cambio, solo dice:

—Si alguna vez necesitas algo, puedes hablar conmigo, no voy a juzgarte si tienes ganas de llorar, gritar, insultar, lo que sea, estoy para ti —él agarra mi mano izquierda.

—No necesito que...

—Lo sé —me interrumpe —Pero quiero que lo sepas —me suelto de su mano, no puedo creer que sean las 3 de la mañana —Sano y salvo en casa —dice mirando el antejardín.

—Veamos cuánto dura —digo, lo veo a él otra vez detenidamente, con su ropa y estilo de chico rock —Gracias —suelto de repente. Él mete la mano en el bolsillo de mi chaqueta, saca mi celular y pone la pantalla frente a mi rostro, lo desbloquea por reconocimiento facial y rápidamente anota su celular.

—Nos vemos, Tin —él se sube al jeep y se aleja, supongo que luego arreglaran con Damian como devolverse los vehículos.

Me acuesto súper cansado, miro mi celular antes de dormirme y veo su contacto, el desgraciado se ha registrado como Matty♡, lo cambiaría por Puto Imbécil, pero me gusta como está.


¡Hola! Lovers muchas gracias por leer :)

Damian's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora