DAMIAN
Ha pasado una semana desde que Erik regresó de su gira promocional con la banda, no lo he visto mucho ya que ha ocupado bastante de su tiempo grabando las canciones en el estudio para su primer mini álbum, y además estudiando para la Universidad y cerrar semestre.
La mayoría del tiempo me la paso a solas, o con Tristan en casa, el no tener la Uni me dio todo el tiempo libre del mundo, pero no tengo nada en qué ocuparlo.
Me levanto de mi cama a las cinco de la tarde, froto mis ojos con algo de cansancio acumulado por prácticamente no hacer nada, me ducho y cambio ropa, tomo un libro que estoy leyendo y me voy a un café que está cerca de casa, tomo asiento en un sofá con una malteada de chocolate y una dona de frambuesa, leo bastante hasta que recibo un llamado telefónico de un número desconocido, la piel se me eriza por completo ya que últimamente lo de mi tío Martín me tiene bastante estresado y asustado.
Tomo el móvil y respondo con inquietud.
—Hola.
—Hola, adivina quién soy.
—Eh...
—Dios... Polo.
—¡Leopoldo! —río —¿Qué haces con celular? ¿Has salido de rehabilitación?
—Sí, se tardaron más de la cuenta en soltarme, salí ayer.
—¡Felicitaciones! Dios mío que felicidad, oye ¿Y cómo estás?
—Mejor, mucho mejor, ¿Nos juntamos este fin de semana?
—Claro, hablemos por mensajes y coordinamos, ¿Te parece? —Polo acepta, reímos otro rato y luego le ponemos fecha y hora a nuestra salida. En lo que voy caminando para salir del bar, estoy mirando el celular y choco con un chico —Perdona —digo asustado, al ver que es más alto que yo.
—Mira a tu alrededor, no tu pantalla —dice, pero no de forma pesada, si no más que como un consejo, algo sorprendido por su reacción y sintiéndome culpable salgo del café a buscar mi jeep al estacionamiento, quedo algo incrédulo cuando no puedo abrir la puerta, se ha atascado.
—Mierda —digo, dejando mis cosas encima del techo y forzando la puerta para abrirla.
—¿Necesitas ayuda? —me volteo para decir que no, pero no logro decir nada cuando veo el rostro del chico que está a mi lado, es el mismo que casi le tiro lo que me quedaba de batido de chocolate en la camisa al chocarlo —Hola.
—Hola, eh... no, o sea, no sé, la puerta se atoró y no me deja... —en el momento que la jaló con fuerza, la puerta se abre y casi me caigo de espaldas, el chico pelinegro me sostiene de la espalda y evita que termine en el suelo.
—Joder, siempre estás cayéndote.
—Lo siento —río —Por lo de ahora, y lo de hace un rato.
—No te preocupes, soy Roger, es un placer saludarte.
—Damian —me sonrojo.
—Bueno... Damian, nos vemos por allí —el chico se marcha en su auto blanco, me quedo mirándole de forma rara y me subo a mi jeep.
Regreso a mi casa, quedo estupefacto cuando Erik está charlando con mi Padre en la cocina, aparezco y ellos no me ven, oigo que charlan de la música y lo que se viene a futuro.
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Damian's Version
RomansDamian es un chico de 22 años, que está por finalizar la Universidad, la vida debería comenzar supuestamente a tomar forma, pero en realidad lo único que sucede es que todos los caminos le llevan a hundirse cada vez mas. Sus Padres son de clase alt...