Capítulo 2: Now That We Don't Talk

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ERIK

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ERIK

Estoy atrasado, muy atrasado, y me duele la rodilla más que la mierda, entro a mi casa por el pasillo del costado, lanzo todo lo de la Universidad a mi cama y corro a lavarme las manos para ayudarle a mi Mamá, me pongo el delantal blanco en la cintura, aparezco en el restaurante, ella me da los menús y empiezo.

Mis Padres tienen un pequeño lugar de comida en el centro de la ciudad, lo que antes era nuestro comedor se transformó en un restaurante, y lo que antes era la habitación de mi hermana se volvió la cocina donde trabajan dos personas.

Agostina, mi hermana, ya no vive con nosotros, es mayor que yo por aproximadamente un año y medio, vive con su novio, pero empezó la universidad tarde, junto conmigo, así que este año ambos nos graduamos, lo que ha sido bastante difícil económicamente para mis Padres, por suerte tenemos buenas calificaciones, nos esforzamos mucho para no perder las becas.

Pasan tres horas aproximadamente hasta que llega mi Papá a casa, estaba comprando cosas que hacían falta en la cocina, muchas cosas la verdad, las ubica en su lugar y luego dice que puedo irme a estudiar, me quedo ayudándole una hora más pero luego me marcho a mi cuarto, me tiendo en mi cama muy agotado, el dolor de la rodilla vuelve a mí, recuerdo haberme caído, y ahora se me viene a la mente el rostro de Damian ayudándome a ponerme de pie, puta mierda ni siquiera le dije gracias. Bueno nadie debería aparecer a donde no le han llamado.

No lo soporto, en el segundo semestre de la Universidad nos tocó compartir clases en Inglés II, donde para una presentación en parejas llegó tarde, tuve que presentar yo solo y reprobé, la calificación era un 30% por del puntaje final del semestre, me tuve que sacar la mierda para no repetir la materia y no atrasarme un año, y ni hablar de las becas, por eso no lo soporto, es un niño rico que todo le han regalado, su vida siempre ha sido fácil, por eso tiene cero interés en saber los problemas de los demás.

                —¡Erik! —Mi Mamá se asusta al verme la rodilla con sangre, vuelve a mi cuarto y me limpia con desinfectante, me arde más que la mierda, pero era justo lo que necesitaba —¿Por qué no me dijiste que te habías caído? No te habría pedido ayuda con las mesas.

                —Solo es la rodilla Mamá, no es la gran cosa.

                —Gracias a Dios no estudias para ser doctor — ella ríe de mí, me deja a solas luego de traerme algo para comer, mastico el pollo frito mientras veo unos vídeos de matemáticas en la computadora, casi me quedo dormido sin darme cuenta, miro mi cama, me levanto del escritorio y saco la libreta que tengo dentro de la almohada, busco mi bolígrafo favorito color negro, y empiezo a escribir, tengo una canción en mente, la tengo desde que esta semana comenzó el semestre.

Lo castaño de tu cabello,

Tu mirada tan odiosa,

Damian's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora