Cuarenta y seis

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JungKook se despertó y en la habitación todo estaba demasiado oscuro por la hora, al verla entendió el porqué de tanta oscuridad: eran las tres de la madrugada.

Se sentó luego de mirar a su lado y no notar a JiAh en su puesto, encendió la lámpara en la mesa de noche y luego peinó su cabello desordenado antes de levantarse. Caminó hacia donde se empezaron a escuchar ruidos y fue hacia esa pequeña franja de luz que le daba la puerta cerrada del baño, abrió ésta con los ojos aún entrecerrados y la luz le cegó un poco.

Ah~ amor... ¿Por qué no me empujaste para despertarme? — susurró entristecido mientras se acercaba y se ponía de cuclillas a un lado de su novia, quien permanecía con arcadas frente al inodoro.

JungKook tomó la liga suave en su muñeca, la que usaba en su propio cabello; que ya estaba lo suficientemente largo, y le peinó el cabello suelto y despeinado para hacerle una coleta baja. JiAh continuó unos segundos más hasta que las arcadas cesaron. Él le acarició la espalda con suavidad y luego se levantó buscando una toalla de papel con la que se pudiese limpiar.

La llevó nuevamente a la habitación en cuanto ya se había limpiado y la ayudó a sentarse en su puesto nuevamente antes de irse por un vaso con agua.

JiAh iba por la mitad de su segundo mes de embarazo, las náuseas eran comunes desde hace una semana en ella, por lo que ésta ya estaba harta de tantas arcadas y por eso no le avisaba cuando las tenía.

En el caso de lo que pasó hace más de un mes, ella pudo recordar ciertos fragmentos de lo que pasó antes de consumir esa sustancia, comentó sobre el hermano gemelo de Min YoonGi y sobre cómo este la dejó a su suerte con el tipo asqueroso que dentro de poco lo iban a recluir, puesto que en una semana le harían el juicio por los cargos imputados. Entre otras cosas también JiAh se había visto mal cuando supo sobre las consecuencias de la droga que le dieron, diciendo constantemente que no sería buena madre luego de no haber protegido a su bebé de esas personas.

Pero simplemente JungKook negaba y le repetía constantemente que ella no tenía culpa de que la amenazaran y la enviaran a ese sitio.

El detective Kim había encontrado una cámara de seguridad que había grabado parte de lo que pasó en el callejón, y se dieron cuenta de que el tipo no abusó de ella porque uno de cabello rojo salió del club y pareció encontrarlo intentando hacerlo, se le vio apuntando con rabia hacia la estructura y luego de eso el asqueroso, apodado Risius, entró al recinto. El otro hombre simplemente verificó el pulso de JiAh y se fue justamente antes de que JungKook hubiese salido al callejón... sintió impotencia al ver lo cerca que estuvo, pero simplemente se contuvo y dejó de culparse para no caer en un agujero depresivo y arrastrar a JiAh con él.

— ¿Te sientes mejor? — preguntó JungKook una vez entró a la habitación con un vaso con agua en la mano.

— Sí... — alargó en un susurro mientras tomaba el vaso que le estaba extendiendo.— no debiste levantarte. — mencionó con suavidad mientras lo miraba cansada de la reciente escena en el baño.

DISSASTIFIED ✔ JK  [BOOK 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora