DISSASTIFIED ✔ JK [BOOK 2]

Cincuenta

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Tenía en mente lo que quería en su vida cuando conoció a aquella chica cuando apenas pasaba su adolescencia y juventud.

"Te amo, Kookie"

Recordó aquellas palabras de aquella alma perdida en el más allá, aquella que se había marchado de forma muy apresurada e inesperada luego de una larga lucha, sonrió suave con ello.

"Seré directa... Quiero tenerte a ti. "

Pero recordar aquellas palabras firmes de una mujer hermosa y sexy que entró en su vida de forma directa y sin invitación, le hizo revolotear el corazón.

Ajustó los gemelos de la manga de su camisa blanca para luego mirar hacia el reflejo de sí mismo en el espejo. Vio detrás de él entrar a su padre junto a SoHee, quien le hizo un silbido mientras lo miraba de pies a cabeza.

— Eres un regalote para JiAh. — sonrió ampliamente y JungKook negó con su cabeza mientras reía un poco. SoHee lo abrazó por unos segundos y luego se retiró en silencio para dejar a esos clones hablar como padre e hijo.

Tomó el saco y se lo puso bajo los ojos de su padre, quien lo miraba con una sonrisa pequeña y orgullosa.

— ¿Listo? — preguntó su progenitor levantándose del sillón donde estaba sentado.

— Sí. — sonrió seguro y el mayor le sonrió con ternura para tomarle de las mejillas.

— Tu madre estaría orgullosa del gran hombre que eres ahora. — murmuró nostálgico con el recuerdo.— ella siempre quiso que fueses un hombre de bien, un hombre que amara a su esposa y amara a sus hijos... estoy seguro de que dondequiera que esté, ella está muy orgullosa de ti al igual que yo. — sinceró y luego se le aguaron los ojos un poco, pero logró calmarse tras un suspiro fuerte. JungKook admiraba esa fortaleza de su padre, quien siempre le repetía a su hijo que lo había heredado, pero eso JungKook aún no se lo creía.

— Amo a mi familia, así como tu siempre me has amado, papá... así como asumiste un cargo con Suni y la amaste igual que a una hija. — murmuró con una sonrisa pequeña y volvieron a abrazarse.

— Ella tambien estaría demasiado orgullosa de tí. — JungKook asintió en el abrazo y se separó viendo a su padre con sus ojos aguados, cosa que motivó al mayor seguir con otra palabra para calmarlo.— Vamos.

Al animarse a salir de la habitación, JungKook movió los hombros un poco antes de suspirar al ver a las personas esperando por ambos. Su cabello estaba bien peinado y olía muy bien, siempre le había gustado cuidar mucho de su físico; cosa que volvía loca a JiAh.

Sonrió con el pensamiento.

Al llegar al altar pudo notar a cada uno de los invitados: Su cuñada junto al abogado Kim, SoHee y el detective que es su actual pareja, Jimin y la suya... no pudo entonces evitar sentirse nervioso. Creía que estaría bien luego de tener una pequeña ceremonia por su boda civil, pero ésta se notaba mucho más especial. Era su unión matrimonial ante una religión. Se sentía demasiado nervioso.