Dos años después...
Artem
No entiendo el afán de mi temperamental esposa en volver a Rusia, no es de mi agrado, de hecho, me fui solo por la única razón que aquí viven mis padres y no soy fanático del gobierno.
Pero luego regresar de vacaciones o temporadas, y así no perder por derecho de nacimiento mi nacionalidad, era algo en lo que Alek y ahora Tori, me insisten y los complazco, pero lo que no me agrada fue la discusión que acabo de tener con mi esposa y que me tiene aislado en el comedor tomando mi preciado café, café americano, eso si.
Tori entra al lugar y me mira de reojo, compre esta casa en Sanara cuando Shana la convenció en quedarse en la ciudad, como los planes era traerla a Rusia, sabía que en su empeño de mantener su orgullo no se quedaría con mi hermana, ella buscaría un lugar asi sea el mas peligroso e inseguro, pero que ella pagara, la deje, deje que creyera que era la chica independiente de siempre, sabía que en Rusia no le sería fácil vivir, pero también sabía que solo aquí podría convencerla, más bien, la presión dejándola sin salida. Cuando la traje a la casa; rompió algunas lámparas, una cerradura y tuve que deshacerme de todos los utensilios puntiagudos, ya que estaba seguro que me enterraría alguno.
Lloriqueo, me amenazó y luego entró en un estado de que no quería hablarme.
Ya habíamos pasado una vez por una situación igual, y como conozco a Tori, término sobre mí, y no precisamente para matarme. Se arrepintió, volvimos a hacerlo, luego no salí de la casa por varios días, hasta que se dio cuenta que yo haría lo que ella me pidiera, menos dejarla.
Nuestro amor es así, explosivo, loco y lujurioso.
No la había embarazado antes, porque ella me había dejado claro que tener hijos no estaba en sus planes. Cuando decidió tener, ¿Quién era yo para negarme?, le hice uno.
Ahora Tori, que acaba de descubrir, que en efecto sólo tendríamos uno y no serían gemelos como todos creían. Dicen que el gen del gemelo lo tienen los hombres en mi familia, creo que soy la excepción como muchas otras cosas más, como el empeño de ellos en que mi hijo nazca aquí y no en cualquier otro país, y lo que no entiendo es cómo convencieron a Tori de eso.
Estoy cabreado.
— Siempre dices que me complacerás en todo — canturrea Tori, porque es asi, asi la convencí que en verdad la amo, le he dado todo lo que me ha pedido, viajes, un nuevo matrimonio, pintar la casa de verde, volvernos ecologistas, tener un jardín lleno de flores, aunque en el invierno solos este blanco, ella es feliz, yo también, sin hablar de su trabajo, me he dedicado a que ella trabaje como quiere y cuando quiere, aun embarazada, solo cuido que se alimente bien, tome sus vitaminas y cargarla en mis brazos cuando me dice que está cansada.
Consiento a Tori en todo lo que desee, es mi esposa, quiero verla feliz a mi lado.
— También es mi hijo, puedo tomar decisiones sobre él — ladro.
Ella camina hacia mí y se acomoda entre mis piernas, posa su trasero redondo en mi pierna.
Exhalo.
— Habíamos decidido que fuera en Londres — le recuerdo, estaba emocionada, teníamos planes, en Londres tenemos una apartamento, un lugar tranquilo y bonito, no aquí que todo estará muy frío cuando nazca nuestro hijo, que seguro se congelará cuando nazca.
— Pero tu madre...
Se queda en silencio, sé que mamá puede ser muy manipuladora, o quizás este mi padre detrás de toda esa decisión. Se que ella solo desea encajar en la familia, pero a mi no me ha importado que mi padre la vea mal y no crea que Tori no es como Simon Russell, que se pudriera en la cárcel.
Tori es impulsiva y también es soñadora, ingenua y apasionada. Su familia le fallo y ella quiere que la mía la quiera como es, se siente que está sola, pero ella no lo estará, le daré una familia para que ella sienta ese amor que nunca le dieron, Simon, Loretta e Ivonne le dejaron un vacío a Tori, ellos no han muerto pero la tracción que ella vivió se que aun no la olvida, es difícil, ella creció con ellos, ellos creyó en ellos, y pensó que estaba segura.
La mirada triste que a veces tiene mi esposa se que es por su culpa, pero mi familia no es el mejor ejemplo de amor, se que mis hermanas y Tori se adoran , es algo que nunca entenderé, pero si les agradezco a ellas que Tori no me haya dejado para siempre, sé que ellas estando a su lado mantuvieron mi recuerdo vivo en ella.
— Es nuestro hijo, es nuestra decisión, — le digo mientras rodeo su cintura que aun no muestra sus dos meses de dulce espera.
Ella hace un puchero mientras acaricio su cadera.
— Te hare todas las mamadas que me pidas — ofrece y no es justo que use el sexo, cuando ella misma es la que muchas veces decide que haremos.
— No me manipularas — digo con seriedad, aunque solo de pensar su boca carnosa rodeando mi polla, me endurece.
— Dime que quieres que haga para hacerte cambiar de opinión — la miro y beso su barbilla, luego la mordisqueo y ella ríe pensando que ya me tiene.
Huelo su cabellos y la aprieto a mi.
— Nuestro hijo es algo nuestro Tori, mi madre hará de su nacimiento una fiesta nacional que no permitiré, y luego tendremos a los dos aquí creyendo que debemos criarlo y cuidarlo como ellos lo deseen. — le explico
Ser un niño Sokolov bajo el ala de Ivan y Ania, no es algo que deseo para mi hijo, yo lo fui y no lo disfrute, he hecho todo para alejarlos de Mai, y su dedicación estilo militar, no deseo eso para mis hijos, porque aunque Tori y yo no lo hemos hablado, este no será el único hijo que tendremos, quiero dos o tres más.
— ¿Es un no? — dice frustrada.
— Puedo complacerte en lo que desees, pero no en esto, asi que es un no — ella se levanta de un salto cuando se escucha la puerta de la casa, me mira y muerde su labio.
— Tendrás que decirle tú mismo, los invité cuando supe la noticia de que solo esperamos un amargado Artem,
Pongo los ojos en blanco, no podre soportar los drama de mamá.
Sabía que era mala idea volver y tener unas semanas tranquilas, mi familia no me lo permitirán.
Me levanté de la silla y la miro con desafío ella puso su mejor sonrisa.
— Tendrás un castigo por esto — la amenazó.
— Si por favor, — habla con ansias — que esta vez sea pegada a la pared del baño y ese castigo sea duro y fuerte.
La miro mientras esconde su risa pícara.
Esa es mi pequeña Tori, caliente, explosiva y candente.
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Me robe a la novia
RomantizmTori Rusell, una química cosmetóloga en crecimiento, se entera en la noche de su boda, que su esposo la estaba engañando con su hermana menor, así que huye de la recepción, y en medio de su escape sufre un accidente que la lleva a la casa de un ele...