—¿De fiar?
Timms intercambió una sonrisa con Araminta.—En algunos aspectos, son notablemente predecibles, siempre se puede confiar en ellos cuando se les necesita. A veces, incluso aunque no se lo pidas.
—Así es —río Araminta—. Pueden llegar a ser terriblemente protectores. Como es natural, en cuanto le hablé del espectro y del ladrón, Jungkook ya no se fue a ninguna parte.
—Él aclarará todos estos sucesos absurdos. —La seguridad de Timms era del todo transparente.
Jimin se quedó mirando su libro... y vio un rostro de contornos duros y ojos grises y acusadores. El nudo de angustia que se le había formado en el estómago la noche anterior se hizo más grande. Más pesado.
Le dolía la cabeza. Cerró los ojos y volvió a abrirlos de golpe, pues se le acababa de ocurrir una idea ciertamente horrorosa. No podía ser, no era verdad...., pero aquella temible premonición no se le iba de la cabeza.
—Er… —Dio vuelta con fuerza la página.—¿Quiénes son los Jeon, exactamente?
—Es una familia que posee el ducado de St. Ives. —Araminta se puso cómoda—. La sede principal es Somersham Place, en Cambridgeshire, de ahí es de donde venía Jungkook. Diablo es el sexto duque, Jungkook es su primer primo. Han estado siempre juntos, desde la cuna, pues nacieron con apenas unos meses de diferencia. Pero la familia es bastante grande.
—La señora Chadwick mencionó seis primos —comentó Jimin.
—Oh, hay más, pero seguramente se refería a la hermandad de los Jeon.
—¿La hermandad de los Jeon? —Jimin levantó la vista.
—Es el apodo que emplean los alfas de mundillo social para referirse a los seis primos mayores. Son todos alfas. —Su sonrisa se ensanchó—. En todos los sentidos.
—Así es. —A Araminta le chispearon los ojos—. Lo seis juntos son verdaderamente dignos de ver. Tienen fama de provocar desmayos en las omegas débiles.
Jimin volvió a centrarse en el libro y reprimió una ácida réplica. Por lo visto, todos ellos eran alfas elegantes. El peso que sentía en el estómago se aligeró un poco, y empezó a sentirse mejor.
—La señora Chadwick dijo que… Diablo se había casado recientemente.
—El año pasado —corroboró Araminta—. Su heredero fue bautizado hace unas tres tres semanas.
Jimin miró a Araminta frunciendo el entrecejo.
—¿Ese es su nombre verdadero, Diablo?
Araminta sonrió.
—Se llama a Sebastian, pero es más conocido, y a mí me parece más apropiado, como Diablo.
El ceño de Jimin se hizo más pronunciado.
—¿Y Jungkook se llama de verdad Jungkook?
Araminta soltó una risita maliciosa.
—Se llama Jungkook Archivald, pero su apodo es Veleta. Pero si te atreves a llamarlo Archibald serás más valiente que nadie dentro del mundillo social. Tan solo su madre puede seguir llamándolo Jungkook Archibald con total impunidad. Todo el mundo lo conoce como Veleta desde antes de que fuera a la guerra. El apodo se lo puso Diablo, porque decía que siempre sabía de qué lado soplaba el viento y qué flotaba en el aire. —Araminta alzó las cejas—. Sólo yo, Timms y la gente de Bellamy Hall lo sigue llamando Jungkook a secas. El tiene una extraña clarividencia, porque no cabe duda de que es cierto. Jungkook es intuitivo por instinto.
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El corazón de un Jeon
RomanceA diferencia de los demás alfas de la hermandad Jeon, Jeon Jungkook nunca quiso verse atado a ningún omega, ya sea hombre o mujer, por muy encantador que éste fuera, y la mansión de su amiga Amarinta le parecía el lugar perfecto para ocultarse de lo...