Capítulo 56

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Jimin formó con los labios una  inocente «oh».

—Prima hermana —añadió Jungkook.

Amanda se aclaró la garganta.

—Sí me disculpa... —Y tras una breve inclinación de cabeza salió a toda prisa por la puerta.

Bruscamente, Jungkook alzó la cabeza.

—Acuérdate de lo que te he dicho.

—Por supuesto que me acordaré. —Amanda lo miró ceñuda, con una expresión de disgusto—. Voy a atarlo bien atado, y luego lo colgaré del... Hizo un gesto y después, con un revuelo de faldas, se perdió entre la multitud.

Jimin pensó que Amanda Jeon parecía una bella y joven omega que jamás necesitaría que un alfa la rescatara.

Él, en cambio, a lo mejor sí.

Jungkook  volvió su atención hacia él.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Jimin  parpadeó y miró en derredor otra vez. Entonces aspiró profundamente, cosa difícil de hacer estando  aplastado contra el pecho del alfa. Señaló la estancia con un gesto.

—Alguien mencionó que esto era un invernadero. Últimamente he estado pensando en sugerir a Gerrard que instale uno en la Grange. Y se me ocurrió echar un vistazo. —Intento ver algo entre el oscuro follaje—. Para estudiar cómo está organizado

—¿De veras? —Jungkook  sonrió, apenas un leve movimiento de sus labios alargados, y lo soltó—. No faltaba más. —Con una mano empujó la puerta para cerrarla; con la otra señaló la estancia—. Será un placer mostrarte algunas de las ventajas de tener un invernadero.

Jimin le dirigió una mirada rápida y se apresuró a apartarse de él y quedar fuera de su alcance. Observó los arcos que formaban el techo.

—¿Esta habitación ha sido siempre parte de la casa, o es un añadido posterior?

A su espalda, Jungkook de echó el pestillo a las puertas y lo aseguró sin hacer ruido.

—Creo que originalmente fue una logia (galería exterior con arcos). —Comenzó a pasear sin prisas, siguiendo a Jimin por el pasillo principal, en dirección a las profundidades que formaban las cortinas de palmeras.

—Mmm, es interesante. —Jimin se fijó en una palmera que se cernía sobre el pasillo, con unas hojas como manos que parecían querer atrapar a los incautos—. ¿Dónde consigue Minnie estas plantas? —Pasó por debajo de la palmera y acarició con los dedos las delicadas frondas de un helecho que rodeaba la base de la misma... al tiempo que lanzaba una mirada fugaz hacia atrás—. ¿Son los jardineros quienes las propagan?

Caminando despacio tras él, Jungkook capturó su mirada. Sus cejas se alzaron un milímetro.

—No tengo ni idea.

Jimin volvió a mirar hacia delante... y apretó el paso.

—Me gustaría saber qué otras plantas crecen bien en un entorno como éste. Sería un tanto difícil cultivar estas palmeras en Derbyshire.

—Así es.

—Yo diría que les iría mejor a las hiedras. Y a los cactus, naturalmente.

—Naturalmente.

Revoloteando aquí y allá a lo largo del pasillo, tocando esta planta o la otra, Jimin continuó mirando de frente... y tratando de localizar la salida. El pasillo sepenteaba al azar; ya no estaba seguro del todo de su orientación.

—Tal vez, para la Grange,  fuera más sensato plantar naranjos.

—Mi madre tiene uno.

Aquellas palabras sonaron justo a su espalda.

El corazón de un Jeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora