—No puedo creer lo hermosa que te ves —sonreí hacia Alisha que me observaba maravillada —y por Dios, Nath, tu piel resalta tan bien con ese plateado. Realmente estos vestidos fueron hechos para ustedes.
Alisha había ido a la ciudad junto con sus esposos para ver que tanto podía avanzar la obra con su presencia en el lugar.
Realmente se los agradecía, ya que necesitaba que culminaran todo a la mayor brevedad posible.
Aunque ese tiempo me serviría para concluir ciertos detalles que estaba rondando.
Esa noche teníamos una gala benéfica y había obtenido invitación gracias a unos de los socios de los Hoffman, ya que ellos enviaron la invitación directamente hacia mi persona.
Lo que solo significaba que ellos estarían ahí.
Por esa razón contacté a Alisha y le pedí que me trajera un vestido cuando llegara a la ciudad y aparentemente se esmeró, ya que el vestido dorado se ajustaba tan bien a mi cuerpo y dejaba en evidencia gran parte de mis senos gracias al tremende escote.
Podía recordar que lo llamó el vestido de escote asesino.
Una abertura se extendía desde la parte superior de mi muslo hacia el suelo mostrando mi pierna y la zapatilla dorada que se enroscaba por toda mi pierna hacia la rodilla.
Amaba el vestido en desmedida.
Una coleta alta mantenía mi cabello a raya dejando ver parte del escote en mi espalda y mi cara estaba perfectamente maquillada con sombras negras por mis parpados.
—Creo que estamos listas.
Las aprecié a ambas antes de salir de la habitación.
Nath llevaba un hermoso vestido ajustado hasta el suelo de color blanco perla y su cabello estaba repleto de ondas, mientras que Alisha portaba uno azul rey de escote suave, ajustado hasta la cintura desde donde caía suavemente sin ninguna abertura y su cabello atado en un moño bajo.
Entre risas y comentarios graciosos bajamos las escaleras hacia donde nos estaban esperando los acompañantes de Alisha; Cameron y Ashton.
Liam acompañaría a Nath esta vez y había decidido que ambos gemelos irían conmigo.
Por lo que ambos estaban al pie de las escaleras y sonreí maravillada al ver a Takashi con el traje completo por primera vez.
Al tener el mismo traje negro, el cabello peinado hacia atrás y la falta de lentes ya que estaban en el bolsillo de su saco se veía exactamente como su hermano Toshio.
El tema con él no había pasado a lo incómodo, solo estaba ahí presente y las miradas lascivas que le lanzaba no pasaban desapercibidas para él.
Una vez estuvimos todos listos cada uno se dirigió al auto que los esperaba fuera y nos encaminamos hacia el lugar.
Alisha había llegado ayer y les había ofrecido quedarse en mi casa.
Solo estarían alrededor de una semana, por lo que la casa estaría llena todo ese tiempo.
Literalmente solo me quedaba una habitación disponible.
El camino fue silencioso. Ambos gemelos estaban a ambos lados de mi cuerpo y yo preferí guardar silencio.
No tenía nada que decir, por lo que el silencio en ese momento era mi mejor aliado.
Al llegar al lugar Takashi salió primero y sin mirarme a los ojos me tendió su mano para ayudarme a bajar.
Con cuidado de no abrir de más mis piernas para no dejar en evidencia nada indebido, descendí del auto y me aferré a su brazo mientras Toshio bajaba para tomar el otro y encaminarnos hacia la entrada.
Por protocolo tuvimos que detenernos en la zona en donde las revistas invitadas retrataban a todos los que entraban y las preguntas no se hicieron esperar.
Y era de esperarse, la mayoría parecía olvidar que había adquirido las empresas de mi esposo, aunque considerando que eso no era motivo suficiente para invitarme ya que no estaba en los medios hacía mucho tiempo, cuestionaron que me mantenía moviéndome por este mundo constantemente.
Y por supuesto, no respondí a ninguna de esas preguntas e hice que mis acompañantes me llevaran hacia el gran salón mientras Nath me seguí de cerca.
Había optado por alejarme un poco de Alisha, para no dejar en evidencia que tenía contacto con ellos antes de esta fiesta a la que habían sido invitados por la obra que estaban levantando en el centro de la ciudad.
Tenían dinero, renombre y su constructora era de interés para estas personas, ya que estaba en una de las primeras a nivel mundial. Lo que los hacía aptos para invitarlos.
Las personas a mi alrededor se deleitaron con el vestido que portaba y una sonrisa de suficiencia apareció en mi rostro permitiendo que me sintiera más segura.
—¿Esta es la última? —cuestionó Nath y asentí sintiendo como mi corazón se apretujaba.
—Esta es la última —confirmé y ella suspiró pesadamente bajo la atenta mirada de Liam que no podía despegarse de ella.
Sabía que algo había ahí, aunque Nath parecía no notarlo, ya que en un principio había estado interesada solo en Kendal. Pero yo había prestado atención y el moreno parecía más que interesado por mi ciega amiga.
—¿Una copa? —ofreció Alisha acercándose con una sonrisa y negué soltandome de ambos hermanos que miraban a su alrededor algo fascinados.
Era probable que fuese su primera vez y algo me invadió al saber que los estaba haciendo experimentar algo por primera vez.
—Soy alcohólica rehabilitada —dije con una sonrisa y el rostro de Alisha se tornó pálido.
—Lo siento —se disculpó —¿la quieres tu? —cuestionó tendiéndosela a Nathalie y ella negó con una sonrisa.
—Soy drogadicta rehabilitada, por lo que evito cualquier cosa que pueda crear adicción —Alisha suspiró avergonzada y cuando pasó un camarero le puso las dos copas sobre la bandeja y sus esposos hicieron lo mismo deshaciéndose del alcohol a nuestro alrededor.
—No es necesario —le dejé saber y los tres sonrieron.
—No queremos distraerte —le di una sonrisa abierta a los tres y Alisha se cruzó de brazos.
—Estas son cosas que una amiga debe saber —dijo pareciendo enfadada, cosa que sabía que no estaba realmente.
—Prometo decirte las cosas importantes —ella asintió encantada.
—Cinco hombres y tres mujeres —me susurró Nath —todo el mundo está haciendo cálculos por la presencia de Alisha y el conocimiento público de su relación poligámica, para mañana apareces en la revista como pareja de los dos papasitos asiáticos que te acompañan —rio perversamente —conozco a tres sujetos que no estarán felices con este conocimiento.
—Me importa poco —admití.
—Uy, y hablando de ellos —miré hacia el frente para ver como los tres se acercaban a mi como si tuviesen un imán que los atrajera de forma inminente.
Pasé saliva al ver las miradas oscuras que dirigían hacia mí y hacia mi cuerpo.
—Buenas noches —saludaron educadamente, aunque sus miradas estaban puestas en mí.
—Buenas noches —contestó Alisha de forma alegre repasando a los tres hombres antes de mirarme a mí al notar la mirada que me estaban dando.
Ashton y Cameron le dieron un asentimiento al notar que su atención no estaban en ellos.
—Los hermanos Arata —apreció Becker repasándolos.
Y como siempre Takashi miró hacia otro lado que no fuesen las personas que tenía en frente.
—¿Qué los trajo de vuelta a Norteamérica? —Toshio sonrió suavemente.
—Nuestra jefa —declaró y las miradas se dirigieron hacia mí.
Las personas a nuestro alrededor comenzaron a dirigir sus miradas hacia nuestro mal hecho círculo que había sido abierto por los Hoffman.
—Los quiero cerca —dije simple ante la mirada de inquisición que me estaban dando —aunque eso ya no es asunto suyo ¿no?
Klein rio de forma incrédula.
—Por ahora —una de mis cejas se enarcó.
—Claro —contesté de forma sarcástica.
—¿Relish, Calen y Heish? —cuestionó Meyer y los tres asintieron —Meyer Hoffman —se presentó.
La conversación fue vana y superficial, básicamente era una conversación que los mantenía cerca mientras me miraban de soslayo.
Hasta que llegó el comienzo de la gala y cada uno fue hacia el lugar que le correspondía.
Por supuesto, yo quedé con ambos hermanos a cada lado de mi, Nath estaba junto a Takashi con Liam a su otro lado y Alisha junto con sus esposos habían tenido que moverse hacia su lugar alejándose de nosotros.
La noche pasó de acuerdo con lo esperado en una celebración como esa.
Comida, copas de un lado a otro, música suave y un murmullo bajo de las conversaciones que se llevaban a cabo en las diferentes mesas.
Por mi parte me mantuve en silencio sin querer entablar conversación con las personas que tenía en frente.
Todo iba bien, hasta que un mesero pasó por detrás de mi y dejó frente a mí una tarjeta con las letras Hoffman brillando en un plateado suave.
Por detrás se encontraban unas indicaciones y casi sonreí al saber de qué se trataba.
En el baño de damas en quince minutos.
B.
Un ligero temblor se instaló en mis manos y suspiré pesadamente mientras apretaba el pequeño rectángulo.
Imaginaba por qué me buscaba, Becker tenía sus inclinaciones las cuales eran casi imposibles de olvidar.
Suspiré entrecortadamente y casi empujé el tiempo para que pasara lo más rápido posible.
—Ya han pasado los quince minutos —susurró Toshio en mi oído y cuando se alejó aprecié su suave sonrisa.
Al ver que no había ningún sentimiento negativo atravesando su rostro me puse de pie mientras empujaba la silla para atravesar el lugar con las miradas puestas en mí.
Resaltaba, no era un secreto y diferente a antes me gustaba la atención que atraía hacia mi persona.
En cuanto ingresé en el pasillo lo crucé de forma rápida hasta llegar al baño.
Con el corazón latiendo a una velocidad peligrosa me adentré en él y cerré la puerta detrás de mi para que nadie más pudiese entrar.
Una suave sonrisa apareció en mis labios al ver a Becker recostado del lavabo.
Con pasos rápidos me acerqué a él y envolví mis brazos alrededor de su cuerpo para luego besarlo.
Sus manos se aferraron a mi cintura para apegarme a él haciendo más íntimo el momento, permitiendo que me empapara de su presencia y sonreí en medio del beso.
Pero la nube que había estado creándose se rompió en cuanto abrí mis ojos y vi a Klein a través del espejo.
Bufé mientras me alejaba de los brazos de Becker para ir hacia la puerta.
—Era rubia igual que tu —declaró cruzándose en mi camino para que no pudiese salir.
Un nudo se instaló en mi garganta cuando el entendimiento me recorrió.
—Tu nombre escapaba de mis labios cuando lo hacía, su piel se parecía a la tuya, solo que nunca se sentía como lo hizo contigo —mis ojos se humedecieron levemente ante sus palabras.
Y quise dejar que salieran, pero verme vulnerable no volvería a ser una opción, no mientras sintiera que esa conexión que me permitía ser como realmente era frente a ellos continuara rota.
—Te fuiste demasiado tiempo y creí que no ibas a regresar —él suspiró pesadamente —creí que ya te habías ido para siempre.
Y sin dudarlo un segundo levanté mi mano y le di una sonora bofetada.
—Vete al puto infierno al igual que tu —señalé a Becker —¿Qué no entienden el nivel de daño que pudieron haber provocado? —cuestioné sin importarme sonar dolida —dejaron a una alcohólica con dependencia emocional en un solo segundo, pude haberme suicidado, pude haberme perdido más de lo que estaba, pudieron haberme perdido. Me dieron algo a lo que aferrarme creyendo que el amor que les tenía era suficiente para mejorar y volver y sí lo fue —admití —aunque había muchas cosas que no consideraron si funcionó, pero luego regreso creyendo que los encontraré disponibles como me prometieron y me doy cuenta de que ya buscaron remplazo para mi y lo peor es que no parecían recordarme, porque me vieron, justo aquí en este lugar.
Becker frunció el ceño mientras se movía para ver directo a mi rostro.
—Me asediaste, Becker, sin importarte que no te dijera una sola palabra —negué mientras una sonrisa desastrosa cruzaba mi rostro —¿cómo creen que me sentí cuando regresé y me percaté de que no fui lo suficientemente importante en sus vidas como para que buscaran a alguien más que me suplantara? ¡No estuve con nadie más todo ese tiempo!
—Calli —negué callándolo casi de inmediato
—No, no puedes venir con justificaciones absurdas ¿saben que es lo peor? Que los justifiqué, busqué en mi mente cada cosa para excusar el que hayan fallado, el que no me hayan esperado, pero ya no más de eso, ustedes fueron unos... —negué para no soltar dicha blasfemia —no digan que pensaban en mi mientras se follaban a otra como si eso fuese un maldito favor, lo hicieron por y para ustedes, así que sigan mojando su polla en cualquier coño que se encuentren, porque realmente estoy harta de sentirme así.
Pasé las manos por mi frente de forma violenta.
—Estoy harta de moverme alrededor de ustedes para recordarles que sigo aquí, ya no más, de verdad que no, así que supongo que hasta aquí llegó.
Y sin molestarme en esperar una respuesta los empujé a ambos para abrir la puerta y tras ella me encontré a Meyer con una mirada indescifrable que me dejó saber que había escuchado todo.

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Atados a mi
General FictionSentir que el mundo se te cae encima es la peor sensación, pero es peor aun cuando las únicas personas que te lo sostenían se van dejando que caiga por completo sobre ti. Cuando eso sucede la única opción que queda es levantarse y sostenerte el put...