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Me mantengo quieta, es más, estática mirando a aquella mesa sin procesarlo del todo, como si se me hubiera reiniciado el Windows.

En estos momentos lo único que quiero es darme la vuelta e irme por donde llegué, es más que la tierra me trague y que ni siquiera me escupa en otro lugar.

Mis ojos se enfocan en sólo lugar y no en los señores Douglas o en mis padres sino más bien en los Allister.

En Elrik y Gabriel que es inhumano el parentesco que tienen, en estos momentos creo que en vez de ser su hijo es su copia exacta de no ser por sus ojos, aunque también eso va para mí mamá y para mí que ya perdí la cuenta de todas las veces que me han dicho que me parezco a ella. De pies a cabeza.

Pero ellos, ellos e incluso en la aura, porte, expresión, en todo se parecen.

Me sobresaltó cuando alguien llega detrás de mí, tomándome por la cintura, pero me estremezco solo cuando su aliento choca muy cerca de mí oído. Solo tú toque me asquea.

-Mucho tiempo sin verte, Dulzura -me aparto de él tan rápido como puedo, pero me doy cuenta que fue en vano pues Elrik ya nos estaba viendo.

Fruncí el ceño cuando me giro a verle y encontrarlo sonriendo, como sí hubiera cumplido con su propósito.

-¿Qué pasa? ¿Por qué esa mirada? -cuestiona y yo lo miro con indignación-. ¿Acaso no te gusta volver a verme?

-Hubiera preferido no volver a verte jamás, Dante -soy sincera y no oculto mi molestia en mi voz algo que él solo se lleva una mano a su pecho fingiendo ofenderse.

-¡Auch, eso dolió, ¿Sabes?! -dramatiza, mirando de reojo a la mesa donde están nuestras familias-. No sé si los Torrance son estupidos o solo quieran un espectáculo al ponernos a todos en la misma mesa -no se si lo está diciendo para él mismo o para mí-. Yo creo que lo segundo. Vamos, ¿O seguiremos aquí parados como idotas, Dulzura?

-Abrahel -le corrijo aún sabiendo que él segura llamándome como se le plazca. En ese sentido, él y Elrik son iguales.

Y con la espalda recta, cabeza en alto y mirada altiva empiezo a caminar hacia donde se encuentra la mesa, intento no mirar a Elrik aún que se que él ya lo está haciendo, pues siento su filosa mirada clavada en mi.

-Te dije que no confiaras en Elrik -me recuerda haciéndome entender que esta detrás de mí caminando.

-También recuerdo haberte escuchando decir que no confiara en ningún Allister -mis palabras salen con veneno-. Y tú eres un Allister.

Suspira detrás de mí.

-Pero yo jamas te haría algo malo -dice haciéndo que me detuviera bruscamente. ¿Por qué siento que esas palabras son falsas? -. ¿En verdad crees que conoces a Elrik? -inquiere sin una pizca de burla en su voz. Él se pone aún lado de mí y baja la mirada para poder verme-. ¿O solo conoces lo que a dejado que veas?

La duda. La desconfianza. El temor. Toda una avalancha de emociones me inundaron por completa. Solo dos preguntas, dos y eso hace que una espinita me haga dudar de Elrik. Sin poder evitarlo mis ojos viajan a Elrik y su ceño se frunce al notar la forma en la que lo miro.

-Elrik es demasido bueno en ocultar lo que en verdad es, Abrahel -habla y se que sabe el conflicto interno en el que me acaba de meter-. Recuerda; aveces él peor lobo se viste de oveja.

Aquí el problema es que, Elrik siempre me ha advertido, me ha dicho, me ha demostrado que estar con él es malo para mí, pero soy consciente que, hay una posibilidad de que, él Elrik que yo conozco, solo sea lo que él quiere que yo vea.

Hasta el momento Elrik es un enigma, un secreto, una caja bien cerrada. Sus muros aún siguen siendo demasido visibles antes mis ojos y eso no lo puedo negar.

Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora