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Me llevo ambas manos a mis oídos en un intento inútil por no escuchar esos disparos junto a esos gritos que inundaron todo el lugar y de no ser por qué Elrik me sostiene entre sus brazos, pegandome en su cuerpo en forma de protección, ahora estuviera sentada en el suelo.

Retuve un grito cuando más disparos se escucharon. Estoy más que asustada, estoy aterrada... aterrada de una manera en la que jamás me había sentido. Estoy horrorizada.

Todo mí cuerpo se tenso, mí garganta árida, mis ojos se nublaban y toda mí sangre se heló al seguir escuchando esos gritos que provenían de abajo. Gritos desgarradores.

Se supone que esto no debería de estar pasando... se supone que solo sería una fiesta de Halloween común y corriente y no esto.

Mi corazón retumbaba y resuena en mis oídos. No me podía mover y tampoco era como si en verdad quisiera moverme de aquí, lo único que esta pasando por mí cabeza es en todas esas personas que están abajo y en como estarán.

Ahogo un grito y me estrenezco entre sus brazos cuando un disparo se escucho tan cerca de nosotros que no pude evitar que una lagrima saliera de mis ojos una vez los cerré con demasiada fuerza, asustada por completo.

No, esto debería de estar pasando.

Pero esta pasando.

Siento como los músculos de su anatomía se tensan mietras me pega más a él, como si temiera que en cualquier momento me fueran a apartar de él.

-Mantente callada, Abrahel -lo escucho susurrarme. Podía escuchar su respiración pesada al igual que su pecho subía y bajaba con pesadez.

Pero no fue hasta que, una voz ridículamente conocida, me hace que todos las alarmas de alerta se activarán dentro de mí como un interruptor.

-Busquen en cada puto rincón, pero encuentren a esa mojigata -su voz se escucha lejos-. No puede esconderse por siempre.

Elrik también la reconoció por que en cuestión de segundos y mientras decía algo por lo de abajo, me tomó de la muñeca y me obligó a caminar hasta el otro extremo de la habitación, donde se encuentra la segunda puerta de la habitación.

Mis pies se sentían pesadas, como si estuviera cargando una tonelada de piedras. No sé que es lo que está pasando por la mente de Elrik o sí por lo menos esta consiente en lo que está pasando, aún que yo tampoco se lo que pasando, pues no dice nada solo me toma de la muñeca con fuerza mietras me arrastra por toda la habitación.

Solo nos costo unos segundos llegar a la segunda puerta para enseguida ser abierta por Elrik y en cuanto se aseguró que nadie estuviera del otro lado, me da un jalón y me saca de la habitación, dejándome en el otro pasillo que claro, no conozco, sin llegar a soltarme la mano.

Frunci el ceño cuando pasaron unos segundos y él solo se mantenía en el umbral de la puerta. Me miraba con miedo, con terror, con desesperación e inquietud.

Mis ojos viajan atrás de él para notar como alguien del otro lado de la otra puerta intenta abrir la puerta con brusquedad.

-Mírame Abrahel -pide, pero no lo hago, lo único que soy consiente es en el pánico que me esta matando por dentro al ver como intentan abrir la puerta a la fuerza a sus espaldas-. ¡Mirame carajo! -alza la voz. Esta vez lo miro y es como sí todo lo que estoy sintiendo en estos momentos, él lo pudiera ver, por que de inmediato su rostro se suaviza solo un poco.

-¡Maldita, se que estás allá adentro! -la misma voz que había escuchado antes me hace verificar que es él y que, es a mi a quien busca-. ¡Abre la maldita puerta, mojigata.

Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora