De hecho, si hay un sentimiento que podría describir cómo me siento en estos momentos: Aterrorizada.
Aterrorizada al darme cuenta que no titubeé al momento de tomar la pistola. Aterrorizada al darme que sin una pizca de duda tome el arma y les apunté sin flaquear. Aterrorizada a lo que pueda pasar. Aterrorizada al darme cuenta que en verdad quiero dispararles, pero me detengo por Daniel, no quiero hacerle daño pese a todo lo que viví hoy, a todo lo que he descubierto y el odio palpitante que tiene hacia mí por algo que no estaba en mis manos. Me aterroriza disparar y luego llenarme de culpa.
No quiero mancharme las sangres por personas que no valen la pena.
Se lo merecen.
-No tienes los cojones para hacerlo, Abrahel -me tensé y apreté mi mandíbula cuando Daniel habló en tono serio, pero con una pizca de burla, como desadiandome-. Nunca pudiste disparar una sola puta vez cuando Damon intentaba, en vano, enseñarte. Esta vez no será diferente. Eres una cobarde.
Mis manos temblaron unos leves segundos, pero los suficientes como para que él... para que ellos lo notaran y dejar en claro sus palabras.
Mi vista pasó de Daniel a Eduerdo y de Eduerdo a su hombre quien para mí total sorpresa, no se ha movido del mismo lugar y no lo se, pero me da la impresión de que así lo quisiese ya me hubiera inmovilizado desde el primer instante en la que tome el arma.
Regrese la mirada a Daniel. Tiene razón lo que dice porque con Damon nunca pude dispararle a un blanco, con él siempre algo dentro de mí se resistía a tomar entre mis manos un arma, mucho menos disparar, pero... sí con Elrik, ¿Por qué? Porque con él me sentía a salvo, a gusto... con él yo podía ser yo sin temor a que, hiciera lo que hiciera, él jamás me juzgaría o iría a contarle a mi padre lo que hacía en mi día a día como lo hacía Damon y no estoy diciendo que eso sea malo después de todo Damon trabaja para mí padre.
Ladeé la cabeza hacia un lado con una sonrisa ladina y muevo, muy sutilmente mi mano, la misma donde sujeto el arma, hacia Daniel. Sus ojos se abren en par al ver como apuntó a su dirección y con terror en sus ojos da un paso hacia atrás como temiendo a que en verdad le vaya a disparar y si lo hago, disparo, pero no hacia él sino al suelo, justo a centímetros de sus pies llenado cada facción de su rostro en completo pavor.
Un "pum" fue lo que resonó en todo el lugar seguido de una estela de humo que se fue desvaneciendo en el aire. El olor a pólvora fue fuerte al igual que mi corazón latiendo frenéticamente en mi pecho amenazando con salirse al ver, al ser consiente lo que acabo de hacer.
Sin dejar de apuntar hacia él que parece estar en trance, en otro lugar, pero no aquí pues no se mueve, solo mira al suelo, donde la bala se estrelló mietras murmura cosas, cosas que en estos momentos me da una mierda saber. Su rostro perdió todo color al igual que esa mirada desafiante, burlona y llena de odio. Ahora es más bien... perdida como sí intentará procesar lo que acaba de pasar o más bien lo que yo acabo de hacer.
Y yo también lo estoy.
Por mi cabeza pasa la idea de soltar el arma, dejarla caer y que pase lo que tenga que pasar, pero no lo hago, no dejaré que la ventaja que tengo ahora mismo se vaya en picada. Tengo que salir de aquí, con vida si es posible.
Porque se que me trajeron aquí por un objetivo; Matarme.
Deshacerse de mí. Eduerdo lo dijo; Soy una amenaza para él ahora que se de más. Demasido.
Y aún así siento que algo no cuadra, que algo falta. Sí me trajeron aquí para matarme, ¿Por qué aún no lo han hecho? Pidieron hacerlo cuando puse un pie adentro, pudieron matarme sin más, entonces, ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
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Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]
RandomPara Abrahel todo esta resuelto, ella cree que nada ni nadie puede hacer que su vida de color "rosa" se vaya por el caño, pero todo cambia cuando un chico peligrosamente atractivo y misterioso aparece en su vida. Un Allister. ¿Que pasará? ¿Todos los...