Elrik.
Sonrío.
Genuinamente lo hago al verla a mi lado.
Esta vez no huyó.
Sin borrar la sonrisa de un tarado le aparto un pechon de su castaño cabello y así poder ver como duerme tranquila con apenas la manta cubriendo su perfecto cuerpo.
Su reputación es lenta, tranquila y pausada, su pecho sube y baja despacio y mantiene un brazo abajo de la almohada y la otra encima de ella. No es como lo pintan en las películas en donde la chica se levanta peinada, maquillada y más fresca que una lechuga.
No.
Abrahel tiene el cabello hecho un nido de pájaros, tiene la boca media abierta y estoy seguro que hasta baba seca tiene en su mejilla. De esta manera no parece la princesita bien arreglada que siempre está al margen y atenta a cada detalle. La Abrahel que tengo justo a mí lado es la auténtica, la que no se preocupa por su aparecia y aún así se me hace jodidamente preciosa y... jodidamente sexy y follable.
Bajo la mirada al inicio del valle de sus pechos y no mentire, quise hundir mi rostro en ellos, mordisquearlos y dejar mis marcas en ellos como todo un obsesionado por ellos y si que lo estoy, ese par de pechos me encantan, y lo iba hacer pero ella no me dejó, solo me aparto y en menos de cinco minutos se quedó dormida tan profunda que ni cuenta se dio cuando pase mis brazos alrededor de ella y la pegue a mí para enseguida taparla.
No dormí, no cuando estaba consiente de la chica preciosa a mi lado desnuda, pegada a mí y que cuando subió su pierna a mi, no pude evitar que varias veces se me pusiera dura. Soy un hombre fácil cuando de ella se trata.
Abrahel se remueve debajo de la manta, arriga su nariz y después abre un poco sus ojos. Una sonrisa pequeña aparece en sus labios e inconscientemente bajo la mirada a ellos querido hacer una sola cosa; besarla.
—Buenos días, reina mía —mi voz es baja y suave tanto que hasta a mí me sorprendió.
—¿Qué hora es? —pregunta con voz aguda y somnolienta.
—Tarde como para ir a clases.
Asintió, frotándose los ojos mietras bosteza.
Sí, puede que no la haya levantado a tiempo para ir al colegio y se cuanto le importa pasar las asignaturas pero no la quise despertar ya que anoche no la dejé dormir...
No cuando tome todo de ella hasta estar saciado y satisfecho... lo que no pasó. Parece que entre más tomo, entre más la follo, entre más la reclamo, más quiero de ella, de sus risas cargadas de malicia, lujuria y de placer, de como se moldea a mí y a mi carácter duro. Poco me costó darme cuenta que ella es mi luz en toda la oscuridad que hay dentro de mí. Ella es mi escapatoria de la realidad y quiero que ella sea mí realidad, la quiero a ella en mi vida. ¿Egoista? ¿Posesivo? Puede ser, pero es mía y quien intente quitarmela primero le arranco los ojos.
La manta se desliza por su cuerpo hasta quedar en su regazo cuando ella se levanta dejándome una vista perfecta de sus senos y mi polla se pone dura de inmediato. Me aclaro la garganta y me obligo a apartar la mirada antes que me lancé sobre ella como un animal en celo.
Ella al darse cuenta, vuelve a cubrirse, avergonzada. No entiendo el por qué su actitud y aún que me molesta que se tape para cubrir su cuerpo, me quedo callado y solo me acerco a ella para darle un beso en la frente.
—Iré a darme una ducha —le aviso y ella se mantiene callada solo mirando cada parte de mi rostro en busca de algo—. No me molestará si en un rato me alcanzas.
No contestó solo siguió mirándome seria. Fruncí el ceño, no es normal que ella se quede callada por mucho rato no cuando parece hablar hasta por lo codos. Al principio eso me molestaba y ahora me molesta que se quede callada. amo escucharla, su voz me relaja.
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Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]
De TodoPara Abrahel todo esta resuelto, ella cree que nada ni nadie puede hacer que su vida de color "rosa" se vaya por el caño, pero todo cambia cuando un chico peligrosamente atractivo y misterioso aparece en su vida. Un Allister. ¿Que pasará? ¿Todos los...