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Elizabeth seguía aferranda a mi brazo, como si su vida dependiera de ello, caminamos en la oscuridad de la noche siguiendo a Hilai quien después decir lo que dijo simplemente se limitó a decir o más bien exigirnos que lo siguiéramos. Desde entonces no ha dicho una palabra.

No pasó menos de dos minutos cuando ya empezaba a escuchar la música, gritos y por supuesto ver a lo lejos siluetas de personas.

Entre más nos acercábamos más fuerte se escuchaba el bullicio al igual que la música y en cuestión de segundos es cuando por fin habíamos llegado.

Se trataba de un edificio antiguo de no más de dos pisos. Estaba compuesto de inunerdos ventanas, las cuales la mayoría ya estaban rotas y hasta mero arriba de este decía en letras grandes "Autódromo" de esos lugares que usaban mucho para las carreras en los años 80s y 90s, pero en que en algún punto dejaron de usar y eventualmente fueron olvidados.

Veo como chicos de nuestras edad al igual que personas mucho más grandes que nosotros entrar por las puertas que, en algún puntos estuvieron cerradas y que por supuesto alguien tuvo que forzarla para poder entrar a la propiedad.

Hago una mueca de asco cuando veo que justo en la entrada del edificio una chica de cabello ondulado se inclina por completo hacia adelante llevando una mano al marco de la puerta y la otra en su estómago para en seguida empezar a vomitar hasta su pobre existencia.

Detengo mí andar al igual que mí amiga una vez Hilai se detiene y saca su celular del bolsillo de su pantalón, para enseguida teclear algo y subirlo hasta su oreja, lo siguiente que escuché -algo casi imposible  ya que la música estaba a todo lo que da- fue:

-¿Donde estas? -le preguntó a quien sea que esté en la otra línea.

Ambas intercambiamos una miradas cuando Hilai nos mira por encima de su hombro y con voz fuerte y seria nos dijo:

-Quedense aquí ¿entienden? -demanda y ambas contestamos al unísono:

-Si.

Lo siguiente que él hizo fue lanzarnos una mirada de advertencia a lo que puse los ojos en blanco para luego alejarse unos cuantos metros de distancia como si no quisiera que lo escuchemos. Tanto misterio que se traen los Allister me tiene harta.

Una canción que reconocí como Or Nah de Somo empezó haciendo que todos el gentío que se encuentra adentro y todos los que están aquí afuera soltarán un grito de emoción por la canción y yo me les hubiera unido sino fuera por qué vi como la misma chica que hace unos minutos estaba vomitando ahora estaba sentada en el suelo recargada en la pared blanca justo aún lado de su vómito, pero lo que llamo mi atención no fue ella,no, lo que si lo hizo fue él chico que ahora estaba parado enfrete de ella mirándola.

Inconscientemente me deshice del agarre de mí amiga, ella chilla ante mí inesperada reacción, e incluso escuché como me preguntó qué que pasa, pero no hice caso. Mis piernas se movieron por si solas como si tuvieran vida propia y fui justo hacia donde la chica se encontraba.

A mis espaldas escuché la voz de Eli llamarme por mí nombre, pero no hice caso, lo único que quería era ver aquel chico y ver si es quien yo creo que es.

Empujo e incluso piso a todo aquel que se interponia en mi camino, necesitaba verle, ver con mis propios ojos que no sea él... que no sea mí hermano.

Con cada paso que daba más mi corazón empezaba a latir más frenéticamente amenazando por quererse salir de su caja torácica. Lo único que podía ver era la espalda de aquel chico, pero podía ver con claridad a la chica, quien desde su lugar miraba al esté y por la forma en que lo miraba detenidamente supe que algo le estaba diciendo él.

Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora