Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]

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Desde hace una hora, estoy aquí, sentada en la silla giratoria en mí habitación justo enfrente de la ventana de mí habitación admirando como el cielo se ilumina por esos relámpagos que caen desde allí.

Las gotas de lluvia cae con fuerza y el fuerte viento hace que las ramas del árbol junto a mí ventana se mueva y creen un sonido aterrador, pero sorprendentemente tranquilizante para mí, pero atemorizantes para mí yo de haces años.

Estoy sentada en forma de indio con una manta alrededor de mí mietras apreto con fuerza uno de los libros que papá me regaló y el cual es como un tesoro para mí.

Las noches como hoy, son las mismas en la que no puedo dormir. Eso es algo que desde hace años sufro y la razón por la cual hace años necesitaba pastillas para dormir.

Para nadie en esta familia e incluso los que no lo son, saben que sufría de insomnio, pero eso es algo que ya nadie habla, es como sí hubieran preferido guardarlo y nunca mencionarlo o por lo menos en delante de mí.

Estas noches hacen que tenga un exceso de recuerdos y hoy no fue la excepción pues recordé lo que en los últimas semanas había evitado pensar.

Flexione mis rodillas pegando mis muslos a mi pecho y sin poder hacer más, me llevé ambos manos a mí boca y apreté allí, como sí temiera que algún ruido involuntario saliera de mí boca cuando escucho las puertas abrirse creando un silencio aterrador en todo el lugar.

Puro silencio, un silencio incómodo, siniestro y pesado en todo en lugar, un silencio que de inmediato sabes que algo malo va a pasar. No sabía de quién o de quiénes se trataba al principio, pero tampoco podía asomarme y ver por mí misma, hacer eso, sería estupido de mí parte como suicida.

-¿Qué... qué hacen aquí? -dijo ella con evidente miedo en su voz y yo ahogue un grito cuando uno de los tipos azota su mano en la madera de la recepción haciendo que viera como ella temblaba en su lugar y que me estreneciera.

-¿Donde está Elrik? -pregunta una voz masculina, fuerte y gruesa. De esas que con solo escuchar sabes que no puedes jugar con él. Una voz demasiado parecida a la de Elrik y es que en ese momento no sabía de quién se trataba.

-No... no está.

-Lara... -esa voz, esa juguetona, divertida, pero a la misma tajante, claro que la reconocí de inmediato. Se traba de Dante.

-En verdad no está -ella volvió a decir.

-Niña uno de mis hombres lo vio entrar hace una hora -la misma voz pesada del primer hombre, habla-. Y con alguien

Recuerdo como mí corazón empezó a latir frenéticamente.

Lo único que pasó por mí mente en ese momento fue:

¿Quien es ese hombre?¿Qué hace Dante con él? ¿Y qué quieren de Elrik?

-Salió hace diez minutos -recalcó ella después de unos segundos-. Supongo que tú hombre no te informo eso.

-¿A donde?

-Gabriel ,que este aquí casi todo el tiempo, no significa que sepa a donde vaya él -dijo sin titubear a lo que Dante solo dejo salir una risita, esa risita que él me dedicó y que me grabé cual grabadora fuera en mí mente. Abrí a no más poder mis ojos.

-¿Y la chica? -esa vez habló Dante.

Apreté aún más mis manos en mí boca y creo que hasta por unos largos segundos dejé de respirar.