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Lo primero que veo al entrar es una chica no pasados de los veintes de cabello negro, tan negro con el de Elrik a la altura de sus hombros, sus ojos verdes como dos pequeños esmeraldas y sobre todo un piercing en su labio inferior. Es linda.

Una vez la chica se da cuenta de nuestra presencia, se levanta de inmediato quedando atrás de la recepción, doy un respingo cuando la chica deja caer con mucha más fuerza algo que de inmediato rebotó al suelo.

No voy a mentir, la chica me intimida y más cuando sus ojos se enfocaron en mi haciendo que por instinto diera un paso hacia atrás y sobre todo hacia atrás de Elrik.

Inconscientemente mi mano viaja al borde de la camiseta de él y me aferro una vez veo como un hombre pelón y sobre todo con piercing y tatuajes en casi todo su rostro va bajando por las escaleras. No me gusta juzgar a la gente por como se ve, pero es que en estos momentos no se ni que pensar.

Subo la mira para poder mirarlo a él a sus ojos azules para encontrarlo ya mirandome y sobre todo con una sonrisa burlona en su rostro. Seguro en estos momentos me debo de ver como un cachorro miedoso e indefenso ¿Pero como no estarlo? Cualquiera en mi posición estaría igual o peor, imaginándose de lo peor.

-¿Y ese milagro que te dejas ver, Elrik? -la voz de la chica hace que mi vista cayera a ella.

El pelinegro se encoge se hombros. Ok, me quedo un poco más tranquila al saber que se conocen. El hombre pasa por nuestro lado sin siquiera mirarnos a lo que dejo salir un suspiro de alivio.

-Eh tenido muchas cosas que hacer -se limita a decir.

La chica una vez más me mira, pero esta vez pasando su mirada por todo mi ser y sin poder evitarlo me sentí expuesta ante su mirada.

-Y la estirada ¿Quien es? -pregunta refiriéndose a mí y yo la miro mal ¿Como se atreve a decirme estirada?

-Mí nombre es Abrahel, no estirada -respondo a la defensiva. Una risa baja y sutil sale de Elrik y yo sin pensarlo le di un golpe en su hombro-. ¡No te rías! -lo regañe.

-Cómo digas -dice ella, entre cerrando sus ojos un poco sorprendida del golpe que le di a él-. El ascensor no sirve -nos informa y luego apunta las escaleras-. Tendrán que subir por las escaleras.

-¿Cuando en los últimos dos meses a funcionado esa mierda? -dice él apuntando al ascensor. Me es imposible no notar la forma en la que habla con ella, nada que la forma con la me habla a mí.

Ella se encoge de hombros.

-No es mi culpa que vengas cuando se descompone -Habla la chica.

-Como sea -da por terminado la conversación-. Nos vamos.

Elrik me mira y yo asiento para luego caminar primero hacia las escaleras, pero cuando me doy cuenta que él no sube, me giró para encontrarlo al final de estas con las maletas en el suelo.

-Ten... -me extiende las llaves las cuales saca de su bolsillo-. Último piso, departamento 35.

-¿Y tú...?

-Ve.

Es lo único que dice a lo que yo solo tomo las llaves, me giró y empezó a subir las escaleras un poco molesta por dejar que me suba sola en un edifico donde puede haber de todo.

Cuando llegó al último piso empiezo a revisar los numero de cada puerta hasta encontrar la 35. Meto la llave a la perilla, le di vuelta y esta se abre dejamende ver el interior de este.

Un poco dudosa entró y sintiéndome extraña por estar en este lugar, entro y una vez encuentro el interruptor que prende las luces, lo primero que mis ojos encuentran es una sala de estar que consiste en un sillón café el cual está pegado a la pared, justo a lado de un pasillo el cual desde mi lugar puedo ver tres puertas, dos de ellas se encuentra cerradas, pero la del final está media abierta. Una mesa de cristal en frente del sillón y de la otra pared una televisión un tanto grande cuelga de la pared.

Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora