No muevo ni un solo músculo y creo que ni siquiera parpadeé cuando Daniel Pará el auto justo afuera de las puertas de hierro del cementerio. Un cementerio que sola una vez he pisado y fue hace años.
Daniel rodea el auto y abre mí puerta. El frío de la noche me recuerda que solo llevo un vestido.
—Baja —ordena.
Lo miré con horror.
—¿Qué? ¿Estás loco? —negué mietras me cruzaba de brazos—. No pienso bajar.
—¡Abrahel!
—¡Abrahel nada! —estoy indignada—. Primero tratan de matarme, luego me arrestan y me tratan como una vil asesina y ahora, ¿Me traes a un cementerio? Discúlpame, pero no. He pasado de mucho esta noche como para aguantar esto ahora.
Deja salir un suspiro, como sí intentará encontrar un poco de paciencia en lo más profundo de él. Cierra sus ojos unos cuantos segundos y luego regresa su mirada castaña que, ahora se ve negra por la oscuridad que hay, a mí.
—Tú querías respuestas, ¿No? —su voz suena calmada.
—Sí, pero no en un cementerio —puntualizo.
—Las respuestas que estás buscando aquí están, hermanita —me muerdo mi lado inferior por todo el nerviosismo que esta recorriendo todo mí cuerpo.
—No, yo no voy a entrar a ese lugar.
—Lo harás —asegura y yo no se por que esta tan tranquilo de estar aquí.
—¡No!
—¡Sí!
—¡No y menos por que estoy descalza!
—Eso se puede solucionar —y sin preguntarme primero, me toma del brazo, me saco del auto y me alza cual costal de papas fuera. ¡Genial!
—¡Daniel!
Grito, pero a él le importó poco, solo camino uno cuantos pasos hacia adelante hasta que me bajo una vez quedo justo en frente de las puertas claramente cerradas. Una vez mis pies pisaron el suelo empredado, mí vista se enfoco en Daniel que miraba las puestas como si en su mente estuviera ejecutando un plan. Un plan que se que no me gustara.
—Cuidado donde pisas, Abrahel —abrí en grande mis ojos, ¿Daniel preocupado por mí? Eso sí no me lo esperaba.
—¿Y ahora qué genio? Las puertas están cerradas —digo lo obvio, pero él no me miro.
—¿Puedes escalar las puertas? —pregunta pasando su vista por ambas puertas. Lo miré incrédula.
—¿Qué? No —lo mire a él y luego a las puertas—. ¿Tanta es tú urgencias que vea lo que sea que me quieres enseñar?
No contesto y un silencio que me puso los vellos de punta, reino en todo lugar. No sé escuchaba nada. Ni un grillo... ¡Nada!
—Es hoy o nunca, Abrahel —se gira a verme. Su mirada era calculadora como sería.
—¿Y no podemos...
—Papá tiene ojos donde quiera —di un paso hacia atrás—. Sí pisamos este lugar de día él e incluso él cabron de Gabriel se darían cuenta en cuestión de horas sino es que en minutos.
La forma en la que lo dijo, la forma tan seria en la que me mira y la postura tan rígida en la que está, es que me doy cuenta que, tal vez, y solo tal vez, Daniel se la está jugando por mí y que sí nos atrapan nada bueno nos espera.
—¿Qué hay allá? —no pude evitar preguntar, sintiendo como una piedrita se empeza a encajar en mí pie.
—Tú misma lo verás —es lo único que dice antes de aferrarse a los barrotes de la puerta—. No tenemos toda la noche.
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Por Favor, No Me Odies [BORRADOR]
RandomPara Abrahel todo esta resuelto, ella cree que nada ni nadie puede hacer que su vida de color "rosa" se vaya por el caño, pero todo cambia cuando un chico peligrosamente atractivo y misterioso aparece en su vida. Un Allister. ¿Que pasará? ¿Todos los...