Belcebú, desilusionado por la incapacidad de Shiro para derrotarlo, contraatacó con su Sorath Vau, pero Shiro se protegió hábilmente con una Barrera, preparándose para el siguiente asalto.
Pasado
Había una vez en el reino de los cielos un dios llamado Belcebú, el señor de las moscas, quien estaba maldito por el rey del infierno, Satanás. Debido a su maldición, ningún dios quería acercarse a él, ya que todo aquel que lo hacía moría perdiendo su corazón, y Satanás se los devoraba.
En el pasado, después de conocer a Lucifer, Azazel y Samael, Belcebú rápidamente desarrolló un fuerte vínculo y una estrecha amistad con ellos, comenzando a sentirse feliz y agradecido de ya no estar solo. Sin embargo, debido a su maldición, encontró a sus tres amigos muertos y con el corazón arrancado.
Desde entonces su único objetivo fue encontrar y matar a Satán con la ayuda de Lilith, pero una vez más, cuando empezó a desarrollar afecto por ella, acabó siendo asesinada. Esto le hizo aprender la brutal verdad de que en realidad es Satanás.
Después de todos estos acontecimientos, Belcebú perdió las ganas de vivir, volviéndose sombrío, introvertido, prohibiéndose vincularse con nadie, creando una armadura emocional para mantenerse a salvo del resto de personas para evitar sufrir más de lo que ya ha sufrido en su vida. Su único deseo es encontrar a alguien que pueda matarlo.
Después de la misteriosa desaparición de Hajun hace siglos, Belcebú comenzaría a recolectar pequeñas muestras del demonio pues este había dejado restos de sí mismo después de que destrozara la mitad del Helheim. Una vez que Belcebú consiguiera las muestras, este se marcharía a su laboratorio para así poder experimentar con ellas; logrando cultivarlas para así poder crear una "semilla" que implantaría en Zerofuku.
Presente
Con determinación, Shiro desató una serie de Ojos del Mal, haciendo que la agonía, el dolor y el miedo se apoderaran de Belcebú. El Ojo del Mal de la Maldición debilitó su voluntad, mientras que el Ojo del Mal del Pánico sembró el caos en su mente, trayendo a la superficie todos los horrores de su pasado. Los rostros de Lilith, Azazel, Samael y Lucifer le atormentaron, aumentando su desesperación y las ganas de poner fin a su propia existencia. Finalmente, el Ojo del Mal de Estasis lo dejó paralizado, incapaz de moverse o escapar del tormento psíquico que lo envolvía.
Belcebú, en medio de su sufrimiento, apenas pudo articular unas palabras entrecortadas. "¿Qué... qué... estás... haciendo?", balbuceó, su voz llena de angustia y confusión.
Shiro observaba con frialdad el efecto de sus poderes sobre su oponente. "Solo... estoy cumpliendo mi objetivo", respondió con calma, sus palabras cortas y precisas, como si estuviera hablando de un asunto trivial.
Para Belcebú, cada segundo era una eternidad de tormento, pero en su interior, una chispa de determinación se encendió. A pesar del dolor y el miedo, se aferró a esa pequeña llama de esperanza, sabiendo que no podía rendirse en su deseo de morir. Con un esfuerzo sobrehumano, luchó por liberarse de la parálisis y encontrar una forma de contrarrestar los poderes de Shiro.
Con cada respiración, Belcebú luchaba por mantener su cordura, por resistir el torrente de emociones y recuerdos que amenazaban con consumirlo. Aunque su mente estaba envuelta en tinieblas, un instinto de supervivencia ardía en lo más profundo de su ser, instándolo a no ceder ante la desesperación.
Shiro, observando con su habitual frialdad, permanecía imperturbable ante el sufrimiento de su adversario. Para ella, la batalla era simplemente un medio para alcanzar sus objetivos, y los tormentos infligidos a Belcebú eran solo un paso más en su camino hacia la victoria.
Mientras tanto, en el caos de su mente atormentada, Belcebú encontró una fuerza inesperada, una determinación arraigada en los lazos con sus amigos caídos. A pesar del dolor abrumador, una voz familiar resonó en su interior, recordándole que no estaba solo, que aún había razones para luchar.
Con un esfuerzo sobrehumano, Belcebú logró romper el estasis que lo paralizaba, liberándose del agarre de los Ojos del Mal de Shiro. Con una mirada desafiante, se enfrentó a su adversaria, su voz resonando con una determinación renovada.
"Ya basta, Shiro", declaró Belcebú, su tono firme a pesar del dolor que aún lo consumía. "No permitiré que tus sombras controlen mi destino. Esta batalla aún no ha terminado".
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Shuumatsu no Isekai
FanfictionLos dioses han decidido exterminar la humanidad por el simple hecho que están perdiendo mucha vida humana en Japón debido a los múltiples rencarnaciones e invocaciones que han surgido a lo largo de la historia ya que no permitirán que otros dioses u...