Capítulo 64:Se acerca el final

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Sintiendo que la batalla alcanza su punto álgido, Hades comprende que es el momento de desatar todo su poder divino, aquel reservado para situaciones de extrema necesidad. Con una determinación férrea y un destello de desafío en sus ojos oscuros, el dios del inframundo derrama su icor, la sustancia divina que fluye por sus venas, sobre su bidente. Este acto antiguo y místico potencia el arma, transformándola en la temible lanza Icor Desmos, una manifestación de su propia esencia divina forjada en metal y oscuridad.

"Hajime, parece que estás decidido a enfrentar la furia de un dios. Te advierto, mortal, que te encuentras en un territorio que no te corresponde", gruñe Hades, su voz retumbando como el trueno mientras su aura oscura envuelve su figura con una intensidad amenazante.

El bidente, ahora imbuido con el poder de los dioses, brilla con una intensidad sobrenatural, y su presencia irradia una sensación de peligro inminente. Con un grito que parece resonar desde los abismos del inframundo, Hades se lanza hacia adelante con una velocidad impresionante, su figura envuelta en una aura oscura que parece devorar la luz a su alrededor.

"Si este es el reino de los dioses, entonces yo soy su desafío", responde Hajime, su voz firme a pesar de la marea de oscuridad que se cierne sobre él. Con cada paso que da el dios, Hajime se prepara para el enfrentamiento, sus ojos brillando con determinación mientras se prepara para el choque inminente.

El suelo tiembla bajo el peso de su avance, y el viento parece susurrar su nombre en un eco ominoso. En ese momento, Hades encarna la furia del inframundo, una fuerza imparable que amenaza con consumir a su oponente en la oscuridad eterna. Con cada paso, la tierra tiembla y el aire se torna denso, como si el mismo reino de los muertos estuviera manifestándose en el mundo de los vivos.

Para Hajime, la llegada de Hades con su lanza divina representa un desafío sin igual, una prueba de su valentía y habilidad que pone a prueba los límites de su propia humanidad. Pero en lugar de retroceder ante el avance del dios, Hajime se prepara para enfrentarlo con una determinación inquebrantable, sabiendo que la única salida es seguir adelante y luchar hasta el final.

"Hades, si crees que tu poder divino me va a intimidar, estás equivocado. He venido preparado para enfrentar cualquier desafío que lances sobre mí", responde Hajime, su voz resonando con confianza a pesar de la oscuridad que lo rodea.

Hajime, enfrentando la embestida imparable de Hades con su lanza divina, no retrocede ni un paso. En cambio, canaliza su determinación en una respuesta audaz y desafiante. Activa su sobrecarga, potenciando al máximo sus habilidades y artefactos para enfrentar la tormenta que se avecina, desatando una serie de técnicas de acoso que demuestran la profundidad de su habilidad y el alcance de su poder.

La primera técnica, 108 Acoso al estilo Demon Lord - "El Demon Lord es tan rojo", se desata con una malevolencia palpable. El polvo metálico, imbuido con la esencia del mal, se introduce en el cuerpo de Hades, infiltrándose hasta en los vasos sanguíneos y destrozando al objetivo desde dentro.

"¡Tu poder divino no es rival para el mal que he desatado sobre ti, Hades! ¡Prepárate para conocer el verdadero terror!", grita Hajime, su voz resonando con malicia mientras controla la técnica con maestría.

La segunda técnica, 108 Acoso al estilo Demon Lord - "Deseo sobre una estrella", muestra el dominio absoluto de Hajime sobre la manipulación de la gravedad. Desde fuera de la estratosfera, convoca una lluvia de meteoritos, cada uno dirigido con precisión hacia su objetivo.

"¡Es hora de que sientas el peso de tu propia arrogancia, Hades! ¡Esta será tu caída!", exclama Hajime, su voz llena de determinación mientras los meteoritos caen con ferocidad sobre su enemigo.

Sorprendentemente, Hades resiste el asalto protegiéndose con una invocación de una cúpula de varias capas de huesos de titanes, reforzada con su sangre y  con otra capa de electricidad gracias al rayo de Zeus, aunque queda cubierto de heridas profundas y sangre ya que gracias a la propiedad de atravesar y romper defensas que tiene el ojo demoniaco logro herirlo pero no como Hajime esperaba, y él comienza a caer, al borde de la inconsciencia a punto de morir y no se puede mover mucho. Viendo esto, Hajime, decidido a poner fin a la batalla, utiliza su magia conceptual para negar las existencias,ataca con cadenas rojas a hades y él la esquiva pero no salio totalmente ileso,en la parte superior derecha del cuerpo de Hades perdiendo tanto su brazo completo desde el hombro hacía abajo ,oreja y ojo y en la izquierda su mitad del rostro izquierdo quedando en huesos y la perdida parcial de su pierna izquierda.

Shuumatsu no IsekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora