Capítulo 58:La Victoria y la Derrota

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Al borde de la muerte, aunque Shiva parecia llevar la ventaja luchaba contra el agotamiento de su energía vital mientras su cuerpo se consumía en las llamas de su propio poder. Por otro lado, Makoto luchaba por recuperarse de las quemaduras y la pérdida de su brazo, apoyándose en Regileif ya que su Sakai se desactivó. Con una mirada de respeto mutuo en sus ojos, ambos reconocían la fuerza y la determinación del otro, honrando su igualdad como gobernantes y rivales.

Makoto: (respirando agitadamente) Shiva, aunque nuestros caminos difieren, compartimos una misma determinación por el bienestar de nuestros reinos. Es un honor luchar contra ti.

Shiva: (asintiendo con solemnidad) Mis sentimientos exactamente, Makoto. Nuestra batalla ha sido una prueba de la fuerza y la voluntad, y aunque nuestros cuerpos estén marcados por las heridas, nuestro espíritu sigue siendo indomable.

Con un gesto de acuerdo entre ambos, se prepararon para el golpe final.

Una energía intensa comenzó a acumularse a su alrededor. Makoto invocó su Halo Lunar, y en un instante, la Luna en el cielo se tornó roja, envuelta en halos carmesí que se expandían lentamente a su alrededor. Con una solemnidad resonante, Makoto cantó el hechizo, y la lluvia comenzó a caer con una fuerza incesante, brotando de los halos en un diluvio imparable.

Makoto: (levantando la vista hacia el cielo) Que la Luna nos guíe en esta batalla final...

Mientras tanto, Shiva se preparaba para su ataque definitivo. Con una gracia feroz, desató su Devaloka, una patada giratoria imbuida con el poder de su Tāndava Karma.

Shiva: (con voz resonante) ¡Siente el poder de los dioses, Makoto!

El choque de los poderes divinos llenó el campo de batalla con una intensidad arrolladora. Los halos rojos de Makoto irradiaban un aura sobrenatural, mientras que la patada de Shiva cortaba el aire con una fuerza incomparable. La tierra temblaba bajo el peso de su enfrentamiento, mientras la lluvia caía con una furia implacable, envolviendo a los combatientes en una danza caótica de poder y destrucción.

En el centro del caos, Makoto canalizó sus últimas reservas de fuerza, sintiendo el poder de Devaloka ardiendo a través de él. A pesar de su pérdida y sufrimiento, se negó a rendirse, decidido a proteger a su gente y a su reino hasta el final.

Shiva, aunque debilitado por el agotamiento y el sacrificio de su propia vitalidad, no retrocedió. Con una determinación renovada, enfrentó el impacto del ataque de Makoto con una ferocidad que desafiaba a la propia muerte.

Rudra:¡Vamoooooos Shivaaaaaaaaaa!

Mio:¡Puedes Makoto-samaaaaaaa!

El mundo parecía detenerse en ese momento, suspendido en el tiempo mientras el destino de la batalla se desplegaba ante ellos. Con un estruendo ensordecedor, el choque de poderes finalmente alcanzó su clímax, envolviendo a Makoto y Shiva en un resplandor deslumbrante que iluminó el cielo.

En medio de esa brillante luz, humo y polvo, el destino de la batalla se selló, con el resultado final aún por descubrir.

Cuando el humo se despejó, Shiva apareció sin su pierna derecha y la izquiera en carne viva, mientras que Makoto yacía decapitado, con una expresión de determinación en su rostro. El ganador fue Shiva, quien, aunque herido, había logrado superar a su valiente oponente en esta épica batalla. La arena estaba llena de los restos de la batalla, testigo del feroz enfrentamiento entre dos titanes.

Con paso firme y semblante sereno, Shiva se acercó al cuerpo inerte de Makoto, su mirada reflejaba una mezcla de respeto y pesar por su valiente rival caído. Con un gesto reverente, Shiva se inclinó ante el cuerpo de Makoto, honrando su valentía y determinación en la batalla.

Shuumatsu no IsekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora