Shuumatsu no Isekai

Oneshot 6:El reclutamiento del Asesino

Lugh estaba en su estudio, afinando una de sus últimas armas cuando escuchó el sonido de pasos acercándose. La puerta se abrió lentamente, revelando a una mujer alta con una presencia imponente. Sus ojos fríos y calculadores se posaron en él con una determinación que solo podía pertenecer a alguien con un propósito claro y firme.

Brunhilde: "Lugh Tuatha Dé, necesito tu habilidad."

Lugh: "¿Y quién eres tú para necesitar de mis habilidades?"

Brunhilde dio un paso adelante, sin inmutarse por la fría recepción.

Brunhilde: "Soy Brunhilde, la valquiria encargada de reunir a los campeones que salvarán a la humanidad. Vengo a pedirte que te unas a nuestra causa."

Lugh dejó de afilar su arma y la miró con un interés renovado.

Lugh: "¿Salvar a la humanidad? Eso suena grandioso, pero no soy un héroe. Soy un asesino."

Brunhilde: "Precisamente por eso te necesito. Los dioses han decidido destruir a la humanidad, y solo los más fuertes y astutos pueden enfrentarse a ellos. Necesitamos a alguien que pueda moverse en las sombras, alguien que no tema ensuciarse las manos."

Lugh: "¿Y qué gano yo con esto?"

Brunhilde sonrió, una sonrisa fría que no alcanzaba sus ojos.

Brunhilde: "Tendrás la oportunidad de medir y perfeccionar tus habilidades contra oponentes que desafían la lógica y la razón. Además, no puedo imaginar que una misión tan noble no sea de tu interés."

Lugh reflexionó por un momento. La propuesta era tentadora, no solo por el desafío que representaba, sino también porque le ofrecía la oportunidad de proteger a aquellos que le importaban.

Lugh: "Está bien, Brunhilde. Me uniré a tu causa. Pero que pasa con la diosa que me reencarno?

Bruhilde:"Es una diosa exterior,no pertenece a ninguna religión."

Lugh:"Ya veo......Pero ten claro que mis métodos no siempre serán los más ortodoxos."

Brunhilde: "No espero menos de ti, Lugh. Bienvenido a nuestra lucha."

La alianza se selló con un apretón de manos. Ambos sabían que el camino por delante sería arduo, pero también sabían que juntos, tendrían una oportunidad de cambiar el destino de la humanidad.

Días después, mientras Lugh se preparaba para su misión bajo las órdenes de Brunhilde, no pudo evitar sentir una extraña mezcla de emoción y nerviosismo. El peso de la responsabilidad era grande, pero la promesa de enfrentar a los dioses era una oportunidad que no podía dejar pasar.

Mientras afinaba sus habilidades, Tarte y Maha lo observaban desde la distancia, sus expresiones llenas de preocupación y admiración.

Tarte: "Lugh-sama, por favor, ten cuidado."

Maha: "Sí, no queremos perderte."

Lugh sonrió suavemente, algo poco común en él.

Lugh: "No se preocupen, volveré. Siempre lo hago."

Con esas palabras, se dispuso a enfrentar su nuevo destino, decidido a no fallar.