Capítulo 74: Hilos

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Shiro permanecía en silencio, su rostro imperturbable apenas mostraba emoción mientras enfrentaba a Belcebub. Sus manos temblaban ligeramente, pero su mirada fría y calculadora reflejaba una determinación férrea.

Belcebub, con un gesto de desprecio, desató su furia en forma de Sorath Tau, un ataque devastador que surcó el aire con rapidez. Shiro apenas tuvo tiempo para reaccionar, su mente luchando por coordinar una respuesta adecuada. Con un movimiento torpe, intentó esquivar el golpe, pero fue alcanzada de lleno, el dolor punzante recorriendo su cuerpo.

"—Tch..." murmuró Shiro entre dientes, sintiendo el ardor de la vibraciones. Su respiración se agitó por un instante, pero se obligó a mantener la compostura.

Belcebú, complacido por su acción, se preparó para el siguiente movimiento con indiferencia palpable. Pero subestimó la tenacidad de Shiro.

Con una rapidez sorprendente, Shiro canalizó su División y su Invocación exponencial. Muchas arañitas tejieron hilos invisibles en el aire, rodeando al dios con una precisión milimétrica.

"—No subestimes mi poder..." susurró Shiro, su voz apenas un murmullo, pero cargado de una determinación silenciosa.

Belcebub, sorprendido por la habilidad de Shiro, se encontró atrapado en una red invisible de hilos. Su rostro, habitualmente imperturbable, mostró una leve expresión de sorpresa. Pero pronto fue reemplazada por su típica indiferencia.

"—mmmm..." murmuró Belcebub, sus palabras tan gélidas como su corazón.

Shiro, con una mezcla de agotamiento y triunfo, mantuvo su mirada fija en su oponente. Sabía que no podía bajar la guardia, no frente a alguien como Belcebú.

El silencio reinaba entre ellos, solo interrumpido por el susurro de los hilos que aprisionaban a Belcebub, y el ocasional gemido de dolor de Shiro.

Belcebú, en un intento desesperado por liberarse, comenzó a emitir vibraciones con todo su cuerpo dañandose en proceso, desestabilizando los hilos que lo aprisionaban. Un aura oscura envolvía su figura mientras luchaba por romper el cerco de Shiro.

Shiro, con una calma sobrenatural, observó el intento de escape de su oponente. Su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una solución para mantenerlo bajo su control.

Sin embargo, antes de que Belcebub pudiera liberarse por completo, una diminuta arañita, una creación de la División exponencial de Shiro, se deslizó hábilmente entre los hilos. Con movimientos precisos, atrapó al demonio una vez más, impidiendo su fuga.

"—No tan rápido..." murmuró Shiro con voz apenas audible, su tono mezclando determinación y una pizca de satisfacción.

Belcebú, frustrado por su incapacidad para escapar, gruñó entre dientes. La indiferencia en su rostro se desvaneció momentáneamente, reemplazada por un destello de furia apenas contenido.

Con un gesto rápido, Shiro despojó a Belcebub de su bastón, arrebatándoselo con habilidad. La pieza clave de su poder quedó ahora en manos de su adversaria, dejándolo aún más vulnerable.

"—¿Qué... qué planeas hacer?" preguntó Belcebú, su voz apenas un susurro lleno de desconfianza.

Shiro, sin embargo, no respondió. Mantuvo su mirada fija en su prisionero, sus ojos ocultando un torrente de pensamientos y estrategias. En su mente, el ajedrez de la batalla continuaba, cada movimiento calculado con precisión milimétrica.

El silencio volvió a envolver la escena, solo interrumpido por el ligero zumbido de la arañita de Shiro mientras mantenía a Belcebub bajo su control. La confrontación entre estos dos seres, tan diferentes en su naturaleza pero igualmente implacables, estaba lejos de llegar a su fin.

Shuumatsu no IsekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora