Los dioses han decidido exterminar la humanidad por el simple hecho que están perdiendo mucha vida humana en Japón debido a los múltiples rencarnaciones e invocaciones que han surgido a lo largo de la historia ya que no permitirán que otros dioses u...
La batalla alcanza su clímax cuando ambos combatientes se enfrentan en un choque final, reconociéndose como hombres que cumplen sus promesas y aman completamente a sus familias, y con determinación los protegen. Hajime, utilizando todas sus habilidades y artefactos restantes a su disposición, desata una tormenta de destrucción sobre Hades.
"¡Por mi familia y por el mundo que juré proteger, no me detendré hasta que caigas, Hades!", grita Hajime, su voz resonando con una mezcla de ira y determinación mientras desencadena el ataque final.
Los golems sirvienta de batalla de Hajime se unen al combate, armados con las armas restantes del arsenal del héroe. Metzelei, una ametralladora Gatling basada en la Minigun M134, dispara con una ferocidad imparable. Agni Orkan, una versión mejorada del lanzacohetes anterior, desata una lluvia de micromisiles sobre el campo de batalla. Pile Bunker, un cañón gigantesco conectado al brazo protésico de Hajime, perfora cualquier defensa con una estaca de Azantium comprimida. Gatling Pile Bunker, más compacto pero igual de letal, dispara ráfagas de proyectiles electromagnéticamente acelerados. Y así, una tras otra, cada arma contribuye al asalto final contra Hades.
En una recamara de los luchadores de la humanidad
Lugh Tuatha Dé(Sorprendido): Vaya....todas esas armas asesinarían a cualquiera, ese tipo si está loco al fabricarlas y utilizarlas.
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"¡No hay escapatoria para ti, Hades! ¡Esta es tu hora final!", exclama Hajime, su voz llena de determinación mientras observa cómo sus armas asaltan al dios del inframundo.
Hades, consciente de la gravedad de la situación y con su movilidad limitada y equilibro defectuoso, desata todo su arsenal defensivo para contrarrestar el feroz asalto de Hajime. Por primera vez, activa su casco de invisibilidad, envolviéndose en un velo de oscuridad que dificulta la detección por parte de su oponente.
"Has subestimado mi poder, mortal. Ahora, verás la verdadera extensión de mi ira, por la muerte de mi hermano te matare", murmura Hades, su voz resonando con una autoridad fría y oscura mientras se prepara para el contraataque.
Mientras tanto, una legión de esqueletos, zombies y almas de guerreros legendarios emerge del inframundo, rodeando a Hades y formando una barrera impenetrable alrededor de él.
"¡Mis leales súbditos, protegedme! ¡No permitáis que este mortal tenga éxito en su intento de derrotarme!", ordena Hades, su voz retumbando sobre el estruendo de la batalla mientras sus secuaces se lanzan al combate.
Además, Hades invoca varios muros hechos de huesos de titanes masacrados, creando una fortaleza improvisada para protegerse de los ataques entrantes. Con un giro de su bidente, genera un escudo de aire y rayos, aprovechando el poder del rayo de Zeus incorporado anteriormente en su arma divina.
"Aunque seas valiente, mortal, tu destino está sellado. ¡Ningún mortal puede desafiar al dios del inframundo y salir victorioso!", proclama Hades, su voz llena de arrogancia mientras se prepara para el enfrentamiento final.
