Capítulo 56: El Último Esfuerzo

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El aire vibraba con la intensidad de la batalla, mientras Makoto y Shiva se enfrentaban en un duelo que desafiaba los límites de la realidad misma. Con cada movimiento, el choque de fuerzas divinas y humanas resonaba en la noche.

Makoto: (concentrado) ¡Es hora de acabar con esto!

Con una determinación feroz, Makoto desplegó todo su arsenal de habilidades. Canalizando su Sakai, combinó técnicas de judo con la destreza de un arquero experto. Cada movimiento era preciso, cada golpe calculado mientras buscaba debilitar a su formidable oponente.

Shiva, por su parte, no se quedaba atrás. Con la confianza imperturbable de un dios, desencadenó una serie de ataques devastadores, cada uno cargado con la fuerza de los dioses que lo respaldaban.

Shiva: (con arrogancia) ¡Tu determinación es admirable, mortal, pero no será suficiente para derrotarme!

El choque de sus fuerzas creó una tormenta de energía a su alrededor, iluminando la noche con destellos de poder divino y determinación humana. Cada golpe era como un rayo, sacudiendo la tierra bajo sus pies.

Makoto: (gritando de dolor) ¡No me detendrás, Shiva! ¡No hasta que haya dado todo lo que tengo!

Makoto(adolorido):¡Aaaaaagh!

Geir(Preocupada)Hermana, Makoto está herido.

Bruhilde: No me preocuparía por eso......mira sus anillos.

Aunque el dios también logró infligir un corte profundo vertical con su Tāndava y Krttivāsī, el calor de ese ataque cauterizó la herida de Makoto, quien gruñó de dolor pero se recuperó casi por completo gracias a su Sakai y al volund(anillos) hecho con Regileif que le daba la capucidad de autocurración ya que él le cuesta mucho o no puede curarse a si mismo.

A pesar del dolor y la fatiga que se acumulaban en su cuerpo, Makoto se aferraba a su objetivo con una fuerza inquebrantable. Con cada golpe recibido, encontraba una manera de contraatacar, empujando más allá de sus límites con una voluntad indomable.

El enfrentamiento alcanzó su punto álgido cuando Makoto logró desarmar a Shiva, rompiendo sus cuatro brazos con una combinación de técnicas de judo.

Makoto: (respirando agitado) ¡No hay límite para mi determinación! ¡No descansaré hasta prevalecer!

Con un grito de dolor que resonó en toda la arena de batalla, Shiva se vio obligado a adaptarse rápidamente a su nueva situación. Aunque la pérdida de sus cuatro brazos lo debilitó momentáneamente, su espíritu de lucha no se desvaneció.

Shiva: (gruñendo de dolor) ¡Maldición! ¡Te lo pagarás por esto!

Con movimientos ágiles y precisos, Shiva canalizó su poder divino a través de sus piernas, envolviéndolas en llamas ardientes. Con un rugido de furia, lanzó una serie de patadas feroces hacia Makoto, cada una con la intención de reducirlo a cenizas.

Makoto, enfrentando la embestida de fuego, cruzó sus brazos frente a él, invocando una barrera protectora con la ayuda de su Sakai y el volund hecho con Regileif. La barrera brilló con una luz resplandeciente, resistiendo el impacto de las llamas abrasadoras.

Makoto: (con determinación) ¡No permitiré que me derrotes, Shiva!

A medida que las patadas de fuego continuaban lloviendo sobre él, Makoto se mantuvo firme, aprovechando al máximo la protección de su barrera y su habilidad para resistir el calor extremo.

Con cada embestida, la barrera de Makoto temblaba, pero se mantuvo intacta, protegiéndolo del poder destructivo de Shiva. Mientras tanto, Makoto buscaba una oportunidad para contraatacar, esperando el momento adecuado para responder con un golpe decisivo.

Con cada patada frenética de Shiva, Makoto permaneció en guardia, concentrado en encontrar una abertura en la defensa de su oponente. La ferocidad del ataque de Shiva no disminuyó, y cada golpe era una prueba de la inquebrantable determinación del dios.

Makoto: (evaluando la situación) Debo encontrar una manera de contrarrestar este ataque. Mi barrera no podrá resistir para siempre.

Con una rápida reflexión, Makoto aprovechó la protección de su barrera y la combinó con su habilidad Sakai para anticipar los movimientos de Shiva. Con movimientos ágiles, se deslizó lateralmente, esquivando hábilmente una de las patadas de fuego dirigidas hacia su flanco.

Makoto: (respirando con dificultad) Necesito encontrar una apertura... ¡ahora!

Con determinación renovada, Makoto concentró su energía en su arco Azusa, canalizando la magia a través de él mientras mantenía su defensa con la barrera. Con un movimiento fluido, desplegó una flecha imbuida con el hechizo Silver One, [Lapushka], listo para lanzar su contraataque.

Shiva, sin darle descanso, continuó su asalto ardiente, pero Makoto estaba preparado. Con un grito de concentración, lanzó su flecha con precisión hacia Shiva, apuntando directamente hacia uno de los puntos vulnerables que había descubierto en su defensa.

El proyectil mágico voló a través del aire con velocidad vertiginosa, acercándose cada vez más al dios herido. Con un golpe certero, la flecha impactó en el punto débil de Shiva, causando una reacción de dolor en el dios mientras retrocedía unos pasos, sorprendido por la ferocidad del ataque de Makoto.

Makoto: (con determinación) ¡Esa es mi oportunidad!

Con el impulso a su favor, Makoto aprovechó el breve momento de sorpresa de Shiva y se lanzó hacia adelante, preparado para continuar el combate con renovada intensidad. La batalla estaba lejos de terminar, y ambos contendientes estaban decididos a luchar hasta el final.

Shuumatsu no IsekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora