La batalla entre Lugh Tuatha Dé y Hércules alcanzó su punto álgido cuando el semidiós desató su sexto trabajo, "Ave del Estínfalo". Una ráfaga de viento potente surgió, desviando los proyectiles mortales que Lugh había disparado con su rifle. La habilidad de Hércules para controlar las corrientes de aire creó una barrera momentánea contra las balas entrantes.Hércules: (con determinación) ¡Mi poder no conoce límites! ¡Te enfrentas al héroe de la justicia!
Sin embargo, la astucia de Lugh no conocía límites. En respuesta al contraataque de Hércules, Lugh desató su técnica de Invocación de cañón y rifle. En un destello de luz y estruendo, un cañón gigante apareció junto a su rifle, creando una lluvia de balas y explosiones que envolvieron a Hércules. Las explosiones resonaron en la arena de batalla, hiriendo al semidiós y desafiando su resistencia divina.
Lugh: (con una sonrisa astuta) La astucia siempre encuentra una grieta en la armadura de la fuerza, Hércules. ¿Aún crees que tu justicia prevalecerá?
Hércules, sacudido pero no derrotado, se levantó con determinación mientras las llamas y el humo se disipaban alrededor de él.
Hércules: (serio) La justicia siempre encuentra su camino, incluso en las tormentas de balas.
Lugh, con su rifle en mano, avanzó hacia Hércules mientras este último se preparaba para el siguiente asalto. La intensidad de la batalla alcanzó nuevas alturas, y la arena temblaba con la confrontación de dos personalidades tan opuestas.
Lugh: (con frialdad) Tu justicia es noble, pero la mía es necesaria. ¿Crees que puedes salvar a todos?
Hércules: (levantando su maza) Salvaré a tantos como pueda. Y detendré a aquellos que amenacen con dañar a los inocentes.
La batalla continuaba con furia renovada, cada uno desatando sus habilidades más poderosas en este duelo de titanes. Hércules, con su fuerte sentido de justicia, enfrentaba al maestro asesino astuto que buscaba alternativas incluso en medio del combate. La arena vibraba con la tensión de dos fuerzas sobresalientes que chocaban en un conflicto que iba más allá de simples enfrentamientos físicos.
Pasado:
Heracles nació en la ciudad de Tebas hace aproximadamente cuatro mil años, su nombre original era Alcides y vivió persiguiendo su ideal de justicia, luchando incluso batallas que no podía ganar para proteger a los débiles y demostrar su valor. Alcides siempre optó por esforzarse y entrenar constantemente, rechazando la opción de beber la Ambrosía, una bebida que según la leyenda, le otorgaría un poder divino al humano que fuese digno. Ese estoicismo y dedicación que le hacía ir siempre por el camino difícil resultó en un físico prominente que finalmente imponía respeto.
En ese tiempo, en el cielo se realizaba una votación sobre el destino de la humanidad, llegando a la conclusión de que debían ser castigados por sus errores, eligiendo la ciudad de Tebas como objetivo a destruir para infundir miedo a los humanos. Cuando baja a impartir el castigo, Tebas se resigna a perecer, excepto por Alcides, quien se para frente al ejército armado con un mazo y dispuesto a defender a su pueblo. Ares lo patea y cuando cree que le ha derrotado Alcides vuelve a levantarse. Ares reconoce su valor y le ofrece perdonarle la vida si se inclina ante él, pero Alcides decide beber la Ambrosía que había recogido previamente, arriesgando su vida por la oportunidad de luchar por la justicia. Al principio su cuerpo arde y colapsa, muriendo aparentemente, Ares trata de seguir hacia Tebas pero Alcides se reincorpora y le detiene, mostrando un físico muy superior en tamaño y poder. Uno de los soldados de Ares da un paso al frente para atacar a Alcides y este con un movimiento de su garrote lo derrota al instante.
Los demás soldados también intenta atacar pero también serían vencidos. Con su ejército caído, Ares decide luchar contra Alcides. La pelea se extiende por un par de horas y justo antes de que ambos den sus últimos golpes se hace presente deteniendo la pelea, ofreciéndole a Alcides ir al Olimpo y ser un dios. Este acepta con la condición de darle otra oportunidad a la humanidad, comprometiéndose a guiarla. Justo en ese instante cae al suelo agotado y es sostenido por su amigo Castor, quien acepta el nuevo destino de Alcides, despidiéndose de él. Poco después Heracles realizó doce trabajos divinos para expiar sus pecados y demostrar su valía. Luego de esto tuvo una ceremonia de ascensión a dios en el Olimpo, donde fué bautizado por Zeus con el nombre de Heracles en honor a su esposa Hera, colocándole una corona la cual se fundió en su cabellera tornándola de color rojizo. Desde entonces su poder ha aumentado hasta el punto en que el mismo Ares admitió no ser rival para él.
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Shuumatsu no Isekai
Hayran KurguLos dioses han decidido exterminar la humanidad por el simple hecho que están perdiendo mucha vida humana en Japón debido a los múltiples rencarnaciones e invocaciones que han surgido a lo largo de la historia ya que no permitirán que otros dioses u...