Capítulo 52

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By Bill.

-Y… ¿Seguro que no te ha dicho nada?

-Seguro. 

-¿Te ha dejado venir sin más? 

-Ajá. 

-¿Y él no ha querido venir? Hum… - Ricky hacía rato que le estaba dando vueltas a la cabeza la inexplicable forma de comportarse de mi hermano mayor. La verdad es que si me limitaba a decirle que, simplemente, Tom me había dejado ir a esa fiesta (que aún no tenía ni idea de qué iba) sin preguntas ni compromisos de ningún tipo, sonaba muy, muy raro y bastante surrealista. Si le contaba la que había montado para poder escaparme de casa sin que se diera cuenta, eso ya era otro cantar. 

Había preparado sopa caliente y deliciosa, perfecta para días de invierno con mucho frío, de esas que actúan como un somnífero perfecto después de tomarla calentita y buena desde un sofá de lo más cómodo. Había obligado a Tom a tragarse dos platos enteros y él me había obligado a mí a tragarme otros dos platos con guarnición de carne y postre (me había costado horrores tragar todo eso, ¡pero lo había conseguido y por ahora no había potado nada!) y… luego, nos habíamos puesto a ver una peli. Una peli que yo mismo me ocupé de que fuera horrorosamente aburrida. ¡Casablanca! Tumbados en el sofá el uno al lado del otro, Tom estaba cada vez más y más aburrido, hasta los huevos de la película que para colmo, era de los años de la pera y estaba en blanco y negro, pero como yo fingí estar súper ilusionado con la peli, no cambiamos de canal y, hora y cuarto después, Tom ya estaba durmiendo en el sofá como una marmota, momento que yo aproveché para arroparle un poco, luego vestirme con lo único que tenía y una camiseta suya cualquiera y… ¡no maquillarme! No tenía ni un puto gramo de maquillaje y eso me repateaba, así que me pellizqué un poco las mejillas y estuve a punto de intentar pintarme los ojos con los restos en cenizas de la vitrocerámica, pero cuando ya tenía los dedos embadurnados, Ricky y Black llamaron a la puerta. Salí corriendo y antes de fugarme sin hacer mucho ruido, dejé una nota encima de la mesita. 

Estoy con Ricky y Black, en el parque de abajo, encendiendo una hoguera. No vengas, no quiero que tu pierna empeore, pero como sé que pasas de lo que yo te diga, si vienes cámbiate los vendajes antes y lávate otra vez la herida. Volveré pronto.

Estuve a punto de irme, pero intranquilo, volví a escribir:

Me llevo la navaja y si no llego antes de las cinco, tienes permiso para empezar a preocuparte. Descansa, Tom.

Me daba palo dejarlo solo con la pierna herida, pero supuse que no pasaría nada. ¡Joder, era Tom! Y ya no tenía fiebre y las heridas parecían estar cicatrizando a una velocidad inhumana en cuestión de tres días, así que dispuesto a enfrentarme con la realidad y aprender un poco más del mundo donde había acabado, salí por la puerta en silencio. No quería ser una molestia y tampoco quería ser un mantenido asustadizo encerrado en su propia casa como una mujer maltratada. Ni hablar. 

-¿Y qué es eso de la hoguera? – pregunté de camino al parque. Ricky caminaba a mi lado, andando de una manera que me recordaba a Tom o a alguno de esos raperillos locos que iban de aquí para allá como si se hubieran cagado encima. A Ricky solo le faltaba escupir por las esquinas. Black me daba un poco de miedo. Me recordaba a uno de esos tíos musculosos de la lucha libre de Pressing Catch. 

-Una fiesta. Todos los sábados vamos al parque del cruce para emborracharnos, drogarnos y hacer esas cosas que los pringados de los barrios altos también hacen, pero con más… clase. – tragué saliva escuchando a Ricky, la cual había sacado su caja de tabaco llena de porros y le echaba un vistazo rápido, asegurándose de tener suficientes para la gran fiesta.

-Un momento… ¿eso significa que habrá agujas y que… vais a obligarme a meterme algo? – Black empezó a reírse detrás de mí. 

-¡No, tío! Tu tomas algo si quieres y si tienes dinero, claro. Nadie te obliga a nada, pero lo más seguro es que todos estén emporrados y bebidos, así que te doy permiso para pegarte a mí. Yo no me meto nada. Mañana trabajo. 

MUÑECO By SaraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora