Tom y los Encadenados entran en la vieja cárcel de Hamburgo. Adam va con ellos, destrozado por la paliza que recibe por parte de Tom. Gore, al ver que su rival le está pagando con la misma moneda, decide, no sin odio ni rabia, devolver a Bill con Tom. Sin embargo algo sale mal, y Gore intenta matar a Bill aunque eso signifique perder a Adam; es entonces cuando Bill se entera de la auténtica versión de Gore sobre los hechos ocurridos la noche de la muerte de Cristina.
Tom inició una pelea aquella noche, hace ya años, dentro del orfanato donde vivían Cristina y los niños. Provocó a Gore, ya que Kam acababa de decirle que sería el próximo líder de los barrios bajos, rechazando a Gore como tal, y ambos se enzarzaron en una horrible pelea que provocó, en un accidente, un incendio. Los niños salieron de allí, incluidos Gore y Kam, pero Cristina se quedó dentro del edificio y Tom fue a buscarla; Gore atravesó las llamas y corrió en su búsqueda también. Cuando los encontró, Cristina saltó desde la azotea del edificio después de dedicarle un último ADIÓS. Tom estaba allí. Tom oyó sus últimas palabras angustiadas y repletas de deseo de sacrificarse por ayudar a los demás.
Gore culpó a Tom de la muerte de Cristina y, a pesar de asegurar que fue él quien la mató (cosa incierta, ya que ella se suicidó frente al Capitán sin que él pudiera hacer nada por evitarlo), los Encadenados defendieron a Tom y rechazaron a Gore, rechazándolo cuando este intenta matar al Capitán (la cicatriz que Bill ve en la espalda de su hermano fue hecha por Gore en un intento de asesinato después de aquello). Gore se fue, pero Adam se quedó, temeroso de la furia de su hermano, alejado de las bandas callejeras y sobre todo, de Tom.
Cuando Bill se entera de esto, ve una debilidad en Gore y consigue escapar, atacándola con palabras despiadadas. Los Encadenados, al enterarse de que Bill ha escapado, se enzarzan en una pelea encarnizada contra los Caídos dentro de la cárcel. Gore persigue a Bill, y Kam persigue a Gore mientras Tom intenta deshacerse de aquellos que le estorban para ir a por su hermano.
A las afueras de la cárcel, Gore atrapa a Bill y una vez más, intenta asesinarlo, furioso. Sin embargo, Kam interfiere y le salva la vida... sacrificándose a cambio. El líder de los Caídos le corta el cuello sin compasión y Kam cae, muerto. Con unas últimas palabras sumidas en la locura, muere en los brazos de Bill. Éste recuerda la felicidad de Heidi cuando Kam le pidió que se casara con él; recuerda los preparativos para la boda, las sonrisas de la muchacha, la felicidad de todos los Encadenados al ver a su antiguo líder amando y siendo amado... y sufre un ataque de rabia.
Por primera vez en toda la historia, Bill muestra una faceta jamás conocida en él, algo heredado de su hermano gemelo que hasta ahora nunca había utilizado. Con furia, estrella a Gore contra el suelo, lo apaliza sin piedad, totalmente fuera de sí y, cuando éste intenta contraatacar, al intentar defenderse, Bill le clava los dedos y las uñas en el ojo izquierdo hasta dejarlo totalmente tuerto (exactamente en el mismo ojo que Kam, imitando su cicatriz).
Los Encadenados llegan en ese momento, y Gore huye tras gritar un último "¡Te acordarás de esta, Muñeco! ¡Vayas a donde vayas te encontraré y te destriparé, aunque sea lo último que haga!".
Después de esto, Bill se desmaya en los brazos de Tom por culpa de las heridas y la deshidratación. Días más tarde, despierta en casa de Aaron. Todo ha acabado y es ahora cuando empiezan las explicaciones.
Después del funeral de Kam, en las constantes visitas que Bill recibe de los Encadenados entre los sedantes (tiene varias costillas rotas y demás), encontramos a una destrozada Heidi, a una triste Ricky, a un comprensivo Black y a un preocupado Aaron. Gracias a las explicaciones de Bill, poco detalladas pero claras, Toro y Aaron mantienen una charla que les llevará a la reconciliación y al perdón por ambas partes (y al comienzo de una relación más que amistosa).
Andreas también va a visitarle, y le cuenta entonces la manera en la que Tom le salvó en su día de las palizas que recibía de su padre, en como el Capitán lo encontró en un callejón oscuro siendo apaleado por él, y en como mató a su padre delante suya. Fue el primer amigo de Tom, aunque al principio solo se unió a él por miedo; más tarde, acabó enamorándose de él.
Acaba disculpándose con Bill y éste acepta sus disculpas.
Por último, y tras la liberación de Adam que, gracias al perdón de Bill, consigue salir medio inmune, es Tom quien le visita.
En esta ocasión no hay pasión, sólo respuestas. Bill quiere saber si de verdad fue tan cruel con Gore y los suyos, y Tom admite que lo fue, y que no se arrepiente de ello. Le pregunta también qué clase de enfermedad padece, y Tom suspira y le cuenta que los asistentes sociales y los psicólogos que lo trataron una única vez (después de matar al padre de Andreas) le diagnosticaron Trastorno de la personalidad antisocial o sociopatía en alto grado.
Sin embargo, Bill no se refiere a eso. Su madre sabía que Tom tenía una enfermedad incluso antes de que éste fuera revisado por psicólogos, una enfermedad que le hizo rechazarlo como hijo suyo. Gracias a la intervención de Aaron y al expediente médico que Bill robó del hospital provincial de Stuttgart, se descubre que Tom posee un cromosoma Y de más, conocido en el mundo actual como el Cromosoma del Crimen en investigaciones aún no demostradas; según estas investigaciones, los hombres con un Cromosoma Y de más, son más propensos al crimen debido al aumento de testosterona que eso conlleva.
Simone supo de este gen heredado poco antes de divorciarse de Jorg, y por eso le pidió a su ex esposo que se llevara a Tom consigo, por temor a que hiriera a su hermano pequeño. Bill recuerda haberle entregado a Tom un muñeco de peluche para que no llorara por la separación, un muñeco al que Tom llamó Billy en Stuttgart. Fue su único amigo cuando entró en el parvulario, pequeño, débil, sucio y descuidado debido al trabajo de su padre. Los demás niños le rechazaron desde el principio por su olor a pis y a sudor; él sólo jugó con Billy, llegando a creer incluso que tenía vida como su amigo imaginario.
Cumplidos los cinco años, los niños del parvulario, en una horrible jugarreta, cogieron a Billy y lo destrozaron delante de Tom; él, en su mente de niño solitario, vio a Billy, su único amigo/hermano/compañero, siendo descuartizado a manos de niños crueles. Es de esperar que su mente se trastoque debido al fuerte shock que supuso para él ver a su supuesto hermano siendo descuartizado a los cinco años.
Desde entonces, Tom cambió completamente. Dejó de ser un niño cándido para convertirse en la peor pesadilla jamás conocida en los barrios bajos. En otras palabras, debido a semejante trauma, se convirtió en sociópata.
Todo esto se descubre porque Bill consigue hablar con su padre sobre el tema y descubre la relación de Tom con aquel muñeco que le regaló de niño. Bill cose un muñeco idéntico al que le regaló a Tom y se lo regala cuando se recupera de sus heridas. Cuando el Capitán lo ve, la reacción es del todo inesperada; los recuerdos que provocaron semejante trauma acuden a su mente y rompe a llorar como un niño pequeño por primera vez desde hace casi 15 años.
La pesadilla acaba para Tom. Aquello que le hacía ser inhumano ha sido descubierto y Bill, por fin, consigue consolarlo y hacerle ver que su auténtico hermano, el de verdad, nunca murió.
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MUÑECO By Sarae
Lãng mạnUn Muñeco al que hacer sufrir... un Muñeco al que romper... Poco me importaba quien fuera o qué fuera para mí. No tenía preferencias por nadie, cualquier criatura bonita con cuerpo de porcelana y fácil de manejar estaría bien. Cualquier persona, cua...