By Tom.
No lo encontraba. Ni por el callejón más estrecho, ni por el más ancho. Ni en el barrio más luminoso ni en el más oscuro, ni en el lugar más silencioso ni en el más ajetreado. Y no había parado… porque no podía detener la moto sin que se la calara y me viera obligado a empujarla otra vez, lo cual quizás me costara una pierna nueva. Había mirado varias veces atrás y había visto mi pierna herida de reojo. Hubiera jurado que el pantalón se había manchado un poco más, no sabía si de sangre o de barro, pero estaba empezando a sentir un escozor extraño y molesto.
Menos mal que había pillado la moto con gasolina y sin embargo… le quedaba poco para agotarse, media hora más a lo sumo. Y no tenía dinero para reponer… ni móvil…
Necesitaba llamar por teléfono a Black, Ricky, Aaron… daba igual, cualquiera que se encontrara a esas horas en la calle, de confianza, cualquiera que pudiera ayudarme a buscarlo… pero no tenía móvil.
Reduje la marcha y golpeé con fuerza el manillar, con el puño cerrado. Empezaba a creer seriamente que se lo habían llevado y quizás, en aquel instante, le estarían haciendo cosas… me lo imaginé asustado, llorando, contra una pared, temblando de miedo y de frío. Me lo imaginé siendo rodeado por un grupo de hombres sin cara. Me lo imaginé sufriendo la peor y más vomitiva profanación, una paliza, una humillación, un exhibicionismo… una brutal violación…
Un grupo de hombres, seguramente mayores que yo, paseaban por la calle, rumbo a algún pub, riendo y gritando como locos. Uno de ellos esnifaba, otro daba un sorbo a la botella… otro estaba hablando por el móvil.
No me lo pensé dos veces y aceleré hacia ellos, que me señalaron entre risas hasta que vieron cómo iba directo hasta su grupo. Retrocedieron, sobresaltados. Frené un poco y subí la moto a la acera, cerrándoles el paso. Frené.
-Dame el móvil. - solté, sin más. El hombre que tenía el teléfono en la mano me miró, estupefacto.
-¿Qué?
-¡Que me des el puto móvil!
-¿Pero tú de qué vas, gilipollas? - salté de la moto. Cuando apoyé la pierna sobre el asfalto sentí de nuevo la humedad y el escozor. Casi se me dobló, pero no lo consentí. Aguanté el dolor y me encaré a ellos, a los cuatro. Aunque se notaba que eran mayores por la perilla y por la corpulencia del cuerpo, no me ganaban en altura.
Dos tenían la cabeza rapada. Skinhead. Neonazis quizás…
-Suelta el móvil. - sentencié, alto y claro… y el que tenía el móvil retrocedió, intimidado. Los demás, no.
No fui yo quien empezó la pelea, pero fui el primero en llevarse un puñetazo… y el último en darlo.
By Tom
By Tom.
-… ¡El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento, si desea dejar un mensaje pulse uno, si desea volver a intentar la llamada pulse dos, si desea cien gramos de hachís del bueno por una cantidad de dinero razonable pulse tres, si desea…! ¡Eh, que no, que te estés quieto, que es mi puto móvil! ¡Quita maricona, que te parto la boca!
Esperé. La voz chillona de Ricky me estaba martilleando el oído al otro lado del teléfono, además de empezar a confundirme con su incontrolable cháchara. No estaba seguro de si estaba hablando con su contestador telefónico o con ella misma, ya que su saludo tampoco se diferenciaba mucho del mensaje del contestador. Me mordí el labio. Mala idea. Estaba ensangrentado y abierto y el sabor de la sangre me provocó nauseas.
-¡Quita ya, cojones!… a ver, ¿Con quién tengo el placer de hablar, señor…?
-¿Ricky? - murmuré.
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MUÑECO By Sarae
RomanceUn Muñeco al que hacer sufrir... un Muñeco al que romper... Poco me importaba quien fuera o qué fuera para mí. No tenía preferencias por nadie, cualquier criatura bonita con cuerpo de porcelana y fácil de manejar estaría bien. Cualquier persona, cua...