By Tom.
El Muñeco había vuelto a caerme mal. Se dedicaba a pegar saltos de un charco a otro, con un paraguas en la mano (que no sabía de dónde había sacado) haciendo de Mary Poppins bajo la lluvia. Yo, mientras tanto, empapado hasta los bóxers, seguía andando por la calle, intentando aprovechar los tejados de los caserones de esa zona para no mojarme más todavía.
La ropa, chupando toda el agua, me pesaba y me dificultaba el avance. Pisé un charco que se tragó mi pie izquierdo, con bamba incluida. Estuve a punto de viajar al suelo de boca.-¡Mierda! – gruñí. Varias personas, que de hecho, conocía, dos colegas de barra y sus respectivas novias acurrucadas bajo el paraguas de su pareja junto a estos, habían reparado en mí.
-¿Tom? – preguntó uno. Yo no contesté, pero eso no les impidió casi atragantarse con unas estrepitosas carcajadas por mi aspecto de vagabundo ahogado como pollo.
-Ja-ja-ja… ésta te la guardo, capullo. – musité. Intenté dar otro paso al frente y estuve a punto de caer otra vez cuando el fango se tragó una de mis viejas zapatillas. Ésta flotó sobre la superficie del lodo y después, desapareció, como si se la hubieran tragado arenas movedizas.
Eran unas Nikes auténticas que me habían costado una persecución de trescientos metros con el dependiente de la tienda, que me había perseguido con una porra.-Bill, vas a necesitar muchos jabones para compensarme esto, hijo puta. – y seguí andando, escuchando de fondo las irritantes risas de aquellos ex colegas, cuyo nombre anoté mentalmente en mi lista negra.
By Ricky.
-Oye, tía, ¿es verdad lo que dicen? ¡Dime que no es verdad!
-¡No puedes haberte liado con Tom!
-¡Estás de coña! ¿Lo has hecho de verdad?
-Bueno, tampoco tiene mucho mérito. Tom se enrolla con cualquiera.
-Lo sé. Pero no se ha liado contigo ¿verdad? Ni contigo, ni contigo… sólo conmigo. El motivo es obvio, ¿no?
Me acordaba de aquellas risas guasonas, la forma de presumir sobre mis logros con los chicos y con mis uñas perfectas, mi ropa perfectamente conjuntada, mi maquillaje perfecto, mi pelo perfecto, mi manera de hablar perfecta, engatusar y seducir. Sobre todo me acordaba de aquellas palabras de chica popular a la que le sobraban las amistades o, más bien, las conveniencias. Ya se sabe. De cien personas que una chica o chico pueden llegar a conocer, solo una se preocupará por ti, te dará buenos consejos cuando los necesites y estará contigo en los momentos buenos y malos. Solo una, de entre cien. Sobre todo si eres popular.
La fama es una maldición en ese sentido y las personas que la poseen, acabarán siendo infelices.Yo hacía cosas que una chica de catorce años no debería hacer. Disparates como quitarse la virginidad con un chico con experiencia solo para parecer guay y experimentar. ¡Cómo me arrepentí después!
Por aquel entonces, tenía muchas amigas y amigos. Todos falsos, por supuesto.
-Tom está allí. – Esme, la que consideraba mi mejor amiga o, al menos, chica de “casi-confianza”, me señaló el centro del cuadrilátero, la arena oscura siendo levantada con las pisadas de dos titanes combatiendo a muerte por un puesto sin ningún valor. Luego me enteraría de que Tom no se dejaba los dientes atrás por una señal de respeto. Lo hacía por dinero, igual que hacía otras cosas de las que prefería no saber nada.
Tom cayó al suelo de boca, escupiendo sangre. Su oponente le gritaba e intentaba humillarle con horribles palabras que eran coreadas por la mayoría. Las gradas derruidas de aquel estadio abandonado se habían llenado como cada semana, por hombres y mujeres de entre quince y veintiocho años, pidiendo un poco de acción que les provocara un subidón de adrenalina. Aquello era el Coliseo. El por qué del nombre era obvio ¿no? Se reunían docenas de personas para observar y divertirse con una moderna batalla de gladiadores, sin espadas ni lanzas, tampoco escudos. Sólo puños. A veces algo más.
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MUÑECO By Sarae
RomanceUn Muñeco al que hacer sufrir... un Muñeco al que romper... Poco me importaba quien fuera o qué fuera para mí. No tenía preferencias por nadie, cualquier criatura bonita con cuerpo de porcelana y fácil de manejar estaría bien. Cualquier persona, cua...