Cinco años después.
El sol del atardecer por la primavera bañaba la hermosa casa con un resplandor dorado. Los árboles se mecían suavemente con la brisa, y las risas de dos niños pequeños y un adulto llenaban el aire.
Louis y Liam observaban desde el porche, sus manos entrelazadas y sonrisas serenas en sus rostros.
Hoy era viernes, y con él, llegaba el día en que Liam cuidaría de su pequeño Zaid.
Habían pasado cinco años desde que Louis y Liam se habían confesado su amor, un amor que había estado oculto bajo la superficie de una larga amistad.
Ahora, estaban más felices que nunca, criando a su hija, Emma, quien con sus dos años, llenaba la casa de alegría y vitalidad.
Ambos hermanos, Emma y Zaid, siempre habían tenido una conexión inmediata, incluso cuando el más grande conoció a la pequeña Emma, y no entendía muy bien lo que sucedía, se autonombró como la persona que cuidaría de su hermana para siempre.
La pequeña corría tratando de alcanzar a su tío Zayn. Ellos también habían formado una conexión muy especial a lo largo de los años.
Fue difícil que Zayn retomara su relación con Liam solo como amigos, pero con el tiempo y con la llegada de su bebé, entendieron que había cosas más importantes de las que preocuparse.
Lo demás es historia.
Liam miró a Louis con una ternura infinita. Los recuerdos de los días difíciles, de la espera y las dudas, parecían ahora solo un preludio a la felicidad que compartían.
Después de su divorcio con Zayn, Liam había temido no encontrar nunca más la paz y la estabilidad, pero Louis había estado allí, paciente y amoroso. De la manera en la que lo había estado desde siempre.
—Nunca pensé que sería tan feliz —dijo Liam, apretando la mano de Louis — A veces siento que esto no es real.
—Yo tampoco, pero aquí estamos —respondió Louis, sus ojos brillando con gratitud — Es nuestra vida, y la amo.
El camino no ha sido fácil. Habían tenido que superar las complejidades de sus sentimientos, los retos de formar una nueva familia y la responsabilidad de cuidar al pequeño Zaid.
Zayn seguía siendo una presencia importante en sus vidas, compartiendo la crianza de su hijo con Liam de manera armoniosa. Aunque su matrimonio había terminado, el respeto y el cariño entre Liam y Zayn persistían, creando un entorno de amor y estabilidad para su pequeño.
La historia con Louis y Zayn era todavía más complicada. Si bien habían alejado sus diferencias mientras Liam estuvo en el hospital, fue más difícil asimilar todo luego del divorcio.
Pero con el tiempo, y con lo acostumbrados que todos estuvieron luego de las visitas de ambos para el cuidado de sus respectivos hijos, todo fluyó como tenía que hacerlo y ahora eran buenos amigos.
Zayn sonrió cuando la pequeña Emma lo alcanzó y se abrazó a su pierna dulcemente. Ella aún no hablaba, pero a veces balbuceaba pequeñas palabras, que para quienes la conocían, significaban demasiado.
— Te tengo — el pelinegro sonrió cuando su, ahora pareja, se acercó a él — Me tengo que ir, mi niña, pero vendré a verte en unos días.
Ella asintió y dejó un beso en la mejilla de su tío Zayn, antes de que la dejara en el suelo de nuevo, comenzando a jugar con su hermano.
— Pasaré por él la siguiente semana, gracias por cuidarlo más tiempo — dijo agradeciendo a ambos castaños.
— Está bien Zayn — contestó Louis — Es un placer para nosotros tener al pequeño Zaid en casa.
— Si, él también disfruta estar con ustedes — sonrió a su hijo — Pero disfruta aún más estar con su hermana.
— Ellos se quieren mucho — habló está vez Liam.
Los tres adultos asintieron y luego giraron su vista en dirección al hombre que sacaba todo lo necesario para Zaid.
— Parece un buen hombre — dijo Liam mirando a quien ya había sido presentado como la nueva pareja de su ex esposo.
— Lo es para mí.
Zayn había encontrado a alguien a quien amar después de muchos años, centrando su vida y su espacio solo a la crianza de su pequeño bebé. No lo planeó, simplemente sucedió y ahora estaba ahí, a punto de hacer un viaje con su nueva pareja.
La vida fue buena para él.
— Bien, tengo que irme ahora — acercó a su pequeño para darle un fuerte abrazo y un beso de despedida — Si algo llega a suceder, no duden en llamarme, ¿si?
— No te preocupes Zaynie, disfruta de tu viaje.
Él sonrió a ambos esposos y luego de despedidas rápidas, subió al carro de su novio, para emprender camino al aeropuerto.
Emma y Zaid corrieron hacia ellos, sus risas resonando como música. Emma trepó al regazo de Liam, mientras Zaid se abrazaba a la pierna de Louis. Era un cuadro perfecto de amor y unidad, donde cada pieza encajaba de manera natural y hermosa.
—Papá, ¿podemos quedarnos afuera un poco más? —pidió Zaid con ojos brillantes.
Liam rió y asintió, acariciando el cabello de su hijo.
—Claro que sí, mi amor. Hoy es un día especial.
Liam se inclinó y besó la cabeza de Emma.
—Vamos, ¿qué dicen si jugamos un poco más antes de la cena?
Con un último vistazo al atardecer, Liam y Louis se levantaron, siguiéndoles hacia el jardín. En ese momento, todo el pasado parecía absolutamente nada, a la felicidad presente.
Habían encontrado su camino a través de la adversidad, construyendo una vida juntos que era más rica y plena de lo que jamás hubieran imaginado.
Louis y Liam, junto a sus hijos, se adentraron en la noche que comenzaba a caer, sabiendo que estaban exactamente donde debían estar: unidos por el amor, la amistad y la familia que habían creado juntos.
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