Buscando piso

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Creo que jamás en la vida me plantee la posibilidad de una situación similar. La nueva situación familiar, mi inesperado retorno a casa y ahora esto. Miro de nuevo el periodico arrugado que tengo entre las manos y alzo la vista para observar el edificio que se alza frente a mi. No es que sea una construcción demasiado nueva pero podría estar peor. De hecho, todos los lugares que he visitado antes de este eran verdaderas pocilgas o proyectos de ruina. Mirando a mi alrededor, puedo comprobar que el barrio no es demasiado caotico como en el centro y tampoco está en la zona de los suburbios, donde preferiría no tener que entrar.

-Está bien.- Me digo suspirando y guardando el periodico en el bolso que llevo colgado.- A ver si tengo suerte esta vez.

Nunca he necesitado rogar a los dioses de la fortuna, ya que por suerte o desdicha, nací en el seno de una familia bastante acomodada. Si echo la vista atrás, creo que nunca valoré ciertas cosas que daba por sentadas y eso me molesta demasiado. Me paro frente a la puerta del ascensor y cuando pulso el boton veo que no sucede nada. Vuelvo a pulsar y justo cuando miro hacia arriba para ver si al menos la luz indica si se mueve alguien aparece por las escaleras.

Abro los ojos un poco sorprendido ante el chico que tengo delante. Su pelo, algo despeinado y de punta, es de un negro intenso, casi como el mio y sus ojos son de un azul con cierto matiz verdoso que me hace tener que retirar la mirada antes de sonrojarme. Va vestido de deporte y por los auriculares que tiene en las orejas, va a salir a correr o algo similar. No puedo evitar pensar que es bastante atractivo. Tal vez, más de lo que esperaba encontrarme, desde luego. 

¿Vivirá aquí?

-Si esperas al ascensor, lleva varios años sin funcionar.

Vuelvo a mirar el ascensor y arrugo algo el entrecejo al ser consciente que tendré que subir cuatro pisos andando. Mierda. Bueno, el ejercicio no me va a venir mal desde luego. Al volver a mirar al chico, veo que sigue mirandome con una ligera sonrisa.

-Ánimo, solo son unas escaleras.- Dice despidiendose de mi con un gesto de la mano.

En cuanto lo veo salir comienzo a subir escuchando de vez en cuando algunas voces procedentes de algunos de los pisos que voy dejando atrás. Espero que los vecinos de la cuarta planta sean más silenciosos o lo tendré dificil para estudiar. El interior del edificio no está mal, si exceptuamos el que hecho de que el ascensor está estropeado, claro. No se ve sucio ni huele raro, y la pintura de los pasillos parece relativamente nueva o bien cuidada.

Al llegar al cuarto piso localizo la puerta con la letra C y puedo escuchar perfectamente, varios gritos al otro lado de la misma.


***Ichigo***



Salgo del baño anudandome la toalla a la cintura y con un humor de mil demonios. Cruzo el salon sin mirar siquiera como Renji ha alzado una ceja mientras está sentado en el sillon y voy directo a aporrear la puerta de Grimmjow.

-¡Oe, Grimmjow!- grito sin recibir respuesta alguna.- ¿Cuantas veces tengo que...?- Al entrar no puedo evitar abrir los ojos algo impresionado por la escena.

Grimmjow, mi estupido compañero de piso está follandose a Yumichika, el vecino del apartamento 4B como si fuera un perro. Lo tiene a cuatro patas sobre la cama y él, está de frente a mi, por lo que tengo una impresionante vista de sus abdominales marcados con cada nueva embestida. Su piel esta cubierta por el sudor y puedo sentir como se me eriza la piel cuando sus ojos, brillantes por el placer me miran directamente. Un fuerte gemido de Yumichika me hace tomar consciencia de la realidad, lo que hace que me sonroje hasta las orejas. En mi interior no puedo evitar sentir que me gustaría estar en el puesto de Yumichika pero en cuanto recuerdo lo gilipollas que es mi compañero me vuelvo a cabrear.

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