En cuanto entro en el reservado siento como se me erizan los pelos de la nuca. De todos los hombres que habían pasado por mi mente, Ugaki era el último que habría deseado que estuviera aquí. Es uno de esos clientes más bien pesados que no se preocupan en disimular lo que realmente desean. Encima, es el tutor de mi hermano pequeño Nova. No entiendo como ese hombre puede ser profesor de instituto con lo raro que es.
Ugaki es gay, igual que yo, y lo sabe, lo cual solo le da más ánimo a su insistencia. Cada vez que viene pide mis servicios y si estoy ocupado o espera que me quede libre o se va y vuelve otra noche. No se preocupa en insinuarse abiertamente e incluso ha llegado a ofrecerme dinero por sexo en varias ocasiones. No es que sea el único que lo hace pero en su caso, solo el plantearmelo con él, me da escalofríos.
En cuanto me ve en la puerta, veo su sonrisa alargarse anque no puedo ver bien la expresion de sus ojos debido al reflejo de sus gafas.
-¡Abarai san!- Sonrío intentado reponerme a la decepción e intentando mentalizarme que pasaré el resto de mi turno con este hombre entre estas cuatro paredes. Si tan solo hubiera sido alguien como ese chico que va a vivir con nosotros...
No sé ni porque he pensado en ese chico aunque obviamente, está mucho más bueno que Ugaki, con ese pelo negro y lacio rozandole los hombros, esos ojos azules profundos y preciosos y ese cuerpo de infarto. Sí sin duda sería muchisimo mejor verlo ahí sentado a ver a Ugaki con ese pelo engominado y pegado a la cabeza, esas gafas de culo de botella y esa sonrisa tan escalofriante. Entiendo que pueda gustarle porque estoy bastante bueno pero ¿no sabe pillar las indirectas? Para colmo, es la primera vez que ha dado el paso de contratar un reservado, ¡con lo que cuestan! pero va listo si piensa que vamos a tener algo más que las últimas veces solo por estar aquí los dos solos.
-Ugaki san, que sorpresa.
-Lo sé. Llevo algún tiempo ahorrando para este momento.- Dice golpeando el tatami para que me siente a su lado.
Tomo aire y me acerco tomando asiento a su lado aunque algo más lejos de lo que él me había indicado. En seguida me invade el perfume tan empalagoso que le caracteriza pero le sonrío como siempre hago.
-Estaba deseando volver a verle Abarai san.
-Lo cierto es que yo también le he echado en falta ultimamente.- Le miento tomando la botella de sake que hay en el centro de la mesa. Voy a necesitar algo mas que ese chupito que me ha dado Gin y la cerveza, aunque he de reconocer que ya noto los efectos de esa mezcla. Ugaki me sonríe complacido y me quita la botella para servirme el mismo.- En realidad, debería ser yo quien le sirviera, Ugaki san.
-Uga, por favor.- Me dice mirandome unos instantes por encima de las gafas. Sus ojos oscuros dejan entrever claramente sus intenciones de hoy.- Creo que a estas alturas podríamos tutearnos de manera más... personal ¿no te parece?
-Oh, pero la normativa del local nos exige tratar a nuestros clientes con total respeto, Ugaki san.
-Pero en esta habitación, nadie se va a enterar de nada...
-Lo cierto es...- Le digo exhibiendo mi mejor sonrisa y acercandome un poco a él.- que me gusta como suena su nombre completo, U-ga-ki san.- Digo pronunciandolo lentamente, silaba por silaba viendo como tiene que tragar ante el efecto que le provoca mi acción.
-Ah... si es así, llamame como desees...
Bebo el vasito de sake que me sirve y lo trago rapidamente viendo que él se había quedado preparado para brindar.
-Estaba sediento. Disculpe mi falta de educación.- Digo sirviendome un nuevo vasito y esta vez chochandolo ligeramente con el suyo.
-Por una noche... inolvidable...- Dice antes de morderse el labio.
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Apartamento Compartido
FanfictionYa se sabe que la convivencia siempre es complicada. No importa que convivas con tu familia, amigos o completos desconocidos. El día a día, las diferencias de personalidad y los posibles enfrentamientos harán de esa convivencia todo un reto que pond...