Enredos Coyote

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Casi no me creo que Ukitake san haya despedido a Ginjo. Al parecer, Ichigo vino al super y mi hermano no tuvo una mejor idea que asaltarlo como solía hacer cuando aun salían. ¿Es que realmente solo tiene una neurona en la polla? Claro, en cuanto ha visto los videos de seguridad, la versión de Ginjo ha desaparecido. Además no sé que habrá hecho para cabrear tanto a Ukitake y para colmo, también parece molesto conmigo. Hoy tenía pensado invitarlo a cenar pero, con todo este lío, he preferido dejarlo para otro día.

Mierda. Encima, con el cabreo del despido, parece más emperrado en salir para desquitarse. Menos mal que he podido hablar con Ichinose y se nos ha apuntado que sino, habría sido demasiado aguantar a Ginjo toda la noche yo solo.

Miro como Ginjo no deja de sonreir al tenernos en su territorio. No sé ni como me he dejado arrastrar a esta locura pero la verdad es que me sentía demasiado depre por como están yendo las cosas entre Ukitake y yo. Es cierto que nunca dijimos que lo nuestro era algo serio pero, últimamente, apenas hemos quedado y he notado como Ukitake ha vuelto a tratarme con cierta distancia. Me da miedo pensar que sea porque ha comenzado algo con ese compañero de piso nuevo que se echó.

La verdad es que se le ve más maduro que yo pero, físicamente, no tengo nada que envidiarle y sé que Ukitake disfruta mucho cuando estamos en la cama. Pero desde ese día que coincidimos en el piso y vi como me miraba y como lo miraba Ukitake, supe que había más de lo que quería saber.

-Deja de pensar en ese frígido.- me dice Ginjo apareciendo con una nueva ronda.

-No lo llames así solo porque te haya echado. Te lo has buscado tu solito.- Él chasquea la lengua pero parece olvidarlo al momento.

-Ya es la segunda copa en menos de media hora. ¿Es que quieres emborracharnos?- Dice Ichinose a pesar de estirar la mano y tomar el vaso para beber de él.

-Oe, si no te lo tomas con mas calma, no duraras ni una hora.- Le digo.

-Bah, no hagas caso de Kensei. Se ha vuelto un aburrido desde que sale con un viejo.- Frunzo el ceño y él se echa a reir como un idiota.- Ok, ok, un viejo buenorro pero demasiado aburrido.

-Demasiada diversión es tan malo como demasiado poca.

-¿Y bien?- Le suelta a Ichinose.- ¿Qué te ha pasado con tu novio perfecto?- Ambos lo miramos sorprendidos pero mas sorprendido lo miro yo cuando Ichinose desvía la mirada.

-Ichinose... ¿tan malo ha sido?

-Seguro que por fin te has dado cuenta de que no te mentía ¿eh?

-No es eso...- Dice nuestro hermano pero por como lo esta diciendo, es claramente una mentira que lo avergüenza.

-No te lo tomes tan a pecho.- dice Ginjo tomando asiento a su lado.- A todos nos han puesto los cuernos alguna vez.

-¿Si? Pues que yo sepa a mi nunca me los han puesto.- Le digo viendo como alarga una sonrisa.- No... ¿Quién?

-¿Recuerdas ese novio que te echaste en ultimo curso de instituto?

-¿Reiga?

-Me lo tiré.- Suelta tan tranquilo.

-Pero ¡Serás!- Suelto empujadolo.

-Tendrías que darme las gracias. Si se vino conmigo tan rápido es porque no te quería.

-Ya claro.- Digo arrugando el entrecejo.- ¿Y a ti?¿Tambien te han puesto los cuernos?

-Seguramente. No es que me haya enterado de ningunos pero, nunca se sabe. Así que si notas algo mas de peso en la cabeza...- Le dice a Ichinose dándole varias palmaditas en la espalda.- no te sientas mal. No eres el único.

Apartamento CompartidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora