Dejándose llevar

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Miro con cierta reticencia a Zangetsu mientras suspira por enésima vez.

-Sen, ¿realmente quieres pasar nuestra ultima noche juntos en varias semanas así?

-¿Así como?- Le digo molesto.

-Enfadados. Peleando.

-No. ¡Claro que no! Pero es que... no puedo aceptar sin mas que vayas a estar lejos durante tanto tiempo y ¡en la guerra!¿Sabes lo que es eso?

-No es mi primera vez, Sen. Llevo años haciendo lo mismo. Es parte de mi trabajo.

-Pero no del mio... o bueno... lo que sea.- Digo furioso dándole la espalda para mirar por la ventana de su habitación.

En cuanto siento su calor sé que lo tengo a mi espalda. Me acaricia los brazos y me remuevo pero no lo suficiente como para apartarlo. Cuando me abraza besando mi cabeza me siento como un niño pequeño en una de sus rabietas pero es que realmente me aterra esta separación. No es que llevemos demasiado juntos pero en este tiempo de relación he llegado a acostumbrarme demasiado a él. Tanto que solo de imaginar mis días sin él a mi lado se me hace un mundo.

-Solo serán unas semanas. Estaré de vuelta antes de lo que imaginas.

-Mas te vale estar de vuelta para las fiestas o me buscaré a alguien que me acompañe al templo en año nuevo.

-Te lo prometo. Estaré de vuelta antes de las fiestas.- Me giro y veo como sus ojos oscuros me atraviesan provocándome los escalofríos previos al estremecimiento por lo que sé que viene a continuación.

Cuando baja lentamente para besar mis labios, los entreabro para permitirle el paso hasta encontrarse con mi lengua, avida y deseosa de su sabor. Es como si la conciencia de que vamos a estar un tiempo separados me hiciera no sentirme satisfecho por mas que me bese, por mas que me acaricie o por mas que me mire con sus intensos ojos oscuros. Esos ojos que son como dos pozos negros que amenazan con absorberme pero que, en contra de toda lógica, es lo que deseo.

Sus fuertes brazos me alzan y me hace rodear su cintura con mis piernas para pegarme contra la pared. Jadeo al sentir la falta de aire y él pasa a mi cuello para besarme y morderme ascendiendo para volver a besarme los labios. Puedo sentir todo su cuerpo en tensión, mientras su dureza se roza contra la mia.

-Ah...- gimo sin dejar de mirarlo y sintiendo nuestras respiraciones aceleradas chochar entre ellas.

-Te amo, Sen.- Dice haciendo que mi pecho pegue un brinco.- Quiero que lo recuerdes mientras esté fuera.

-Entonces, deberás dejarlo tatuado en mi cuerpo.- Le digo viendo como la mirada se le oscurece aun más.

-Como deseés mi pequeño.


***Zangetsu***


En cuanto me siento completamente hundido en el cuerpo de Sen, tengo que controlarme para no correrme. Mi pequeño está demasiado sensible y apenas me deja respirar. Sé que sus besos descontrolados, sus miradas tristes y su forma demandante de pedirme más con cada movimiento, es por la desesperación ante la despedida.

Creo que es la primera vez que realmente no quiero irme a una misión. Las veces anteriores era por vagancia, dejadez, aburrimiento pero esta vez es totalmente diferente. Sen se ha convertido en mi mundo, en el sol que me hace girar y pensar que tengo que dejarlo solo me quema por dentro.

-Ah... Así.. sí, ¡Zan!- Su grito va acompañando por varios arañazos en mi espalda mientras me hundo en lo más profundo de su cuerpo corriéndome y sintiendo como él lo hace sobre su pecho.

Apartamento CompartidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora