Las semanas que siguieron a la confesión de Marco fueron un torbellino de emociones para Elena. La amenaza constante y la necesidad de mantener el secreto la estaban consumiendo lentamente. Sin embargo, la cercanía con Alexia se convirtió en su ancla. La rutina diaria, las sesiones de fisioterapia, y los momentos de intimidad y apoyo mutuo le proporcionaron un respiro en medio del caos.
Alexia, por su parte, estaba decidida a recuperar su forma física. A pesar del dolor y las limitaciones, su espíritu indomable nunca flaqueó. Elena aprovechaba cada momento libre en el hospital para estar con ella, brindándole apoyo moral y físico durante su recuperación.
Un día, después de una intensa sesión de fisioterapia, Alexia sugirió que fueran a dar un paseo por el parque cercano. El sol de la tarde bañaba el lugar en una cálida luz dorada, y el aire fresco era un alivio bienvenido después de horas en el hospital.
"Necesito despejar mi mente," dijo Alexia mientras caminaban. "Elena, gracias por estar aquí. No sé cómo lo haces, pero siempre logras que me sienta mejor."
Elena sonrió, tratando de ocultar la preocupación que aún la acosaba. "Eres tú quien me inspira, Alexia. Tu determinación y fuerza son increíbles."
Se sentaron en un banco bajo un árbol, disfrutando del sonido de las hojas susurrando con la brisa. Fue un momento de paz, una rara joya en medio de sus vidas tumultuosas.
La tranquilidad se rompió de repente cuando un hombre desconocido se acercó a ellas. Su apariencia desaliñada y su comportamiento nervioso pusieron a Elena en alerta inmediatamente.
"Disculpen, ¿tienen hora?" preguntó, pero su tono era agresivo, y sus ojos no dejaban de moverse, evaluando a su alrededor.
Elena sintió que algo no estaba bien. "Lo siento, no tenemos reloj," respondió con firmeza, agarrando la mano de Alexia.
El hombre se acercó más, invadiendo su espacio personal. "Vamos, solo necesito la hora. No les cuesta nada."
Antes de que pudieran reaccionar, el hombre intentó arrebatar el bolso de Elena. Alexia, con su reflejo de deportista, se levantó rápidamente, empujándolo hacia atrás. El hombre se tambaleó, sorprendido por la reacción, pero volvió a atacar con más fuerza.
Elena gritó pidiendo ayuda, y en cuestión de segundos, otros transeúntes acudieron a su auxilio. El atacante, al darse cuenta de que estaba superado en número, huyó apresuradamente. Las mujeres, aunque asustadas, estaban ilesas.
"¿Estás bien?" preguntó Alexia, su voz temblando ligeramente por la adrenalina.
Elena asintió, tratando de calmar su respiración. "Sí, solo fue un susto. Gracias por tu rápida reacción."
Alexia la abrazó con fuerza, un gesto tanto de alivio como de protección. "No dejaré que nadie te haga daño, Elena."
De regreso en el apartamento de Alexia, ambas se sentaron en el sofá, tratando de procesar lo ocurrido. La cercanía física que compartían después del incidente se había convertido en algo más profundo. Había una nueva capa de entendimiento y confianza entre ellas, forjada en la crisis.
"Esto me hace darme cuenta de lo mucho que significas para mí," dijo Alexia, rompiendo el silencio. "No puedo imaginar mi vida sin ti."
Elena sintió una oleada de emociones. "Y tú para mí, Alexia. Pero esto también me hace pensar en lo frágil que puede ser todo."
A pesar de la cercanía renovada con Alexia, las amenazas de Marco continuaban acechándola. Cada mensaje y llamada aumentaban su ansiedad, y el incidente en el parque solo reforzó su miedo a lo que Marco podría hacer.
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Ecos de Amor - Alexia Putellas
FanfictionAlexia Putellas, una destacada futbolista, y Elena, una talentosa cirujana, se encuentran en una gala de caridad y se enamoran rápidamente. Sin embargo, sus vidas llenas de secretos y responsabilidades ponen a prueba su relación. Juntas, luchan por...