Capítulo 27: Rescate Dramático

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Habían pasado tres días en que Elena estuvo en cautiverio, Alexia no descansó ni un solo instante. Su corazón latía con un ritmo frenético, cada minuto sin noticias se sentía como una eternidad. Javier y el equipo de seguridad trabajaban sin descanso, rastreando cada posible indicio, revisando cámaras de seguridad y hablando con testigos. La tensión era palpable, y la preocupación por el bienestar de Elena crecía con cada hora que pasaba.

En el oscuro y lúgubre escondite donde Marco la mantenía cautiva, Elena luchaba por mantenerse consciente y alerta. Cada día que pasaba era una prueba de resistencia física y mental. Marco la mantenía en un estado constante de miedo y dolor, alternando entre torturas físicas y psicológicas. Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, Elena se aferraba a la esperanza de que Alexia la encontraría. Recordaba las palabras de Alexia y su promesa de que no la dejaría sola.

El tercer día, gracias a la camioneta vista lograron llegar a una pista crucial llevó al equipo de búsqueda a un almacén abandonado en las afueras de la ciudad. Un informante había revelado la ubicación a cambio de inmunidad. Las fuerzas especiales de la policía se movilizaron rápidamente, preparando una operación de rescate coordinada. La tensión era alta, y la posibilidad de que Marco pudiera lastimar aún más a Elena impulsaba a todos a actuar con rapidez pero con cuidado.

Elena, en su estado de agotamiento y dolor, no se percató inmediatamente del ruido de los vehículos y la actividad exterior. Había perdido la noción del tiempo y sus fuerzas se estaban agotando. Sin embargo, cuando los primeros sonidos de la intervención policial llegaron a sus oídos, un rayo de esperanza iluminó su mente.

La operación policial fue rápida y precisa. Los agentes irrumpieron en el almacén, neutralizando a los hombres de Marco con movimientos eficientes y letales. Marco, al ver que su tiempo se agotaba, intentó utilizar a Elena como escudo humano, pero la rápida acción de los agentes lo impidió.

"¡Baja el arma y suelta a la rehén!" ordenó uno de los agentes, apuntando directamente a Marco.

Marco, desesperado y sin opciones, soltó a Elena con brusquedad. Los agentes se abalanzaron sobre él, inmovilizándolo y asegurándolo con esposas. En cuestión de segundos, la amenaza de Marco había sido neutralizada.

Elena, debilitada y herida, cayó al suelo. La adrenalina la mantenía consciente, pero apenas podía mantenerse en pie. Los paramédicos entraron rápidamente, evaluando su estado y preparándola para el traslado inmediato al hospital.

Cuando Alexia llegó al lugar del rescate, su corazón se detuvo al ver a Elena siendo llevada en una camilla y en el estado que estaba. Corrió hacia ella, sus ojos llenos de lágrimas y su voz quebrada por la emoción.

"Elena, estoy aquí. Estoy aquí," murmuró Alexia, tomando la mano de Elena.

Elena, con la mirada nublada por el dolor y el cansancio, sonrió débilmente al ver a Alexia. "Sabía que vendrías," susurró, sus palabras apenas audibles.

"Todo va a estar bien ahora," prometió Alexia, besando suavemente la frente de Elena. "Te llevarán al hospital y te cuidaré cada segundo."

Elena fue llevada de urgencia al hospital, donde un equipo de médicos y enfermeras se encargó de estabilizarla y tratar sus heridas. Las contusiones y cortes eran evidentes, pero el trauma emocional era igualmente profundo. Alexia no se separó de su lado ni un momento, asegurándose de que Elena recibiera la mejor atención posible.

Elena estaba a salvo, pero el impacto de su experiencia estaba lejos de desaparecer. Las noches eran las más difíciles; Elena se despertaba con pesadillas, reviviendo el terror de su secuestro.

Una vez estabilizada, los médicos sugirieron realizar una serie de exámenes para evaluar su estado general de salud. Entre ellos, se encontraba una prueba de embarazo. Alexia, le hervia la sangre de consciente de lo que ese tipo le hizo a Elena y lo que esta había tenido que soportar, pero sobretodo se sintió devastada ante la posibilidad de un resultado positivo.

"Elena," murmuró Alexia, tomando su mano con delicadeza. "Debemos hacer esta prueba, solo para estar seguras."

Elena asintió débilmente, sintiendo el peso de la situación sobre ella. La prueba se realizó, y ambas esperaron en silencio el resultado, temiendo lo peor pero esperando lo mejor.

Pasaron varias horas en pena Alexia no dejaba de pensar en esa prueba y en que pasaría ante un eventual resultado positivo, finalmente el médico regresó con los resultados. "La prueba es negativa," anunció con un tono serio pero compasivo. "No hay señales de embarazo."

Un suspiro colectivo de alivio llenó la habitación. Alexia abrazó a Elena con ternura, sintiendo cómo la carga de la incertidumbre se desvanecía lentamente.

"Estás a salvo, Elena," murmuró Alexia, sintiendo cómo las lágrimas de alivio rodaban por sus mejillas. "Vamos a superar esto juntas."

Elena asintió débilmente, sintiendo la fortaleza y el amor incondicional que emanaban de Alexia. "Juntas," susurró, su voz apenas audible pero llena de determinación.

El arresto de Marco fue solo el comienzo de su rendición de cuentas. Las autoridades reunieron pruebas contundentes contra él, incluyendo su confesión y testimonios de sus cómplices. El proceso judicial sería largo, pero Alexia y Elena estaban decididas a ver que se hiciera justicia.

Mientras tanto, la recuperación de Elena continuaba. Aunque las heridas físicas comenzaban a sanar, las emocionales requerían más tiempo y paciencia. Alexia apoyaba a Elena en cada paso del camino, acompañándola y asegurándose de que tuviera todo lo que necesitaba para sentirse segura y protegida.

"Vas a superar esto, y te prometo estar ahí para ayudarte a hacerlo" dijo Alexia mientras ayudaba a Elena a acomodar su almohada para luego darle un beso en la frente.

La experiencia del secuestro había sido devastadora, pero también había fortalecido su relación de una manera que nunca hubieran imaginado. Ahora, más que nunca, sabían que podían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara, siempre y cuando lo hicieran juntas.

Aunque las cicatrices del secuestro aún eran visibles, tanto física como emocionalmente, ambas mujeres demostraron una fortaleza inquebrantable. Su amor mutuo y el apoyo de sus amigos y familiares les proporcionaron la base necesaria para comenzar a reconstruir sus vidas.

Ecos de Amor  - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora