Después de unas semanas tranquilas en casa, la vida de Alexia y Elena parecía haber alcanzado una nueva estabilidad. Sin embargo, la realidad de sus carreras exigentes y la presión constante de la vida pública pronto volvió a desafiar su relación. Ambas se encontraban en momentos críticos en sus respectivos campos: Alexia estaba en plena pretemporada de fútbol, compitiendo en torneos internacionales, mientras que Elena continuaba asumiendo mayores responsabilidades en el hospital, liderando importantes cirugías y proyectos médicos.
Una mañana, justo cuando estaban disfrutando de un desayuno tranquilo en su apartamento, el teléfono de Elena sonó. Era una llamada de emergencia del hospital. Había un caso crítico y necesitaban su experiencia de inmediato.
“Lo siento, amor, pero tengo que irme,” dijo Elena, levantándose rápidamente de la mesa.
“Lo entiendo,” respondió Alexia, aunque una sombra de preocupación cruzó su rostro. “Cuídate y mantente en contacto.”
“Lo haré,” prometió Elena, dándole un rápido beso antes de salir corriendo.
Mientras Elena se dirigía al hospital, Alexia se preparaba para su propio desafío. Tenía que viajar fuera de Barcelona para un partido de pretemporada. Las dos sabían que esta distancia temporal sería difícil, pero se comprometieron a mantenerse en contacto tanto como fuera posible.
El día del partido, Alexia estaba completamente concentrada en el campo. Sabía que Elena estaba enfrentando un día estresante en el hospital, pero también confiaba en que su pareja era increíblemente fuerte y capaz. Después del partido, que resultó ser muy agotador, Alexia intentó llamar a Elena varias veces, pero todas las llamadas fueron directamente al buzón de voz.
Finalmente, decidió enviarle un mensaje: “Espero que estés bien. Te extraño mucho. Llámame cuando puedas. Te amo.”
Mientras tanto, Elena estaba en medio de una operación compleja que duró varias horas. No tuvo oportunidad de revisar su teléfono hasta mucho después de que el mensaje de Alexia llegó. Cuando finalmente vio el mensaje, una ola de culpa y frustración la abrumó. Sabía que Alexia también estaba pasando por un momento mucho estrés y deseaba poder estar allí para apoyarla.
Esa noche, después de una agotadora jornada en el hospital, Elena se sentó en su oficina, mirando su teléfono. La frustración y la preocupación la abrumaban, pero entendía que su trabajo requería toda su atención en momentos críticos como este.
Finalmente, cuando el ajetreo del día se calmó, decidió enviarle un mensaje a Alexia: “Lo siento por no haber podido hablar antes. Ha sido un día muy largo. Te extraño y te amo mucho.”
Mientras tanto, Alexia estaba en un hotel en otra ciudad, agotada después de un partido intenso. Vio el mensaje de Elena y sintió que lo mejor era tomar su teléfono y marcar el número de su chica. Esta contestó al segundo timbre, su voz sonaba aliviada.
“Alexia, ¿estás bien?”
“Sí, estoy bien. Lo siento por no haber respondido antes. Ha sido un día muy largo.”
“Lo entiendo,” respondió Elena, su voz suave. “Solo... necesitaba escucharte, no tienes idea de lo que te extraño.”
Hablaron durante horas, compartiendo detalles de sus días y recordándose mutuamente por qué estaban juntas. Esa conversación fue un bálsamo para ambas, reforzando su compromiso y amor. Pero sabían que no sería la última vez que enfrentarían estos desafíos.
Los días pasaron y ambas se sumergieron en sus trabajos. Elena, a pesar de su carga de trabajo, se destacó en varias cirugías complejas, ganando reconocimiento entre sus colegas. Alexia, por su parte, lideró a su equipo a varias victorias, consolidando su reputación como una de las mejores futbolistas del mundo.
Llegó el fin de semana, y por suerte lograron coordinar sus agendas y se encontraron en su casa para un breve pero significativo momento juntas. Decidieron no hablar de trabajo ni de los problemas. Solo querían disfrutar de su tiempo juntas.
Prepararon una cena sencilla y luego se sentaron en el sofá, acurrucadas bajo una manta. Alexia tomó la mano de Elena y la miró a los ojos.
“Sabes, a pesar de todo, no cambiaría nada de lo que tenemos,” dijo Alexia.
Elena sonrió, sintiendo una ola de amor y gratitud. “Y yo. Sé que no siempre es fácil, pero vale la pena.”
Se besaron, un beso lleno de promesas y esperanzas para el futuro. Pasaron la noche hablando, riendo y simplemente disfrutando de la compañía del otro. Mientras el fuego de la chimenea crepitaba suavemente en el fondo, ambas sintieron que este era el tipo de momento que hacía que todo valiera la pena.
A medida que el tiempo avanzaba, aprendieron a adaptarse mejor a sus situaciones. Establecieron rutinas y horarios para sus llamadas, se enviaban mensajes y fotos durante el día, y encontraban maneras creativas de sorprenderse mutuamente, incluso a la distancia. La relación, lejos de debilitarse, se fortaleció con cada desafío.
Un día, después de una semana particularmente agotadora, Alexia llegó a casa y encontró a Elena esperándola con una sorpresa. Había preparado una cena especial y comprado un ramo de flores para ella.
“¿Qué es todo esto?” preguntó Alexia, sus ojos brillando de sorpresa y alegría.
“Solo quería pasar tiempo con la jugadora de fútbol más guapa” dijo Elena, sonriendo. “Sé que hemos estado muy ocupadas y quería recordarte cuánto te amo y cuánto valoro lo que tenemos.”
Alexia sintió una oleada de amor por Elena. Se acercó y la abrazó con fuerza, susurrando, “Eres increíble, amor. Te amo tanto.”
“Y yo a ti,” respondió Elena, besándola suavemente.
Después de la cena, se acomodaron en el sofá, acurrucadas juntas bajo una manta. Hablaron de día, la conexión entre ellas se sentía más fuerte que nunca, un testimonio del amor y el compromiso que compartían.
Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Alexia miró a Elena y dijo, “Amor, prometeme algo: que no importa lo que pase, siempre estaremos juntas. Siempre encontraremos la manera de regresar a los brazos de la otra.”
Elena asintió, sus ojos llenos de determinación, se acercó a ella tomandola de la cintura y para pegarla más a su cuerpo. “Sí, siempre, mi amor, te amo.”
“Y yo a ti,” respondió Alexia, tomando la mano de Elena y entrelazando sus dedos.
Mientras se quedaban dormidas, ambas sabían que, sin importar los desafíos que enfrentaran, su amor era lo suficientemente fuerte como para superarlos. Y con eso en mente, se dejaron llevar por el sueño, seguras de que su futuro juntas sería brillante y lleno de amor.
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Ecos de Amor - Alexia Putellas
Fiksi PenggemarAlexia Putellas, una destacada futbolista, y Elena, una talentosa cirujana, se encuentran en una gala de caridad y se enamoran rápidamente. Sin embargo, sus vidas llenas de secretos y responsabilidades ponen a prueba su relación. Juntas, luchan por...