Capítulo 77: Sanación

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Las primeras luces del amanecer se filtraban a través de las cortinas del dormitorio, llenando la habitación de una cálida luz dorada. Elena se despertó con una sensación de inquietud en el pecho. Hoy era el día en que comenzaría a dar los primeros pasos para sanar su relación con sus padres.

Habían pasado algún tiempo desde que la relación con ellos se había tensado, principalmente debido a la falta de aceptación y comprensión sobre su orientación sexual y su relación con Alexia. Aunque habían intentado mantener una comunicación cordial por el bien de las apariencias, el verdadero amor y apoyo que Elena anhelaba siempre había estado ausente.

Elena se levantó silenciosamente, tratando de no despertar a Alexia ni a Isabella, quienes dormían plácidamente. Se dirigió a la cocina y comenzó a preparar café, su ritual matutino que la ayudaba a centrarse y a encontrar un momento de paz antes de enfrentar el día.

Mientras esperaba a que el café estuviera listo, sus pensamientos se dirigieron a los recuerdos de su infancia. Recordó las risas, los abrazos y los momentos felices que había compartido con sus padres antes de que la vida tomara un giro inesperado. Un suspiro profundo escapó de sus labios; el anhelo de reconectar con ellos se había vuelto cada vez más fuerte desde la llegada de Isabella. Quería que su hija conociera a sus abuelos y experimentara el amor de una familia extendida.

Después de tomarse una taza de café, Elena se sentó en la mesa del comedor con su teléfono en la mano. Había estado dándole vueltas a la idea de enviarles un mensaje a sus padres durante semanas, y ahora, finalmente, estaba decidida a hacerlo. Sabía que tenía que ser honesta y abierta, aunque la vulnerabilidad la aterrorizara.

"Buenos días, mamá y papá," escribió. "He estado pensando mucho en ustedes últimamente. Hay tantas cosas que quiero compartir y tanto que necesito decir. Espero que podamos encontrar un camino para sanar nuestras heridas y reconectar como familia. Los extraño y los quiero."

Elena releyó el mensaje varias veces antes de enviarlo. Al hacerlo, sintió una mezcla de alivio y ansiedad. Había dado el primer paso, pero sabía que el camino hacia la reconciliación sería largo y lleno de obstáculos.

Alexia se despertó poco después y encontró a Elena en la cocina, mirando pensativa su teléfono. "Buenos días, amor," dijo, besándola suavemente en la mejilla. "¿Estás bien?"

Elena sonrió débilmente y le mostró el mensaje que había enviado. "Lo hice," dijo. "Finalmente les escribí."

Alexia la abrazó con fuerza. "Estoy tan orgullosa de ti, Elena. Sé lo difícil que ha sido para ti. Pero esto es un gran paso hacia adelante."

"Gracias," respondió Elena, sintiendo el calor y la seguridad del abrazo de Alexia. "No sé qué esperar, pero al menos lo intenté."

Pasaron varios días sin ninguna respuesta de sus padres. Elena trataba de mantener la esperanza, pero cada día que pasaba sin noticias aumentaba su ansiedad. Alexia y sus amigos cercanos le brindaban constante apoyo, recordándole que estaba haciendo lo correcto y que debía tener paciencia.

Finalmente, una mañana, mientras revisaba su teléfono, vio una notificación de mensaje nuevo. Su corazón dio un vuelco al ver el nombre de su madre en la pantalla.

"Querida Elena," comenzaba el mensaje. "Tu padre y yo hemos leído tu mensaje varias veces. Nos ha tomado por sorpresa, y hemos tenido que reflexionar mucho. También te extrañamos y queremos encontrar una manera de sanar. Quizás podamos empezar con una llamada."

Elena sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Había una chispa de esperanza en esas palabras. Inmediatamente respondió, agradeciendo a su madre y sugiriendo una hora para la llamada.

Ecos de Amor  - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora