Ecos de Amor - Alexia Putellas

Capítulo 29: Sanación Emocional

El regreso a casa fue un alivio para Elena, y la compañía constante de Alexia era un bálsamo para su alma, ambas sabían que el camino hacia la sanación completa requeriría más que amor y apoyo.

Desde el primer día en que llegaron a casa, Alexia no dejó de insistir en la importancia de la terapia. "Elena, sé que eres fuerte, pero todos necesitamos ayuda para sanar," le dijo una mañana mientras desayunaban juntas en la cocina. "Ir a terapia no significa que seas débil. Al contrario, es una muestra de tu valentía."

Elena miró a Alexia, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y cansancio. "Lo sé, Alexia. Sólo que... es difícil admitir que necesito ayuda."

Alexia tomó su mano sobre la mesa y la apretó suavemente. "No estás sola en esto. Estoy aquí para ti, y quiero que estés bien, tanto física como emocionalmente."

Finalmente, Elena accedió a buscar ayuda profesional. Con el apoyo de Alexia, concertó una cita con una psicóloga especializada en trauma.

Las primeras sesiones de terapia fueron difíciles para Elena. Hablar sobre lo que había sucedido reabrió heridas profundas, pero también le dio un espacio seguro para procesar sus sentimientos. Su psicóloga, la Dra. García, era una mujer comprensiva y paciente que supo cómo guiar a Elena a través de su dolor.

"Elena," le dijo la Dra. García en una de sus sesiones, "es importante que te permitas sentir todas estas emociones. Negarlas no hará que desaparezcan. Estás en un lugar seguro aquí."

Elena asintió, aunque las lágrimas corrían por sus mejillas. "Es tan difícil," susurró. "A veces siento que nunca podré superar esto."

"Es un proceso," respondió la psicóloga. "Pero cada vez que vienes aquí y hablas sobre lo que pasó, das un paso más hacia la sanación."

A medida que las sesiones continuaban, Elena comenzó a explorar más profundamente sus emociones y su relación con Alexia. La Dra. García le hizo preguntas que la llevaron a reflexionar sobre sus sentimientos más íntimos.

"Elena," dijo la Dra. García un día, "háblame de Alexia. ¿Qué significa ella para ti?"

Elena se tomó un momento para responder, recordando todos los momentos de cariño y apoyo que Alexia le había brindado. "Alexia... es todo para mí," dijo finalmente. "Ella me ha dado la fuerza para seguir adelante. No sé qué haría sin ella."

La Dra. García sonrió con comprensión. "¿Te has permitido pensar en lo que sientes por ella? ¿En si tus sentimientos van más allá de la gratitud?"

Elena sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Había tratado de no pensar demasiado en ello, pero la verdad era innegable. "Creo que estoy enamorada de ella," admitió, su voz apenas un susurro.

"Es un sentimiento poderoso," dijo la Dra. García. "Y está bien sentirlo. Pero también es importante que te tomes tu tiempo. No necesitas apresurarte a confesárselo hasta que estés lista."

A pesar de las advertencias de sus médicos de que aún no estaba lista para regresar al quirófano, Elena sintió la necesidad de volver al trabajo. Sabía que mantenerse ocupada la ayudaría a despejar su mente y recuperar un sentido de normalidad.

"Quiero volver al hospital," le dijo a Alexia una tarde. "Sé que no puedo hacer cirugías todavía, pero estar allí, ayudar de alguna manera... creo que me hará bien."

Alexia miró a Elena con preocupación, pero también con respeto por su decisión. "Si eso es lo que sientes que necesitas hacer, te apoyaré," dijo. "Pero prométeme que no te sobrecargarás."

"Lo prometo," respondió Elena, tomando la mano de Alexia y apretándola con cariño. "Gracias por entender."

El primer día de regreso en el hospital fue una mezcla de emociones para Elena. Sentía una mezcla de ansiedad y alivio al caminar por los pasillos conocidos. Sus colegas la recibieron con sonrisas y palabras de ánimo, agradecidos de tenerla de vuelta.