Las primeras luces del amanecer bañaban las calles de Barcelona, anunciando el comienzo de un nuevo día. Elena Martín se encontraba en su apartamento, terminando de prepararse para otro agotador turno en el hospital. Mientras revisaba su bolso para asegurarse de que llevaba todo lo necesario, su teléfono vibró en la mesa de la cocina. La pantalla mostraba un mensaje de Marco, y su corazón se hundió.
"No puedes escapar de mí, Elena. Siempre estaré aquí."
Elena suspiró, sintiendo una oleada de ansiedad. Había bloqueado su número varias veces, pero Marco siempre encontraba una manera de contactarla. Sabía que necesitaba hacer algo al respecto, pero el miedo y la incertidumbre la paralizaban. Guardó el teléfono en su bolso, tratando de concentrarse en su trabajo. Necesitaba mantener la calma para enfrentar el día.
Mientras tanto, Alexia comenzaba su día en su apartamento. Había pasado la mañana en el gimnasio y ahora estaba revisando su cuenta de Instagram. Desde que sus compañeras de equipo la habían ayudado a encontrar el perfil de Elena, y desde entonces, Alexia no había podido dejar de pensar en ella y en si debía contactarla. Además de que le encantaba mirar las fotos de Elena donde la mostraban como una mujer apasionada y dedicada a su trabajo, pero también había algo en sus ojos que capturaba la atención de Alexia.
"Vamos, Alexia, no seas cobarde," se dijo a sí misma mientras escribía un mensaje.
"Hola, Elena. Soy Alexia, la futbolista que conociste en la gala y en el café. Me preguntaba cómo estás."
Releyó el mensaje varias veces antes de enviarlo. Al final, cerró los ojos y presionó "Enviar". Ahora solo quedaba esperar. La ansiedad comenzó a apoderarse de ella, y trató de distraerse mirando otros perfiles y publicaciones.
Elena estaba en el hospital, inmersa en su trabajo. Había terminado una cirugía complicada y se dirigía a la sala de descanso cuando su teléfono vibró nuevamente. Con el estómago revuelto, lo sacó del bolso, temiendo que fuera otro mensaje de Marco. Sin embargo, al ver el nombre de Alexia en la notificación, sintió un alivio inmediato.
"Hola, Elena. Soy Alexia, la futbolista que conociste en la gala y en el café. Me preguntaba cómo estás."
Elena no pudo evitar sonreír. La simplicidad y sinceridad del mensaje de Alexia contrastaban enormemente con la toxicidad de los mensajes de Marco. Respondió casi de inmediato.
"Hola, Alexia. Qué sorpresa tan agradable. Estoy bien, gracias. ¿Y tú?"
El corazón de Alexia dio un vuelco cuando leyó la respuesta de Elena. No esperaba una respuesta tan rápida y positiva. Se apresuró a responder, tratando de no parecer demasiado ansiosa.
"Estoy bien, gracias. Ha sido una semana ocupada, pero todo bien. ¿Cómo va todo en el hospital?"
"Ha sido una semana difícil, para ser honesta," admitió Elena. "Pero encontrarme contigo y recibir tu mensaje fue una agradable sorpresa."
Alexia sonrió, sintiéndose aliviada de escuchar eso. "Me alegra saberlo. Estaba un poco nerviosa al enviarlo."
"¿Nerviosa? No parecía para nada," dijo Elena con una risa suave. "Me alegra que lo hicieras."
A partir de ese momento, comenzaron a intercambiar mensajes regularmente. Cada día, Alexia esperaba ansiosamente la respuesta de Elena, y cada mensaje recibido era como un rayo de sol en su día. Hablaban de todo: sus días, sus trabajos, sus intereses y sus sueños. La conversación siempre fluía con naturalidad, y Alexia sentía que conocía a Elena cada vez más.
Una noche, mientras Alexia se preparaba para acostarse, su teléfono vibró. Era un mensaje de Elena.
"¿Sabes? Realmente disfruto hablando contigo. Es como un soplo de aire fresco."
Alexia sonrió, sintiendo una calidez en su pecho. "Yo también disfruto mucho nuestras conversaciones. Me haces sonreír. Cambiando de tema ¿Te gustaría saber algo curioso?" escribió Alexia.
"Claro, cuéntame," respondió Elena, intrigada.
"Me apasiona la astronomía. A menudo, después de un largo día en el hospital, me gusta subir a la azotea de mi edificio y mirar las estrellas. Es mi forma de desconectar."
Elena se sorprendió gratamente. "Eso suena maravilloso. Nunca lo habría adivinado. A mí me encanta la música. Toco la guitarra cuando necesito relajarme."
"¡Qué genial! Me encantaría escucharte tocar algún día."
"Y yo me encantaría ver las estrellas contigo," respondió Elena, sintiendo una conexión más profunda con cada mensaje.
Mientras tanto, a pesar de las constantes interrupciones de Marco, Elena encontraba una paz en sus conversaciones con Alexia. Le proporcionaban una sensación de normalidad y esperanza en medio del caos. Alexia, por su parte, estaba cada vez más intrigada por Elena y deseaba conocerla mejor, pero aún no se sentía lista para invitarla a salir. Temía apresurarse y arruinar lo que estaba floreciendo entre ellas.
Así pasaron las semanas, con mensajes llenos de risas, confidencias y apoyo mutuo. Cada mensaje reforzaba la conexión que habían sentido desde el primer encuentro, y ambas se encontraban deseando más, aunque sin saber exactamente cómo dar el siguiente paso.
Una noche, mientras Alexia miraba las estrellas desde la azotea de su edificio, su teléfono vibró. Era un mensaje de Elena.
"Estoy viendo un documental sobre astronomía y no puedo dejar de pensar en ti. Espero que estés teniendo una buena noche."
Alexia sonrió, sintiendo una calidez en su corazón. "Qué coincidencia, yo también estoy pensando en ti mientras miro las estrellas. Buenas noches."
Las noches continuaron llenándose de mensajes como estos, y aunque ambas mujeres tenían sus propios desafíos y miedos, encontraban consuelo en la conexión que compartían. Cada mensaje era un paso más en el camino hacia algo más profundo y significativo, y ambas estaban dispuestas a descubrir hasta dónde las llevaría este viaje.
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Ecos de Amor - Alexia Putellas
FanfictionAlexia Putellas, una destacada futbolista, y Elena, una talentosa cirujana, se encuentran en una gala de caridad y se enamoran rápidamente. Sin embargo, sus vidas llenas de secretos y responsabilidades ponen a prueba su relación. Juntas, luchan por...